Jueves, 21 de octubre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › EL MINISTRO DE ECONOMíA, AMADO BOUDOU, ANUNCIó EL LANZAMIENTO DEL CENSO 2010
Hizo hincapié en que no se trata de una propuesta de un gobierno, sino de un mandato constitucional, y aclaró sobre supuestos temores de inseguridad. Un decreto del Ejecutivo prohíbe a los comercios ocupar empleados el 27, que será feriado nacional de 8 a 20.
Por Horacio Cecchi
–¿Se lo puede atender por el portero eléctrico o por la mirilla? –preguntó la cronista con ánimo de campaña contra la ola de inseguridad.
–Y mire, no es que no se pueda hacer, sino que no es el modo de entablar relaciones sociales típico de los argentinos.
A las 11.23, el ministro de Economía, Amado Boudou, iniciaba la conferencia de prensa en la que anunciaría formalmente el lanzamiento del Censo 2010, en el miniauditorio del 5º piso del Ministerio de Economía. Lo secundaban Ana Edwin, directora del Indec; Norberto Itzcovich, director técnico del mismo organismo, y Roberto Muiños, coordinador del censo. Durante alrededor de media hora, Boudou, y después Edwin, Itzcovich y Muiños, explicaron todos los detalles que hacen del censo un hecho destacable por parte no del gobierno de turno, sino del Estado. Entre otras cuestiones, que por primera vez se confeccionó un cuestionario inclusivo y que según los parámetros oficiales será el censo más completo y más barato de la historia, incluso comparativamente económico en el plano internacional. La campaña de preocupación de un sector de la prensa no tuvo oídos para otra cosa que para preguntar sobre los presuntos temores de la gente a la hora de recibir al censista.
Ayer, además de la presentación formal, los ministerios de Economía y Trabajo suscribieron un decreto que prohíbe a los comerciantes emplear trabajadores el día del censo.
Con un poder de síntesis envidiable, en cuatro minutos Boudou enmarcó la iniciativa del Censo 2010 en una cuestión de Estado (“No es un acto del gobierno nacional”, empezó diciendo); en que se trata del censo más inclusivo de la historia, porque va a “llegar a todos”, dijo (por la inclusión de los habitantes descendientes de pueblos originarios, de afrodescendientes, de personas con discapacidad y de parejas de igual sexo), y en la necesidad de permanencia en la casa hasta el arribo del censista (sostenida por el feriado nacional por resolución 1159/2010 y 639/2010 de los ministerios de Economía y de Trabajo).
Después de una breve interrupción para proyectar un video publicitario del censo, continuaron la conferencia los especialistas. Ana Edwin hizo hincapié en que el censo se trata de un mandato constitucional que de no hacerse el gobierno estaría incumpliendo; en que es una herramienta fundamental para la representación política y para la determinación de la coparticipación federal. “Se obtienen las cifras exactas para definir la cantidad y las condiciones en que vive la población y de ese modo establecer exactamente los recursos presupuestarios.” Edwin sostuvo que en la preparación del censo “trabajamos con las organizaciones de muchos sectores vulnerables, como los discapacitados, que nos fueron indicando qué tipo de preguntas se debían formular”. Edwin también mencionó a los afrodescendientes, otro de los grupos poblacionales “invisibilizados”. “Desde 1895, con el segundo censo, nunca más fueron censados, y con el mito de que murieron todos en la guerra de la Triple Alianza y durante la fiebre amarilla, no se los cuenta y, si no se los cuenta, están invisibilizados.”
Aclaró que otro sector que siempre fue desplazado del interés censal son los habitantes descendientes de pueblos originarios. “Se les preguntaba si en la familia hay ‘algún’ descendiente sin especificar más, con lo que ‘algún’ puede ser uno o pueden ser 17. Ahora se va a registrar el número”, agregó.
Un cuadernillo fue destinado a las escuelas para dar idea a los alumnos y a los docentes sobre los pasos y la práctica del censo. Edwin describió que más de 650 mil censistas tendrán a cargo (muchos ya tienen porque en provincias como Chubut ya se inició ayer, ver aparte). Edwin concluyó su disertación anticipándose a algunos puntos álgidos: “Están garantizadas las condiciones de seguridad para todos”.
Después Itzcovich y luego Muiños extendieron particularidades técnicas. Por ejemplo, que se imprimieron 22 millones de fomularios básicos y 10,5 millones del tipo ampliado, además de 250 mil para viviendas colectivas y “miles y miles de planillas para los jefes de radio”. Logística que incluye lápiz, goma y tablita para apoyar para cada uno de los 650 mil censistas, 490 mil cajas para guardar las planillas, 20 escaners para escanear 172 millones de hojas que “colocadas una al lado de otra darían la vuelta al mundo por el Ecuador”, dijo Itzcovich. Después llegará la tarea de los analistas. Los resultados parciales estarán disponibles para mediados de diciembre de este año. Entre junio y diciembre de 2011 estarán los resultados finales, básicos y ampliados. Y será el más barato de la historia, a razón de tres dólares por persona, mientras que los anteriores oscilaron entre los seis en 1991 y 4,3 en 2001.
Después llegó el espacio para las preguntas de la sordera.
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