UNIVERSIDAD › EL ESCENARIO ESTUDIANTIL TRAS EL CONGRESO DE FUA
Los dilemas de la federación
El triunfo de Franja frente a la denuncia de la Venceremos y la JUP kirchnerista. La posición de la izquierda y los independientes.
Por Javier Lorca
Complicado: así quedó el escenario estudiantil después del congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA) realizado el fin de semana. Con la participación de unos 8 mil estudiantes de todo el país, el encuentro dejó como resultado la supervivencia de Franja Morada en la conducción, una costumbre que se repite desde 1983 y, además, el abandono de la federación por parte de los sectores más afines al Gobierno y, por diferentes razones, de la mayoría de las agrupaciones independientes. La oposición de izquierda y centroizquierda no sólo no consiguió articular un bloque antimorado, sino que terminó profundizando las diferencias y cruzando acusaciones entre el peronismo kirchnerista, la guevarista Venceremos y el FETI, de un lado, y los chinos de la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista y las agrupaciones trotskistas, del otro.
El mero repaso de los números indica que, de los 940 delegados acreditados, Franja contó con el voto de 350 y logró la presidencia de la FUA, que estará a cargo de Maximiliano Abad. La Juventud Universitaria Peronista (JUP) sumó 144 delegados; los socialistas del Movimiento Nacional Reformista (MNR) tuvieron 89, y el Frente 20 de Diciembre (la CEPA, el MST, el MUI, el PO y otros) consiguió 160. Pero ese detalle no dice nada del caótico congreso celebrado en Mar del Plata, en el estadio mundialista.
El encuentro tuvo su apertura el viernes y comenzó a calentarse el sábado, con la siempre tensa acreditación de los delegados (ver aparte), que duró toda la tarde. La tradicional entrada de los militantes en el estadio, con el consabido despliegue de bombos, cantos y banderas, estaba previsto para las 21, cuando debía realizarse la votación. Nada de eso. Tras la acreditación, la junta de poderes se extendió hasta avanzada la madrugada y recién entonces empezaron las negociaciones para acordar cómo se presentaban las listas. Finalmente, se llamó a votar a las 9 de la mañana del domingo. Y tampoco se cumplió ese horario. Al mediodía, Franja, la JUP y el MNR decidieron iniciar la votación: tenían quórum ya que nuclean al 65 por ciento de los delegados de la FUA. Más tarde, después de algunos incidentes menores, las agrupaciones de izquierda presentaron su lista, el Frente 20 de Diciembre.
El desenlace del congreso fue lo suficientemente complejo como para que haya de él casi tantas lecturas, y tan disímiles, como agrupaciones participaron.
Franja Morada interpretó que fue un éxito, legitimado por la JUP, el MNR y, sobre todo, la izquierda. El radicalismo universitario mantuvo la presidencia de la FUA y exhibió que, pese a su acumulación de fracasos en Buenos Aires, sigue conservando suficiente caudal en el interior del país. “La oposición dice que votamos antes de que llegaran, cuando en realidad los esperamos desde las 9 hasta el mediodía. Si hubiesen cerrado un frente hubieran llegado en punto”, comentó Abad, ahora titular de la FUA. “Nos van a ganar la FUA el día que una agrupación nos gane en los centros de estudiantes. Otra vez fracasó el intento de reunir a último momento a agrupaciones con ideas muy diferentes –agregó el nuevo vicepresidente de la federación, Marcos Duarte (Franja de Córdoba)–. Quedó claro que un sector quiso romper la FUA para armar una federación afín al Gobierno. Y la FUA resistió el embate.”
Justamente, el cuestionamiento más fuerte al congreso llegó de parte del bloque integrado por la Venceremos (Patria Libre), el kirchnerismo de la JUP, el FETI (conducción de la federación de la UTN) e independientes. “Fue un fraude escandaloso. No podíamos esperar otra cosa de Franja Morada. Hicieron una votación con toda la oposición afuera del congreso, algo muy trucho. Y si la CEPA termina avalando esa maniobra, tendrá que hacerse responsable ante las bases de colaborar con Franja cuando podíamos ganarle”, dijo Alberto Vivanco, coordinador nacional de la Venceremos. Según él, el acuerdo opositor estaba cerrado pero, a último momento, la izquierda se echó atrás.
La lectura de la agrupación maoísta fue otra. “Logramos impedir un intento de fracturar la FUA, encabezado por la Venceremos y el kirchnerismo para armar una federación paralela”, rebatió Rodolfo Kempf. De acuerdo con el dirigente de la CEPA, la cuestión que impidió el cierre opositor para derrotar a Franja fue, precisamente, el posicionamiento frente al Gobierno. “Vamos a avanzar en el agrupamiento opositor para profundizar la lucha estudiantil contra las políticas acordadas por el Gobierno con el FMI”, dijo.
¿Y las agrupaciones independientes? Resultaron tironeadas entre tres posiciones: cerca de la izquierda, cerca de la Vence o lejos de ambos grupos. “El congreso fue un arreglo de cúpulas, totalmente a espaldas de los estudiantes: por un lado la Franja con la JUP y el MNR, y por otro los que querían una federación kirchnerista –describió Silvina Hualpa, del espacio nacional independiente–. Ninguno de esos proyectos representa al movimiento estudiantil. Por eso no participamos del congreso y vamos a replegarnos a construir una herramienta gremial real.”