UNIVERSIDAD › LAS PROTESTAS DE ESTUDIANTES SE CONCENTRAN EN SOCIALES, FILOSOFíA Y PARTE DE INGENIERíA
En Ciencias Sociales y en Filosofía y Letras las clases y los exámenes están siendo afectados. En Ingeniería, no. Anoche se realizaban asambleas para definir los próximos pasos.
› Por Adrián Pérez
Las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Sociales de la UBA continuaban hasta ayer tomadas por estudiantes de agrupaciones de izquierda. Entre clases públicas y manifestaciones callejeras, los alumnos universitarios se preparan para confluir con los secundarios en la marcha del jueves, a 34 años de La Noche de los Lápices, que saldrá del Congreso y desembocará en Plaza de Mayo. También sigue el conflicto en Ingeniería, donde los estudiantes mantienen bloqueado el decanato. En cambio, podría haber un principio de solución en Arquitectura, según estimaron las nuevas autoridades de la unidad académica.
En ninguna de las tres sedes de Sociales se están dictando clases normalmente. De hecho, las autoridades suspendieron las juras de graduados y entregas de diplomas previstas para esta semana. Una larga lista de profesores dio a conocer una declaración criticando la protesta estudiantil (ver solicitada en esta página), mientras el gremio AGD recolectó firmas de apoyo en otro texto. Los alumnos piden subsidios para el centro de estudiantes y mejores condiciones edilicias. “La perspectiva es continuar con la toma durante toda la semana”, dijo Lautaro Iglesias, presidente del centro por la agrupación Prisma. Anoche, en la sede de Ramos Mejía, los estudiantes realizaban una asamblea y analizaban dirigir una carta al decano Sergio Caletti para abrir una negociación sobre los puntos que demandan. La semana pasada, el gobierno de la facultad denunció que un grupo de estudiantes provocó destrozos en el nuevo edificio de Constitución para instalar un comedor. Para Iglesias, la apertura del comedor es “una primera victoria en el proceso de lucha”.
Una escena similar atraviesa la Facultad de Filosofía y Letras, con cruces entre las autoridades académicas y la conducción estudiantil. En un comunicado dirigido a la comunidad universitaria, el decanato afirmó que la toma de la facultad “ha incluido que se impida a las autoridades desarrollar su actividad habitual”. Y que al no funcionar el consejo directivo, todas las resoluciones que emanan del máximo órgano de gobierno (designaciones, licencias, títulos, defensa de tesis) están suspendidas. También advirtió que, de “no concretarse un levantamiento de la toma”, los exámenes del turno de septiembre, previstos para esta semana, del 13 al 17, “no podrán ser tomados ni reprogramados”. La asamblea de estudiantes salió al cruce de esas declaraciones y consideró que en vez de dar respuesta a los reclamos, el decanato –que encabeza Héctor Trinchero– prefiere utilizar los exámenes finales como “un chantaje” para tratar de levantar “una toma que cuenta cada día con más participación”. Anoche estaba prevista una asamblea interclaustros para discutir la situación en Filo.
La otra facultad con una toma estudiantil, parcial en este caso, es Ingeniería. El decanato está cerrado por los alumnos desde la semana pasada y así seguirá, según se presumía ayer en la facultad, hasta el jueves. A través de un comunicado, las autoridades de Ingeniería remarcaron que “las tres sedes funcionan con normalidad” en cuanto al dictado de clases, tareas administrativas y de investigación, aunque se suspendió la entrega de diplomas, que será reprogramada. Los alumnos se manifiestan contra la instrumentación de cambios en las prácticas profesionales. Las autoridades lamentaron “la actitud de este grupo de estudiantes que, aun sabiendo que las Prácticas Profesionales Supervisadas no han sido reglamentadas y que se dispone de tiempo suficiente para su correspondiente aplicación, abandonan las vías institucionales que permitieron históricamente generar espacios de debate, discusión y consenso”.
Sin llegar al nivel de conflicto de aquellas facultades, en Arquitectura hubo también reclamos por la situación de numerosos docentes –se mencionó a más de 500– que no percibieron sus salarios. El decano Eduardo Caside, que asumió el mes pasado, tras un largo conflicto político, señaló que, si bien las clases no fueron suspendidas, existe un clima de debate en los talleres porque, obviamente, el tema de los sueldos es “una preocupación de todo el mundo, que nosotros compartimos”. “No esperaba encontrarme con un tema así”, reconoció en diálogo con Página/12. En una reunión con autoridades de la UBA, la semana pasada, “establecimos que gran parte de los docentes que no están cobrando lo hagan a fin de mes”. De este modo, y según sus estimaciones, 33 docentes que no perciben haberes desde hace dos años comenzarán a cobrar a fin de mes. Lo mismo ocurriría con otros 100 profesores que tuvieron cambios de categoría. Sobre el resto de los docentes que reclaman el pago en tiempo y forma, confirmó que se está analizando caso por caso. “El problema se va a resolver con alguna partida adicional de la UBA –agregó Caside–. El asunto es llegar a buen puerto con esta emergencia.”
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