El Banco Central y el Ministerio de Economía pusieron en marcha el mecanismo para pagar vencimientos de deuda con acreedores privados con reservas internacionales. La transferencia al Tesoro de las divisas que conformarán la tercera edición del Fondo del Desendeudamiento (Fondea) se realizará por tramos. El Presupuesto 2012 estipula que se utilizarán 5674 millones de dólares de las reservas para cancelar pasivos en manos de privados. En cada una de las operaciones que se hagan en el año la autoridad monetaria evaluará, de acuerdo con los requerimientos que establece la nueva Carta Orgánica, si existen “reservas de libre disponibilidad” para responder la solicitud del sector público. Ayer el órgano de gobierno del BCRA autorizó la transferencia de 2180 millones de dólares al Tesoro, el 38 por ciento del total. Esos fondos corresponden a las obligaciones a pagar durante el primer semestre. Todavía no está definida la mecánica para transferir el resto, pero desde el equipo económico deslizaron que analizan la posibilidad de realizarlo en dos etapas adicionales.

El Ministerio de Economía emitió ayer una resolución que oficia de marco para constituir el Fondea 2012 y dispone que la transferencia de los recursos se hará en forma progresiva. En esta primera etapa, el intercambio de los dólares por una letra del Tesoro no reflejará una caída en las reservas, ya que una parte de esos recursos fue utilizada para cancelar pasivos desde comienzos de año y evidenciaron la reducción de los activos del Central en ese momento.

Las reservas comenzaron el año en 46.376 millones de dólares y ayer cerraron en 47.704 millones de dólares. Entre enero y mediados de abril el BCRA compró en el mercado más de 4500 millones de dólares, pero el stock del organismo no subió en igual proporción. En la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont proyectan que a fin de año, después de cancelar la totalidad de los pasivos externos con reservas, el nivel de reservas será superior al observado en enero.

La reforma de la Carta Orgánica del BCRA modificó los parámetros que definen cuál es el nivel de reservas disponibles para cancelar pasivos externos. Hasta el año pasado el organismo estaba obligado a mantener una relación fija entre la base monetaria –billetes y depósitos en la economía– y la cantidad de reservas. Se trataba de un concepto funcional al 1 a 1 y la lógica del endeudamiento externo que no utiliza ningún país en el mundo con tipo de cambio flexible y administrado, como posee hoy Argentina.

Ese concepto fue reemplazado por una nueva forma para determinar el nivel de “reservas óptimas”, que ayer entró en funcionamiento. Según establece la nueva Carta Orgánica, el directorio del BCRA debe “determinar el nivel de reservas necesarias para la ejecución de la política cambiaria tomando en consideración la evolución de las cuentas externas”. Los criterios utilizados y las estimaciones realizadas no fueron difundidas por la autoridad monetaria, pero desde el organismo señalaron que “para determinar la existencia de reservas suficientes para afectar 2180 millones de dólares al pago de deuda con tenedores privados, el BCRA actualizó sus proyecciones del sector externo y efectuó un análisis de las condiciones macroeconómicas”.

En ese sentido, se incorporaron nuevos elementos como la menor remisión de utilidades al exterior prevista para 2012, las perspectivas de la cosecha y el aumento en el precio de los commodities, las operaciones de endeudamiento de empresas y provincias y la evolución de la balanza comercial. Con esos elementos, los directivos determinaron la existencia de reservas de libre disponibilidad suficientes para realizar la transferencia. Se trata de una regla que no será fija “para poder asimilar cualquier cambio endógeno o exógeno en los parámetros que tenemos en cuenta”, argumentaron en la entidad.