Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


LAS STARS EXHIBEN CADA VEZ MAS IMPUDICAMENTE SU INTIMIDAD
Los famosos que dan pena

na28fo04.jpg (17824 bytes)

Susana Giménez televisó los pasos de sus divorcios.
Antes, se había casado, con buen rating, por tele.

Hace un año, los talk shows mostraban “gente común” contando sus
cuitas. Ahora son los famosos los que aparecen exhibiendo sus
dolores y traumas, mientras la “gente común” está en las telenovelas.
na28fo02.jpg (6986 bytes)

Moria juntó a su actual y a su ex, en un programa.
Luego, a los hijos, cruzados, de los tres en danza.


Por Mariana Enríquez

t.gif (862 bytes) Un año atrás, la televisión estaba dominada por los talk shows. Quizá ninguno fue un enorme suceso de rating, pero lo cierto es que la exposición de la gente común, las historias bizarras y los dramas familiares eran moneda corriente. Karin Cohen conducía “Sin Vueltas” ‘talk show de clima calmo/reflexivo, que podía incluir desde mujeres golpeadas hasta cirugía estética, siempre con psicóloga presente. María Laura Santillán, en “Causa Común”, elegía temas más simpáticos, desde “mi hija tiene un novio raro” hasta “la mujer de mi ex marido es mi amiga”, siempre en un tono liviano de mujer moderna. Moria Casán, con “Amor y Moria”’ se concentraba en violencia familiar: uno de sus entregas más recordadas consistió en la ubicación de una cámara oculta en casa de una mujer golpeada, para registrar al marido violento e iniciar una demanda judicial. Esto sin mencionar el caso de una mujer que recientemente había recibido un transplante hepático y que en “Amor y Moria” se encargó de relatar cómo su marido la maltrataba a pesar de su estado. Y por supuesto Mauro Viale, con su talk show de semicelebridades que de alguna manera anticipó el estado actual de las historias de la vida real en la TV. Porque, hoy, las historias de la vida real han dejado de ser las historias de la gente común.
Karin Cohen es actriz. “Causa Común” ya no se trata de pequeños problemas de gente como uno: exhibe famosos reviviendo infancias, recordando viejos amores, en fin, tratando de mostrarse como, precisamente, gente común. Y Moria Casán, como nadie a esta altura ignora, se ha convertido en protagonista de su propio talk show. “La Noche de Moria” empezó como un talk show “con” famosos (con llanto emocionado obligatorio al final del programa), y a partir de las últimas entregas se transformó en una suerte de terapia de grupo para la familia de Moria. Primero fue el programa con dos maridos repetido “a pedido del público” y el lunes pasado uno con su hija, la hija de su actual pareja y dos de los tres hijos de su ex marido. Un cambalache que llevó a Jorge Rial, contratado como moderador, a expresarle que estaba pasando hacia un lugar sin retorno. A partir de estos programas de Moria, con su familia en el piso, las posibilidades son infinitas: ya no es delirante pensar en Susana Giménez proponiendo un living con Huberto Roviralta y su nuevo novio JR. O un encuentro entre Silvia Soldán y Silvia Süller que termine en apasionada reconciliación. O una charla madura entre Guillermo Coppola, Alejandra Padrón y María Fernanda Callejón, con Diego Maradona como moderador.
Paralelamente además, se da otro fenómeno. Los famosos han invadido todos los lugares televisivos de la “gente común”. Si Televisión Abierta se fue de la pantalla, entró “Trip”, que es más o menos la misma idea: una cámara casual donde la gente (en este caso famosa) dice lo que tiene ganas. Nicolás Repetto sortea autos... para famosos que ganan miles de dólares, un hecho inédito de gusto bizarro. “Tal para cual”, el programa de concursos para parejas que conduce Jorge Rossi por Telefé, está intentando levantar su magro rating con la introducción de parejas famosas en el juego. “Y mientras sucede esto –dice Viviana Gorbato, periodista–, las telenovelas cambiaron: ya no se trata de ricos y famosos, es al revés. Ahora los héroes ficticios son gente común: los ‘Gasoleros’ y los ‘Campeones’. La vida cotidiana se idealiza: ‘Gasoleros’ es una idealización. Y ‘Campeones’ es la idealización de la Argentina corporativa que ya no existe, que se perdió y que sólo puede recuperarse a través de la TV.”
El proceso es más o menos el siguiente: la vida de la gente común es telenovela, es ficción, y la de los famosos se ha convertido en vida real. Los personajes mediáticos tratan de mostrarse en todas las facetas posibles: punzantes e inteligentes en “La Biblia y el Calefón” de JorgeGuinzburg (América), fiesteros y divertidos en el programa de Andrea Frigerio (América), críticos y reflexivos en “Yo amo a la TV” (América), tiernos y “normales” en “Causa Común” (Canal 13) y problemáticos y no tan perfectos en “La Noche de Moria”.
Los talk shows viven su mejor momento en Estados Unidos, el país que creó el formato. Allí Jerry Springer obtiene ratings siderales con sus historias bizarras y sus invitados desenfrenados, todos desconocidos. Cada programa termina en golpiza, o en rotundo drama lacrimógeno. Pero eso nunca sucedió en los talk shows vernáculos, con la excepción de “Mediodía con Mauro”, que en algún sentido superaba el género: no se trataba específicamente de un talk show, los “invitados” no eran necesariamente famosos en sí mismos, y de alguna manera definía el gusto por la disección de las intimidades de ricos y famosos.
“Yo fui fan de ‘Mediodía con Mauro’ –dice Gorbato–. Era un espectáculo grotesco, muy de la sociedad argentina, que no puede ser superado. Tuvo que terminar porque ya no se podía seguir adelante: parecía que iba a terminar en un crimen, y por ende ya no se puede innovar en ese género: lo único que queda es destrozar a los famosos.” O mostrarlos como personas comunes. “Tiene que haber una destrucción de los ídolos, mostrar que esa vida de brillo no es deseable. Quizás esté relacionado con el posmenemismo. Si la gente común ya está destrozada, habrá que idealizarla. Y esto reclama un chivo expiatorio. Los talk shows se están convirtiendo en el crimen y castigo de los ricos y famosos.”

OPINIONES

Por Mirta Varela *
Por Carlos Polimeni
Por Luis Alberto Quevedo *

 

PRINCIPAL