UNIVERSIDAD
› CRISIS INSTITUCIONAL EN UNA FACULTAD DE LA UBA
Gran embrollo en Ingeniería
El área jurídica de la UBA declaró nula la remoción del decano. Ahora, cuando ya asumió otro decano, debe decidir el Consejo Superior.
› Por Javier Lorca
La destitución del decano de la Facultad de Ingeniería (UBA), ocurrida hace dos semanas, fue “manifiestamente nula”. Al menos, eso considera la Dirección de Asuntos Jurídicos de la universidad y así lo expresó en respuesta al recurso planteado por el ¿ex? decano Bruno Cernuschi Frías, el primer funcionario de su rango que fue expulsado en los 183 años de la UBA. El miércoles que viene, el Consejo Superior de la universidad deberá resolver qué hace: puede aceptar o rechazar el recurso. Si bien no es vinculante, a los consejeros les será difícil soslayar la definición del área jurídica del Rectorado. Aunque también deberán tener en cuenta que, para entonces, cumplirá casi 20 días de designado el nuevo decano de Ingeniería, Carlos Rosito. Un embrollo digno de la larga crisis que sufre la facultad, donde un grupo de estudiantes mantiene tomado el decanato desde la semana pasada.
Cuando once votos aprobaron su remoción como decano, Cernuschi elevó a la universidad un recurso jerárquico pidiendo la impugnación de la medida. ¿Su argumento? Que el proceso de destitución era cosa juzgada. Se refería a que entre septiembre y octubre del año pasado ya había salido indemne de las acusaciones en su contra, “inconducta e incapacidad para el cargo”. En aquel momento, sus opositores en el consejo directivo de Ingeniería sumaron diez: les faltó un voto para removerlo.
Para empezar, la Dirección de Asuntos Jurídicos estimó en su dictamen que le corresponde al Consejo Superior dirimir la cuestión, porque según el estatuto es el encargado de “ejercer la jurisdicción superior universitaria”. Luego comparó las acusaciones presentadas contra Cernuschi en los dos procesos de destitución (en 2003 y 2004): “En ambas oportunidades se formularon los mismos cargos... La resolución recurrida aplicó una sanción con fundamento en cuestiones que fueron con anterioridad tratadas y resueltas”. La dirección consideró nula la destitución por vulnerar el principio non bis in idem, al que definió como una garantía contemplada en la Constitución por la cual “los temas que fueron objeto de una investigación o de un procedimiento y fueron oportunamente resueltos y rechazados no pueden ser nuevamente planteados”.
Ahora, el recurso elevado por Cernuschi debe ser tratado por el Consejo Superior. Primero, el lunes, se debatirá en la Comisión de Interpretación y Reglamento. Los dictámenes que de allí surjan, si es que surge alguno, deberán tratarse en la sesión ordinaria del miércoles que viene.
“Es impensable suponer que Cernuschi puede volver a ser el decano”, comentaban los ex opositores, ahora oficialistas, en las escalinatas de la facultad que transitan unos 9 mil alumnos. “Es ridículo sostener que existe cosa juzgada. Porque se aportaron nuevas pruebas y, principalmente, porque no se trató de un juicio sino de una decisión administrativa que el consejo directivo está facultado para tomar en cualquier momento”, aseguró Hernán Ons (El Gradiente), secretario de Extensión Universitaria.
Los impulsores de la remoción de Cernuschi creen que detrás del dictamen de Asuntos Jurídicos se ocultan ciertos afanes de la derecha universitaria. “Generar el caos es funcional para la derecha. Apuntan a pelear por el Rectorado dentro de dos años”, dijeron. “Nosotros estamos tranquilos –dijo Miguel Reiser, consejero directivo por los graduados–. Media biblioteca jurídica dice una cosa y la otra mitad, otra. La decisión es política. Y estamos seguros de contar con al apoyo de la mayoría de los decanos, profesores y graduados del Consejo Superior.” De hecho, aspiran a que el lunes, en comisión, o se apruebe un dictamen mayoritario favorable a sus intereses o que directamente se postergue el despacho.
La decisión del área de Asuntos Jurídicos fue bien recibida por los alumnos que mantienen tomado el decanato de Ingeniería, aunque sin afectar las actividades administrativas. El centro de estudiantes, encabezado por los maoístas de La Corriente (CEPA), apoya a Cernuschi y resiste al nuevo decano. “Exigimos la renuncia de todos los consejeros directivos –dijo Eduardo Malach (MST), consejero superior y actor de la toma–. La única manera de resolver esta crisis es democratizar la universidad, llamar a una nueva elección permitiendo la participación de todos los profesores y docentes.”
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