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“Están preñados de malicia y concibiendo la maldad”

En su alocución frente al tribunal, antes de conocer su condena, Von Wernich abundó en referencias bíblicas, habló de testigos falsos y se ocupó de citar palabras de Bergoglio.

“Como siempre en el derecho argentino, la última palabra la tiene el acusado”, anunció el presidente del Tribunal Oral Federal, Carlos Rozanski. Fue el prólogo a las “reflexiones sobre temas bíblicos” que decidió hacer Christian von Wernich, antes de enterarse que había sido condenado a reclusión perpetua. En un discurso de cinco minutos, con un tono algo desafiante, comparó su situación con la de Jesucristo, habló de corazones preñados de malicia, de testigos falsos y citó una misa pronunciada por el cardenal Jorge Bergoglio.

“Cuando vine aquí la primera vez, me parece que cambiaron el crucifijo, era más chiquito, me parece que pusieron uno más grande. Pero mirando al crucifijo, ahí está Cristo...”. Von Wernich recordó versículos bíblicos hasta que lo interrumpió el juez Rozanski. Un grupo de personas había empezado a levantarse para dejar hablando solo al ex capellán hasta que el magistrado advirtió: “Esto no es un cine continuado donde se entra y se sale”. El que se fuera de la sala no podría presenciar el veredicto.

Frío, el cura retomó su discurso aludiendo a palabras de Jesucristo. “Hay algo muy importante que quita esa paz en el corazón del hombre, es el pecado. Entonces Jesucristo le dice a los hombres, vayan y perdonen los pecados... Le da a un hombre el poder, la potestad, y la autoridad para perdonar pecados. Ese poder, esa potestad, esa autoridad, a lo largo de toda la historia de la iglesia... lo recibimos nosotros que somos los sacerdotes en algo que llamamos sacramento de la confesión... Este es el punto clave. El hombre que quiere reconciliarse con el hombre y con Dios necesita paz, si no tiene paz va a obrar por un corazón herido... Tenemos paz, podemos reconciliarnos. No tenemos paz, no nos vamos a reconciliar nunca. Pero, ¿quién quita la paz?”

Ese fue el momento que eligió Von Wernich para repetir palabras del Arzobispo de Buenos Aires: “El cardenal Bergoglio fue muy clarito, el domingo en la misa de las siete, en el mensaje de Luján. El domingo dijo fíjense lo que dice el salmo siete en el verso 15. Son palabras de Dios.... Dice que el demonio, es un testigo falso porque está en la mentira, no está en la verdad. Están preñados, preñados de malicia, concibiendo la maldad y dando a luz a la mentira, estos corazones son los que tenemos que tratar de erradicar en el hombre. El sacramento de la confesión o de la reconciliación, le da la oportunidad al hombre de hacerlo y a nosotros, los sacerdotes de la iglesia, la potestad de administrarlo y compartirlo”, dijo.

“Sanar ese corazón herido y reconciliarlo con dios y con los hombres, eso es lo que necesitamos... creer en la verdad, que María nos enseñe a caminar por la verdad. Que el fin no justifica los medios. Si queremos llegar a la verdad, hagámoslo con paz, con reconciliación y en la verdad. Porque un corazón preñado de malicia es un corazón que no entiende lo que Dios quiere y lo que el hombre necesita: reconciliarse”. Esas fueron las últimas palabras de Von Wernich antes de saberse condenado a la pena máxima. El público lo miraba en silencio.

Informe: S. A.

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“El fin no justifica los medios. Si queremos llegar a la verdad, hagámoslo con paz, con reconciliación.”
 
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