Martes, 25 de octubre de 2011 | Hoy
EL PAíS › EL FRENTE PARA LA VICTORIA SE ASEGURó CON SUS ALIADOS EL QUóRUM EN LA CáMARA DE DIPUTADOS
El oficialismo en la Cámara baja recuperará la mayoría propia que había perdido en las legislativas de 2009. El radicalismo, a pesar de su mala performance electoral, se mantiene como segunda fuerza. El Frente Amplio progresista llegó a las 23 bancas.
Por Miguel Jorquera
El kirchnerismo recuperó el control de la Cámara de Diputados. El abrumador triunfo de Cristina Fernández de Kirchner logró traccionar sus listas de legisladores en todo el país y alcanzar un objetivo que hasta antes de las primarias aparecía como inalcanzable. El Frente para la Victoria puso en juego en esta elección más de la mitad de sus legisladores –51 de 87– y terminó en el final del recuento provisorio alzándose con 81 bancas (incluidos tres candidatos de Nuevo Encuentro que iban en sus boletas) y con un bloque propio de 114 diputados. Que sumado a sus aliados más fieles –siete santiagueños del Frente Cívico, tres neuquinos del MPN y cinco de NE– le permite alcanzar el número mágico de 129 para el quórum propio y la mayoría de la Cámara baja para dirimir cualquier votación ajustada. Una diferencia que puede ampliar incluso si logra sumar en la negociación parlamentaria a otros dos monobloques que suelen acompañar las principales iniciativas del Gobierno, mientras mira de reojo a otros once peronistas de distintas provincias que nunca se habían plegado o rompieron con los federales del PJ anti K.
La extraordinaria recomposición numérica del bloque oficialista en la Cámara baja tuvo un aporte fundamental en la provincia de Buenos Aires. Allí, la lista que encabezó el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, logró 22 diputados entre los que figuran los ministros provinciales Cristina Alvarez Rodríguez (Infraestructura) y Mario Oporto (Educación), gremialistas como Carlos Gdansky (UOM La Matanza) y Facundo Moyano (Peajes e hijo de Hugo Moyano), jóvenes de La Cámpora como Eduardo De Perdo (uno de sus líderes) y Mayra Mendoza, y aliados como el socialista Jorge Rivas y Carlos Raimundi (NE).
Pero el kirchnerismo también se alzó con triunfos en el resto de los principales distritos del país, que antes le habían sido adversos. En la Ciudad sumó cinco de los doce diputados que estaban en juego en la lista que encabeza el viceministro de Economía, Roberto Feletti, el dirigente de La Cámpora Andrés Larroque y el aliado Juan Junio (NE). Lo mismo sucedió en Santa Fe, donde la lista que llevaba al intendente de Rafaela Omar Perotti se impuso al FAP, aunque terminaron repartiendo en partes iguales las diez bancas de la provincia. En Córdoba, cuatro de nueve llevando en su lista a los intendentes Fabián Francioni (Leones) y Daniel Giacomino (Ciudad de Córdoba). Y en Mendoza, con tres de las cinco que se reparten.
Aunque el arrastre también alcanzó triunfos resonantes en todo el país. Como en Chubut, donde se alzó con las dos bancas de la provincia frente al gobernador Mario Das Neves que no consiguió ninguna. Santiago del Estero, donde el aliado Frente Cívico renovó las cuatro bancas que se disputaban; en San Juan y Formosa se quedó con las tres en juego; Santa Cruz –había perdido en 2009– el FpV se quedó con las dos bancas de la provincia, igual que en Catamarca.
En Misiones, el Frente Renovador sumó tres diputados (que luego se sumarán al bloque oficialista en la Cámara baja) y el FpV que llevó candidatos propios se alzó con la restante. En Tucumán, cuatro de cinco, y en Salta, Entre Ríos y Corrientes tres de cuatro. También hubo elecciones más parejas, como en La Pampa y Neuquén, donde el FpV se impuso al Frepam y al MPN pero se quedó con una sola de las dos bancas. O más decepcionante como en La Rioja, donde sólo consiguió una de tres.
La UCR salvó el magro resultado electoral de su candidato presidencial Ricardo Alfonsín manteniendo un bloque de 42 diputados –aunque perdió una banca– que lo coloca como la principal bancada opositora en la Cámara baja. Los radicales sorprendieron en la Ciudad de Buenos Aires, donde consiguió una banca el ex fiscal Manuel Garrido después de la decepción que significaron las PASO en territorio porteño, mientras que en la provincia de Buenos Aires quedó relegada al tercer lugar con cuatro bancas, que reparte en partes iguales con su (ex) aliado Francisco de Narváez, con lo que coloca en la Cámara a los partidarios Miguel Bazze, presidente de la UCR provincial, y a Eduardo Santín. La UCR consiguió apenas dos bancas en Córdoba, una en Mendoza –donde disputaba la gobernación– y ninguna en Santa Fe. Tampoco en Corrientes, donde gobierna un radical, y una en Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Salta y Tucumán. El Frente Amplio Progresista fue el único bloque opositor que sumó bancas, aunque arriesgaba 11 de los 19 diputados que forman el interbloque –PS, GEN, UP, Libres del Sur y el juecismo cordobés– para concluir con 23 diputados. Un logro donde resultó clave la levantada –con respecto a las PASO– de la performance electoral en Buenos Aires, donde se llevó cinco bancas y logró sumar a Víctor De Gennaro el ingreso de Victoria Donda, el socialista Ricardo Cuccovillo y al ex CC Sebastián Cenquerrui. En Santa Fe, otros cinco con mayoría de socialistas en las listas y en Córdoba, donde el juecismo colocó a tres partidarios. Sin embargo, no lograron lo mismo en la Ciudad, donde sólo ingresaron Claudio Lozano y Roy Cortina.
El disuelto Peronismo Federal suma 22 diputados alineados con tres líderes diferentes. Alberto Rodríguez Saá (9), que alcanzó por apenas 400 votos las dos diputaciones que reparte San Luis, relegando al FpV; una en Mendoza y otras dos en Buenos Aires, que ya le provocaron dolores de cabeza: el líder piquetero Raúl Castells quedó en la puerta, pero enseguida logró que su movimiento pidiera la renuncia de Ramona Pucheta –también del MIJD– y dejara la banca a su líder. Eduardo Duhalde se quedó con un bloque de 7 diputados, tras haber sumado el domingo sólo dos bancas en territorio bonaerense, Graciela Camaño y Carlos Brown, pero quedaron afuera otros colaboradores como Carlos Ruckauf. En tanto, Francisco de Narváez sólo tendrá 6 bancas si suma a su bloque a la ex ministra Graciela Camaño, a quien convenció de pasarse al Udeso.
Con las tres bancas que consiguió el PRO en la Ciudad –las únicas en todo el país– el bloque que encabeza Federico Pinedo, que renovó su banca, volverá a contar con once legisladores. Elisa Carrió, en cambio, perdió once de las doce bancas que arriesgaba, sólo permaneció la porteña Patricia Bullrich.
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