“Esto es lamentable”, rezongó un rector. A su alrededor sesionaba el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el órgano que reúne a las autoridades de las casas de estudio públicas. Muy lejos de la vida académica, el plenario que empezó ayer en la Universidad Nacional de Rosario estuvo atravesado por los reclamos presupuestarios y las interminables disputas entre los bloques radical y peronista. Además de sus internas. Y además de las protestas de quienes, justamente, cuestionan el funcionamiento de esos bloques.
“Ya no hay más reclamos que hacerle al Gobierno. Lo único que les queda a los rectores es no abrir las universidades”, definió un operador político. Apuntaba a la crisis que viven las casas de estudios por la falta de recursos. Como si no bastara con haber recortado en unos 140 millones de pesos el presupuesto del año pasado, ni con adeudar buena parte de las partidas destinadas a gastos de funcionamiento, el Gobierno está girando con retraso las partidas para pagar salarios. De hecho, las últimas llegaron recién el día 18. Esta semana dio la alarma el presidente de la Universidad Nacional de La Plata, Alberto Dibbern: “No estamos en condiciones de afrontar el actual ciclo lectivo frente al atraso injustificado del envío de partidas correspondientes a gastos del 2002 que fueron autorizadas pero no transferidas”, dijo.
Con la intención de aplacar los ánimos, participó del plenario del CIN el secretario de Políticas Universitarias, el radical Juan Carlos Pugliese. Propuso que las universidades acuerden un crédito del Banco Nación, para recibir un adelanto en concepto de las partidas salariales que llegan tarde. También dijo que los salarios de febrero llegarían a las casas de estudios el lunes 10. Y anunció que en marzo se pagaría parte de lo adeudado del Programa de Incentivo a los docentes investigadores y el primer semestre del incentivo (Fonid) a los docentes de los colegios preuniversitarios. “Por ahora hay un paro convocado para el martes 11 de marzo en los colegios. Y un posible paro por tiempo indeterminado a partir de abril –dijo Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de Conadu–. Hasta que el pago del incentivo se concrete, no se podrá levantar la huelga.” Una buena para los docentes: el CIN y la Conadu firmaron un acuerdo para discutir una recomposición salarial y las condiciones de seguridad e higiene en el trabajo. Por su lado, el gremio de los no docentes, la Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales, reclamó un aumento de sueldos del 30 por ciento.
Si bien el plenario de rectores concluirá hoy, ayer se adelantó la decisión de quién será el nuevo presidente del CIN, que tendrá un mandato de seis meses. Lo habitual es que los dos bloques mayoritarios, el radical y el justicialista, se alternen en la conducción. Ahora era el turno de un peronista: el elegido fue Daniel Malcolm, rector de la Universidad Nacional de San Martín, quien se impuso en la interna sobre su par de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Aníbal Jozami.
Fue justamente esa interna, que se resolvió en la noche del miércoles, la que estalló ayer. “No me eligieron porque hay una alianza entre el duhaldismo y el alfonsinismo para mantener todo como está en la universidad. En el CIN sólo se discute si nos deben un peso más o menos”, protestó Jozami, en diálogo con Página/12. En el plenario, planteó la necesidad de dejar de funcionar en bloques partidarios y repitió los argumentos del rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, quien no participa del CIN desde el año pasado en desacuerdo con la existencia de bloques partidarios. “La universidad debe estar cada vez más politizada y cada vez menos partidizada para recuperar su autonomía y poder dar soluciones a la crisis del país –agregó–. Hay que reconocer que acá hay bloques que ya no sirven. Los rectores más brillantes que tenemos no pertenecen a ningún bloque: ni el de la UBA, ni Mar del Plata, ni General Sarmiento, ni el Comahue.”
Algunos rectores apoyaron la idea de terminar con los bloques, pero no prosperó el debate. Así, el criterio siguió rigiendo para conformar el comité ejecutivo del CIN, que estará integrado por tres rectores de un bando y tres del otro. Otra cuestión que alcanzó un acuerdo similar, tras una interminable discusión, fue la designación de un representante del consejo interuniversitario en el directorio de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). En realidad, no hubo acuerdo entre los bloques pero se encontró un subterfugio: como el mandato del representante es de cuatro años, se decidió elegir a un miembro por cada bloque (un titular y un suplente) y dividir el período (a los dos años, renunciaría el titular). Los elegidos fueron Francisco Martín, ex rector de la Universidad Nacional de Cuyo, por los peronistas, y Adolfo Torres, ex rector de la Universidad Nacional del Nordeste, por los radicales.