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DES economías
Por Julio Nudler
Aun a riesgo de convertirse en malditos, ya son unos cuantos los economistas
que están bregando por la ruptura de la convertibilidad y la devaluación
del peso como salida inevitable de la crisis. Su número creció
lo suficiente como para constituir el Encuentro de Economistas Argentinos,
cuya mayor coincidencia es que la actual paridad es insostenible. Los
desacuerdos entre ellos pueden empezar tan pronto se pregunte después
qué. Pero por ahora prefieren enfatizar su básica coincidencia.
Sin ir tan lejos, los devaluacionistas ya no se sienten aplastados por
los que se aferran al dogma de la paridad congelada con el dólar.
La encrucijada de la convertibilidad envalentona a sus detractores, que
ahora pueden levantar la voz sin miedo. La catástrofe no es el
día siguiente a la devaluación: la catástrofe es
hoy, por los datos del presente y por su proyección hacia el futuro.
Anfitrión del Encuentro, en su estudio de Tucumán al 900,
es Juan José Guaresti. Forman parte del club desde Eduardo Curia
y Eduardo Conesa, que ven la devaluación como una panacea, hasta
Héctor Valle y Mercedes Marcó del Pont, que la contemplan
sólo como parte de un amplio giro de la política económica.
Del cenáculo también participan Daniel Pérez Enri
(economista radical, cercano a Melchor Posse), Walter Graziano, Marcelo
Lascano y el músico, ex presidente de la UIA y ex industrial Roberto
Favelevic, sucesor de José Luis Machinea como director de estudios
del Instituto de Desarrollo Industrial de la UIA.
Los miembros más reflexivos de esta suerte de club inglés
reconocen que la convertibilidad es una trampa muy bien armada por Domingo
Cavallo, a la que ahora se le va a agregar la convertibilidad fiscal,
para no hablar de la hipertrofiada deuda externa. Para un observador imparcial,
la conclusión más estremecedora es la intransitabilidad
de cualquier camino: tanto del que sigue por la misma traza definida en
1991, como del que pretende cambiar el rumbo. ¿O sólo se
trata de un ataque preelectoral de pesimismo?
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