Los chicos de los dos sectores considerados ven a la universidad por sobre los terciarios. Creen que sus títulos “rinden” mejor en el mercado laboral “ya que tendrían más prestigio a los ojos de los empleadores”. “La visión que predomina es la de un corte bien definido entre ‘estudios de primera y de segunda’... los estudios universitarios serían mejores y más difíciles”, señala la investigación. Un alumno de clase media baja aclaró: “Supongo que una carrera universitaria me daría más poder como para conseguir trabajo. Pero la ventaja (de un terciario) es que va a ser más económico, calculo que lo voy a poder bancar sólo con un trabajo”. Un factor positivo que advierten en los terciarios es que rápidamente ofrecen título y salida laboral. Los grupos sociales coinciden en que una gran desventaja de la universidad es la longitud de las carreras. Los chicos de sectores medios bajos agregan que la vuelve más costosa. Otra conclusión es que “los estudiantes de ambos sectores valoran de las instituciones públicas el hecho de ser menos costosas; y critican, de las privadas, la relación comercial con los alumnos”. Una chica de clase media baja apuntó: “El nivel es superior en la pública... te muestran todo el panorama y te dicen ‘elegí’. En una privada no sos un alumno, sos un cliente”.