Martes, 28 de junio de 2011 | Hoy
EL PAíS › QUEJAS DE LOS QUE NO QUEDARON CONFORMES CON SU LUGAR Y LAS RESPUESTAS DEL OFICIALISMO
Algunos dirigentes de la central obrera, así como radicales K y D’Elía, manifestaron malestar por los lugares que se les asignaron, pero descartaron una ruptura. Para Aníbal Fernández, las diferencias no implican “una limitante” en la relación con el Gobierno.
Como siempre que cierran las listas de candidatos, aparecen las quejas de los que se consideran “relegados” en el armado del oficialismo. Aunque con bajo perfil, en la CGT mostraron “malestar” por los lugares con posibilidades que obtuvieron. “En todos lados queda gente caliente”, aseguró ayer el dirigente de los taxistas Omar Viviani, de cercana relación con el líder de la central obrera, Hugo Moyano. Tanto el titular de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, como el de judiciales, Julio Piumato, rechazaron participar en las listas por los lugares que les ofrecieron. “Existen tensiones sin que signifique una ruptura”, afirmó sin embargo Schmid. El dirigente social Luis D’Elía y la radical K Silvia Vázquez mostraron mayor enojo, pero por ahora nadie pegó el portazo. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que “algunos quisieran más, otros quisieran menos, pero eso no es una limitante” en la relación con el gobierno nacional.
“Cuando termina el cierre de una lista, en todos lados queda gente caliente: compañeros y compañeras calientes. Nosotros estamos dentro de ese contexto”, señaló Viviani al explicar el desencanto que generó en la central obrera los pocos lugares con expectativa para ingresar al Congreso en las elecciones del 24 de octubre. El metalúrgico Carlos Gdansky –que no pertenece al entorno de Moyano– y Facundo Moyano, hijo del titular de la CGT y dirigente de la Juventud Sindical, fueron los favorecidos en la lista del Frente para la Victoria bonaerense. Schmid, después de rechazar ocupar el sexto puesto en la lista de diputados por Santa Fe, resaltó que “con Moyano creemos que hay una mirada del Gobierno que nos ubica en un lugar secundario”.
Tras esos dichos, la CGT se sumergió en el silencio para intentar bajar la tensión hasta que pase el vendaval. La central sindical reclamó con fuerza en los últimos tiempos una mayor participación en las candidaturas legislativas. Incluso llegó a hablarse de un compañero de fórmula presidencial, como Héctor Recalde, abogado de la central obrera y diputado nacional. “Por las expectativas que teníamos, el cierre fue una fuerte sorpresa que generó malestar”, señaló a Página/12 una fuente cegetista. En el mismo sentido Schmid dijo: “No podemos decir que estamos en el mejor momento. Teníamos una aspiración concreta y fuimos desplazados”. Más allá de los rezongos, la CGT mostró asistencia perfecta el Olivos, cuando la Presidenta anunció a su compañero de fórmula.
En el Gobierno estimaron que la relación con la CGT no había sufrido modificaciones, a pesar de los tironeos electorales. “No he visto nada que me hiciera pensar que (Moyano) estuviera disgustado por algo –afirmó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández–. A mí no me dijo ni una sola palabra sobre eso, yo tengo una relación muy buena con Hugo.” Para Fernández, “la relación con la CGT es la misma que existió siempre” y destacó que el movimiento obrero “es la columbra vertebral del PJ y así lo cree la Presidenta”.
Los sindicalistas no fueron los únicos que demostraron su malestar. El dirigente de Miles, Luis D’Elía, señaló que había “mucha indignación en los movimientos sociales que fueron excluidos del armado del FpV” y agregó que “nos sentimos kelpers” porque “hasta dos horas antes del cierre estuvimos manteniendo reuniones y nos dijeron que teníamos asegurado un lugar”. A pesar del descontento, el líder de la Federación de Tierra y Vivienda destacó que de todas formas iban a “apoyar incondicionalmente a la Presidenta y a (su compañero de fórmula Amado) Boudou”.
La diputada Silvia Vázquez, del Partido de la Concertación, fue dura con el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, arquitecto de la estrategia y el diseño electoral. “Zannini nos hizo a nosotros lo que (el vicepresidente Julio) Cobos le hizo a la Presidenta”, se quejó Vázquez.
Los aliados de Nuevo Encuentro no tuvieron una lectura negativa por el armado final de las listas. “Con toda la discusión que se generó el sábado, entendemos que nosotros salimos fortalecidos”, aseguró a este diario una fuente del partido de centroizquierda que llevará a la Presidenta como cabeza de lista. “Había mucha tensión, pero se sostuvo el acuerdo y eso no nos dejó disgustados ni de lejos”, agregaron en el entorno del diputado Martín Sabbatella, que se presentará como candidato a gobernador bonaerense con intendentes y legisladores propios.
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