Sólo hace falta que las autoridades universitarias se pongan de acuerdo. Si eso ocurre, desde el año próximo el Ministerio de Educación financiará programas para que, entre otras cosas, las universidades públicas de Buenos Aires y el Conurbano den cursos de apoyo y orientación vocacional a los alumnos de la escuela media, y también para que construyan un sistema de créditos que facilite la circulación de los estudiantes universitarios entre las instituciones. Esa fue una de las principales conclusiones que deparó ayer un seminario convocado por el ministerio y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Durante todo el día, rectores de catorce universidades, funcionarios de la Nación, la Ciudad de Buenos Aires y la provincia se reunieron para atender algunos de los graves problemas educativos de la zona: la desarticulación del sistema, la deserción estudiantil, las carencias de los alumnos ingresantes y un largo etcétera.
“Si las universidades terminan de acordar los programas prioritarios antes de fin de año, vamos a financiarlos desde 2004 con fondos del ministerio”, explicó a Página/12 Daniel Filmus, una vez concluido el encuentro. El propio ministro había abierto el seminario: “No tenemos un sistema educativo nacional, tenemos casi 24 sistemas educativos. Tenemos un sistema muy heterogéneo... que está acompañado por una profunda brecha y una profunda desigualdad”. A lo largo de la jornada quedó claro que la mentada desarticulación es múltiple: no hay integración entre las universidades, tampoco entre ellas y la escuela, ni con los institutos terciarios. Filmus aclaró que el objetivo no es unificar, sino articular respetando particularidades y tradiciones.
La Secretaría de Políticas Universitarias presentó un diagnóstico basado en nuevos datos sobre la zona metropolitana. La región concentra a 47 de las 101 instituciones universitarias del país. De ellas, 14 son públicas. Son las universidades de Buenos Aires (UBA), Quilmes, Lanús, Lomas de Zamora, La Matanza, San Martín, Tres de Febrero, General Sarmiento, Luján, la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y los institutos universitarios del Arte, Superior del Ejército, Naval y el de la Policía Federal. Todas participaron ayer del seminario.
Según los datos oficiales, en Argentina estudian 1.457.412 alumnos en universidades públicas y privadas. En la región metropolitana se concentra nada menos que el 40,6 por ciento: 592.295 estudiantes, la mayoría de los cuales (471 mil) concurre a instituciones públicas. Además, la zona tuvo el año pasado el 44 por ciento de todos los graduados del país: 27.855 sobre 63.112. Un problema evidente es que quienes estudian en la región entran como por un embudo en la UBA. Ahí cursa el 69 por ciento de los 471 mil de la región. Mucho menos poblada, la que más se le acerca es la Universidad de Lomas, con el 8,3 de los alumnos.
La oferta académica regional consta de 504 títulos universitarios. Prevalecen las ciencias sociales (34,5 por ciento), siguen las ciencias aplicadas (26,4), las ciencias humanas (24,8), las ciencias básicas (7,9) y luego las de la salud (6). En este ítem, uno de los indicadores más claros de la desarticulación es la reiterada superposición de carreras: las figuritas más repetidas en universidades nacionales son Administración, Ingeniería industrial, Contador, Ciencias de la educación, Comunicación y Trabajo social. La elección que hacen los alumnos lleva a la mitad (49 por ciento) a optar por las ciencias sociales. Sólo el 1,6 opta por las ciencias básicas.
Entre los discursos entonados por rectores y funcionarios hubo pocas propuestas. Después, durante la tarde, funcionaron tres comisiones que acordaron varias líneas de trabajo a desarrollar. Aquí, las principales:
- Avanzar “en la implementación de un sistema de créditos en áreas específicas con las universidades que deseen participar.” Así, losestudios cursados en una institución serían automáticamente reconocidos en otra y los alumnos tendrían menos trabas para circular.
- “Tomar medidas para orientar la matrícula hacia carreras que puedan ser pertinentes para el perfil de desarrollo que el país requiere.”
- Las universidades podrían dar apoyo a los alumnos a del último año de la escuela media y el Polimodal, como vía hacia la igualdad de oportunidades a la hora de ingresar en la facultad.
- Producir en las casas de estudios textos de apoyo para la escuela, en especial en materias con problemas, como matemática y lengua.
- También se propuso dar capacitación docente y ofrecer orientación vocacional en las escuelas.
- “Revisar las prácticas pedagógicas propias de la universidad que tienen gran incidencia en los índices de fracaso en el acceso y en la retención.”
- Integrar los posgrados mediante programas interdisciplinarios en red que apunten a problemas regionales (ecología, tránsito).