El Plan para Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, cuya cuota de 150 Lecops se pagó hace quince días, recibió críticas y también tuvo su defensor oficial en el congreso:
- “La propuesta del Gobierno hace una asociación indebida entre desocupación y pobreza; al no levantar el piso de los ingresos, deteriora aún más las relaciones salariales; no tiene alcance universal; no es redistributivo; y abre el juego al fraude laboral”, puntualizó Claudio Lozano.
- “Rápidamente aparece la posibilidad del negocio. Se habla de repartir el plan con una tarjeta de débito. Esto es, que la plata va a pasar por los bancos, y los gastos se van a tener que hacer en los grandes supermercados. Así, los mil millones de pesos que se van a invertir van a terminar yéndose del país”, apuntó José Luis Coraggio.
- Eduardo Amadeo arguyó: “Frente a la extensión de la pobreza y a la no reversibilidad de la ocupación (es decir, que los que salen del mercado de trabajo o no vuelven o lo hacen en forma degradada por los cambios tecnológicos) hacen falta políticas sociales universales. Pero esto no implica que todas deban serlo: hay que repensar la contradicción entre políticas universales y focalizadas para no hacer una lectura plana de la realidad”.