EL MUNDO › OSAMA BIN LADEN, LíDER DE AL QAIDA

El último enemigo público

Alto y extremadamente delgado, con un aire de mansedumbre desmentido por los hechos que los Estados Unidos le atribuyeron, Osama Bin Laden, el líder de la red Al Qaida, alcanzó la definición de “enemigo público número uno” hace casi una década, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en suelo norteamericano. Desde entonces, fue la presa más deseada, más escurridiza para el imperio.

Osama Bin Laden tenía 54 años, había nacido el 10 de marzo de 1957 en Arabia Saudita. Fue el decimoséptimo hijo del jeque Salem Bin Laden, el único de sus 52 hijos que no se dedicó a multiplicar la gigantesca empresa de construcción de su padre. Se graduó en la Universidad Rey Abdul Aziz y, según él mismo contó, tres hechos de fines de la década del ’70 definieron su vocación: los acuerdos de paz impulsados por los Estados Unidos entre Israel y Egipto, la revolución islámica de Irán y la invasión de la URSS en Afganistán. Fue entonces cuando se involucró en la guerra contra las fuerzas soviéticas, buscando fondos para financiar la resistencia afgana, y fue entonces también cuando supo ser un aliado dilecto de Norteamérica. En Afganistán se vinculó con la Jihad Islámica, en su versión egipcia; sobre aquellas relaciones basó la fundación de Al Qaida, hacia 1987-1988, con un propósito único: la “guerra santa islámica contra los judíos y los cruzados”. Pocos años más tarde, con la Guerra del Golfo, con pies infieles pisando Arabia Saudita, el mismo suelo que había pisado el Profeta, su sociedad con los Estados Unidos viró en enemistad.

Pero recién hacia 1993, después del atentado contra el World Trade Center, Bin Laden comenzó a ser motivo de preocupación para los servicios de inteligencia estadounidenses. Con el apoyo de los talibán en el poder afgano, a mediados de los ’90, Al Qaida le declaró la guerra a Estados Unidos y anunció que su misión, desde ese momento, sería matar ciudadanos de ese país. “Mientras los israelíes matan a niños inocentes en el Líbano y Palestina, ¿por qué los judíos y los musulmanes inocentes de EE.UU. se callan la boca? Su silencio los hace cómplices. Entonces tenemos que matarlos”, le dijo Bin Laden al periodista paquistaní Hamid Mir. Al Qaida fue acusada de sostener movimientos terroristas en Afganistán, Sudán, Pakistán, Irán, entre otros países. Muchas veces se dio por muerto a Bin Laden; la última fue anoche.

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