El seleccionado argentino de rugby, Los Pumas, cayó ayer ante Inglaterra por 13-9 en su debut en la séptima Copa del Mundo en Nueva Zelanda, en un partido que el equipo albiceleste tuvo a su merced, pero se le escapó de las manos en el final.

Pese a sufrir las lesiones de su capitán, Felipe Contepomi, y de Gonzalo Tiesi en la primera mitad, que motivaron impensados cambios posicionales, el equipo albiceleste controló el juego durante gran parte del encuentro. Pero en el cierre, tras una jugada de line y maul, Ben Youngs, el medio scrum inglés que había arrancado en el banco de suplentes, le dio más agresividad a su equipo y marcó el try que cambió el rumbo del partido.

Más allá de la derrota, Los Pumas cumplieron una gran tarea en un partido muy cerrado, en el que la defensa albiceleste casi no falló, a tal punto que el premio al mejor jugador del encuentro le fue otorgado a Juan Fernández Lobbe, quien pese a ser golpeado duramente en el inicio del segundo tiempo, fue un león a la hora de frenar los intentos británicos.

Los Pumas hicieron lo que debían en la primera mitad. Jugaron corto con los forwards, les metieron mucha presión a los ingleses y casi no perdieron pelotas en el contacto.

Por eso fueron superiores a un equipo británico que se mostró impreciso, no encontró los espacios para atacar y se animó a hacerlo poco pese a tener tres jugadores contundentes en el fondo para desnivelar por afuera.

Con un gran trabajo del pack, Los Pumas dominaron el juego en esa etapa y generaron seis penales, pero sólo pudieron anotar dos de ellos, uno a través de Contepomi (erró otro) y el restante por intermedio de Martín Rodríguez Gurruchaga (falló tres).

Y además estuvieron cerca de quebrar el ingoal inglés al inicio del partido, a través de un movimiento de los delanteros que llegaron hasta un metro de la meta británica, y luego en el final de la etapa, cuando a Mario Ledesma lo sacaron afuera a un metro del ingoal. Pero esa falta de puntería y contundencia, una carencia que mostraron los argentinos desde 2007 en adelante, los privó de una ventaja mayor que merecieron y que en los primeros 40 minutos fue de tan sólo tres puntos (6-3).

El partido iba por el carril esperado por Santiago Phelan hasta que en el minuto 26 Contepomi debió dejar la cancha lesionado. Y todo se complicó.

Inglaterra equilibró el juego y cerca estuvo de igualar, pero un Wilkinson extrañamente errático falló desde inmejorable posición y el primer tiempo finalizó con victoria albiceleste.

La posterior lesión de Gonzalo Tiesi, a minutos del final de la etapa, terminó de complicar a Los Pumas, que debieron hacer varios cambios de posición. Santiago Fernández jugó casi todo el tiempo restante como apertura y unos minutos alternó como centro con Rodríguez Gurruchaga, mientras que Horacio Agulla quedó de fullback.

Sin embargo, los cambios no alteraron el buen rendimiento del equipo, que sobre el final de la etapa, aprovechando la amarilla que el árbitro le mostró a Dan Cole, tuvo otra chance de apoyar, pero a Mario Ledesma lo sacaron a metros del ingoal.

En el inicio del complemento, Rodríguez Gurruchaga marcó otro penal y estiró diferencias. Y enseguida falló otro envío que pudo haber cambiado el rumbo del partido.

Pero no sólo el rosarino estuvo poco certero (luego falló otro penal más). Wilkinson erró en total cinco intentos, que también pudieron haber volcado el partido a favor de los europeos.

Sobre los 26 buscó el line y un minuto más tarde, tras una típica jugada tramada por los forwards a partir de una pelota ganada en la hilera, Youngs se cortó hasta abajo de los postes y dio vuelta el partido.

Wilkinson acertó al fin un penal a los 35 y ahí Los Pumas, que no bajaron los brazos, intentaron cambiar la historia pero ya no pudieron quebrar a los ingleses.

La derrota duele, pero la imagen que dejó el equipo es positiva de cara a lo que viene. Ya hay que empezar a pensar en Rumania, el rival del próximo sábado, y luego en Escocia, seleccionado ante el que seguramente se definirá el pase a cuartos de final en Wellington.