UNIVERSIDAD
Reforma académica en marcha para educar a la nueva generación psi
El gobierno de Psicología (UBA) propone resumir en 5 los actuales 6 años de carrera y agregar un año de práctica profesional.
› Por Javier Lorca
Las autoridades de la Facultad de Psicología (UBA) impulsan una reforma del plan de estudios de la carrera que cuenta con más de 15 mil alumnos. Con ese fin, presentaron un proyecto que reduce a cinco los actuales seis años de cursada y agrega un año de práctica profesional, por lo que la duración total se mantendría igual. También incorpora como requisito para graduarse la aprobación de una tesina. La idea del gobierno académico encabezado por la decana Sara Slapak es instrumentar el nuevo plan curricular desde el próximo año. Aunque ya aflora la oposición estudiantil y de algunos sectores docentes.
El proyecto fue elaborado en la Secretaría de Asuntos Académicos de la facultad, a cargo de la profesora Martina Casullo. En su entorno prefieren hablar de una reorganización curricular y no de una reforma. Más allá de su nomenclatura, la propuesta ya se está debatiendo en la comisión curricular del consejo directivo. El objetivo de fondo es modificar el plan de estudios para que, cuando Psicología sea aprobada como “carrera de interés público” por el Ministerio de Educación, se cumplan en la UBA los estándares mínimos (carga horaria, formación práctica, etc.) que el Estado empezará a controlar para cumplir con el artículo 43 de la Ley de Educación Superior.
Respecto del plan de estudios vigente, el proyecto oficial presenta un cambio fundamental: por un lado comprime la carrera actual (lo que se desarrollaba en seis años se verá en cinco) y por otro agrega un último año de práctica (conocido como prácticum). El régimen planteado supone que el estudiante pueda cursar cuatro materias por cuatrimestre y, además, sólo prevé asignaturas cuatrimestrales, por lo que serían desdobladas las dos anuales existentes (Psicoanálisis y Psicopatología). El plan se basa en el sistema de créditos (16 horas de clase equivalen a un crédito) e incluye numerosas materias optativas.
Hasta ahora, para graduarse en Psicología los alumnos deben aprobar seis materias del Ciclo Básico Común de la UBA (CBC) y luego cursar otros cinco años. El proyecto de reforma postula una carrera dividida en dos ciclos: uno de Formación General Básica (cuatro años) y otro de Formación Profesional (dos años). En el ciclo general se pretende mantener al CBC como primer año: allí, el único cambio (aprobado ayer) será la inclusión como obligatoria de la materia Matemática en lugar de Antropología (hasta ayer se podía optar por una u otra). En este ciclo se agregaría una nueva materia: Introducción a los ámbitos de trabajo del psicólogo, en la que profesores de las cinco áreas disciplinares (salud/clínica, salud/social comunitaria, justicia, trabajo y educación) introducirían a los estudiantes en los campos profesionales del psicólogo.
El Ciclo de Formación Profesional englobaría las materias Clínica de adultos, Psicología forense, Psicoterapias, Psicología del trabajo, dos optativas elegidas de las áreas disciplinarias citadas y dos trabajos prácticos de investigación. El último año consistiría en dos prácticas profesionales que los estudiantes deberían realizar en instituciones bajo la supervisión de un tutor. Luego se introduce otro requisito para alcanzar el diploma: “Sobre la base de las prácticas profesionales el estudiante elaborará una tesina que defenderá públicamente ante un tribunal integrado por docentes afines al tema”, indica el proyecto. En total, si la propuesta es aprobada, la carrera contará con 3244 horas de clase: 2732 teóricas y 512 prácticas.
La resistencia a esta reforma empezó a germinar en las últimas semanas dentro de algunas cátedras y entre los estudiantes. “Haca falta una reforma urgente, pero este proyecto es muy precario. No tiene ninguna fundamentación teórica, la estructura que plantea es antipedagógica y refuerza los problemas con que ya cuenta la facultad”, sostuvieron, en diálogo con Página/12, miembros de la agrupación Punta del Iceberg (PDI), que reúne a docentes, alumnos y graduados independientes. PDI apunta a que “la teoría está desvinculada de la práctica profesional, y esto no sesoluciona agregando un año al final. En la carrera no hay ninguna instancia que ligue al estudiante con los espacios donde va a ejercer.” A la vez, cuestiona que la “compresión” de los cinco años actuales en cuatro promoverá “una cursada superficial y multifacética, atacando todos los principios pedagógicos que recomiendan el abordaje en profundidad, dialéctico y reconstructivo de los contenidos”.
También el centro de estudiantes y la mayoría de alumnos en el consejo se oponen: “Es una reforma cosmética, gatopardista, porque no pretende cambiar los contenidos –dijo el titular del centro, Hernán Socorofitz, del frente de izquierda EPA–. La sobrecarga horaria y las materias filtro como Matemática les van a impedir cursar a miles de alumnos. La esencia del proyecto es limitacionista, es dejar gente afuera para aplicar el ajuste. Y lo peor es que es una reforma para adaptar la facultad a una ley menemista”.