Mar 23.09.2003

UNIVERSIDAD  › OPINION

“No nos da lo mismo”

Por E. Santarelli, H. Ons y E. Romano *

A los estudiantes de la Facultad de Ingeniería (UBA) no nos da lo mismo si se respeta el estatuto universitario o se lo viola. No nos da lo mismo si existe persecución política o no. No nos da lo mismo si hay ajuste en la facultad o no. No nos da lo mismo si se invierten fondos en refacciones edilicias estéticas o si se utilizan esos fondos para aumentar el plantel docente. El decano, desde que asumió, se arrogó la suma del poder público. Si el consejo directivo (CD) aprobaba una resolución contraria a sus intereses o con la que él estaba en desacuerdo simplemente la cajoneaba o no la firmaba. Continuamente reiteró su proceder a pesar de que el estatuto dice que el decano debe cumplir y hacer cumplir las resoluciones del consejo, y que el reglamento del CD expresa que es deber del decano firmar las resoluciones. Tampoco dudó el decano en sumarse al autoajuste impuesto por el rector y, por ello, decidió no aumentar la planta docente de la facultad, ni los subsidios para investigación, pese a que el CD había decidido destinar esos fondos al aumento de la planta docente. Fue el decano Cernuschi Frías quien promocionó a una consejera graduada al cargo de docente regular adjunta en la cátedra de su secretario académico para lograr un voto en el CD, bastardeando de esa forma la realización de concursos docentes y la elevación de la formación docente. La torpeza alcanzó su máxima expresión cuando el decano solicitó al rector que suspendiera el Proyecto Estratégico de Investigación que dirige el Dr. Rosito, porque Rosito es consejero de la facultad y no lo votó como decano a él. Cernuschi Frías argumentó en esa ocasión que todos los proyectos estratégicos de la UBA eran fruto de la corrupción. No dijo que él también recibe un subsidio por un proyecto estratégico de investigación. Miente, miente que algo queda. Cernuschi Frías acusa a todo aquel que está en su contra de ser shuberoffista y de hacer negocios. Intenta demonizar a la oposición, pero nada dice respecto de sus reiteradas violaciones al estatuto de la UBA. Cuando sus seguidores afirman que el decano “viola el estatuto pero hace”, nos recuerda a la triste frase “roba, pero hace”. Pero también decimos que no hace, mantiene los privilegios para sus amigos. El decano le permite facturar a La Corriente (brazo estudiantil del PCR) un millón y medio de pesos anuales, lo que equivale a salarios anuales de más de 1250 docentes. Nada dice Cernuschi Frías de los negocios y militantes rentados de La Corriente, ¿será porque son sus amigos? No nos da lo mismo, los fines nunca justifican los medios. Ayer, hoy y siempre estaremos por la defensa de la universidad pública y gratuita, defendiendo los principios y valores que inspiraron la Reforma Universitaria y que hoy nos obligan a democratizar aún más la vida institucional de la UBA. Necesitamos un decano que termine con todos los negociados y el autoritarismo en la facultad. Que se vaya Cernuschi Frías y que asuma el actual vicedecano, Ing. Francisco Grasso.
* Respectivamente, consejeros directivos por la minoría estudiantil de la Facultad de Ingeniería y consejero superior de la UBA.

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