Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Finanzas

E-Cash

El Baúl de Manuel

E-mail

Volver

Por Maximiliano Montenegro

Dice un colaborador de José Luis Machinea que el candidato a Economía de Fernando De la Rúa está trabajando con una carga horaria similar a la de un ministro. Cuenta que pide consejos seguido a Miguel Angel Broda, el gurú número uno de la city, y que “piensan muy parecido”. Revela que tiene los equipos listos y que FIEL, la liberalísima fundación donde trabaja López Murphy, prestará varios de sus cuadros. Asegura que “no tiene uno sino dos paquetes” de 30 medidas para la semana después de las elecciones. Nadie puede dudar que, de llegar al poder, la Alianza estrenaría gobierno con el pie derecho. Es lo que pide a gritos, desde las tribunas del mercado, el establishment financiero. Hasta la pata menos conservadora de la Alianza admite esta realidad, pero sueña con “entrar por la derecha y salir por la izquierda”.
El miércoles pasado, durante una selecta reunión con financistas, Broda, el hombre más escuchado por banqueros y fondos de inversión extranjeros, contó la receta que, en su opinión, deberá anunciar al día siguiente, “después de la despedida de soltero”, el presidente electo.
En síntesis, consiste en un amargo cóctel de ajuste fiscal que, entre otras cosas, incluye: reducción a la mitad de ATN girados a las provincias y fondos para viviendas del FONAVI, eliminación de gastos reservados y jubilaciones de privilegio, y baja de salarios públicos de 10 y 20 por ciento para los que ganen más de mil pesos mensuales. Dice que sólo así los inversores volverán a confiar en Argentina, bajará el riesgo país y se podrá salir de la recesión. Si no, advierte, “puede haber corridas contra el peso” y “vamos al caos”.
Broda descuenta el triunfo de Fernando De la Rúa. Y que Machinea ocuparía el Ministerio de Economía. Para concluir lo primero se basa en las encuestas que le acerca Rosendo Fraga. Aunque De la Rúa haya eludido siempre definirse sobre el punto, en lo segundo influye su amigo y compañero de consultoría, Ricardo López Murphy: “Machinea es el ministro, no estoy en carrera”, comenta en privado el radical economista de FIEL.
Broda es optimista, al igual que los inversores –afirma– que en los últimos días hicieron bajar el llamado riesgo país. Para el caso es lo mismo, porque él habla en primera persona para referirse, indistintamente, a sus ideas y a las del establishment financiero.
Dicen los que trabajan con el candidato a ministro, que Machinea y Broda conversan hoy muy seguido. Y se preocupan por aclarar que no piensan distinto. Revelan, además, que FIEL prestará cuadros al equipo: Daniel Artana, Santiago Urbiztondo, y Mónica Panadeiros, entre otros. ¿Será una estrategia del radical, elogiado más por Chacho Alvarez que por De la Rúa, para seducir al establishment? ¿O será que “es un economista mucho más maduro”, como afirma Broda?
Julio Godio, ex consultor de la OIT e integrante del Instituto Programático de la Alianza, es hombre de confianza de Raúl Alfonsín. Hace algunos días, junto a Jorge Sappia, candidato a Trabajo de De la Rúa, llevó a cabo un acercamiento con la cúpula en pleno de la CGT, supuestamente en búsqueda de una incipiente concertación.
Godio reconoce que, pese a que un tercio de la gente está cayendo al vacío de la pobreza y el desempleo, la prioridad en el debut aliancista no será tender un firme red de protección social sino un fuerte ajuste fiscal. A menos que dicho apretón se basara en mayores impuestos de carácter progresivo, si se concentrara en el gasto público, inevitablemente, agujerearía aún más el frágil tramado del gasto social.
Sea como fuere, Godio coincide en que es necesario para preservar la estabilidad. Como Broda, cree que, para eso, será imprescindible la colaboración de Menem, como jefe de la oposición. Así, no considera simple protocolo la visita del presidente a Alfonsín el jueves último. “La gobernabilidad va a estar dada porque a Menem, como jefe de la oposición, le va a interesar que a Argentina le vaya bien en el 2000. Si Argentina vaal caos el año próximo, la gente va a pensar que la culpa es de Menem”, especula el gurú de la city.
A diferencia de Broda, Godio teme que, ajuste mediante, haya una etapa de turbulencia social “en sólo seis meses” si no se abre una instancia de concertación más amplia. A diferencia de Broda, dice que Machinea todavía le da esperanzas de que la Alianza pueda aplicar políticas menos ortodoxas.


Según Broda, antes que se aplique el paquete de Duhalde
“Es más probable que Machinea baje salarios”

Por M.M.

–Usted plantea que, si no se hace nada, el año próximo el déficit fiscal será del orden de los 10 mil millones de pesos. Y recomienda un superajuste fiscal que incluye baja de salarios públicos. ¿A quién ve más cerca de aplicar semejante paquete?
–Si uno mira la solicitada del gobernador Duhalde, es la antítesis de lo que es necesario hacer. En el caso de De la Rúa, está más encima de la realidad, se siente más presidenciable y me da la sensación de que podría hacerlo. Está dispuesto a aplicar un shock de confianza que incluye necesariamente austeridad fiscal. No hay nada más reactivante que reducir el déficit fiscal y bajar las necesidades del financiamiento del Estado.
–¿El ajuste fiscal se tendría que anunciar a los pocos días de las elecciones?
–El programa debería anunciarse después de la despedida de soltero: si quiere, De la Rúa puede festejar una noche. El 25 (de octubre) a la noche, tiene que empezar a dar señales de cómo va a gobernar y cuáles serán las medidas. Se necesita austeridad fiscal, ganar credibilidad y bajar el riesgo país. Pero, al mismo tiempo, hay que satisfacer las demandas de una sociedad que requieren un mejor Estado y más énfasis en políticas sociales y educativas. El próximo presidente tiene una gran oportunidad, como la que tuvo el presidente Menem gracias a la hiperinflación, para transformar la historia argentina. No hay cambio en el sistema económico sin grandes crisis, porque los políticos son reacios al cambio. Necesitan una situación de crisis para ser más permeables a las reformas que hay que adoptar.
–El ajuste fiscal del que usted habla es mayor que cualquiera de los que aplicó Menem hasta ahora.
–Sí, porque la situación es muy difícil. Hay que hacer un ajuste importante, con reducción de ATN, de gastos reservados, de pensiones graciables y jubilaciones de privilegio. Pero también con baja de los salarios de los empleados públicos que ganen más de 1000 pesos. Además, creo que debería suspenderse la baja de aportes patronales, de cuatro puntos, prevista para diciembre.
–¿Lo ve a Machinea anunciando una reducción de salarios de los empleados públicos?
–Lo veo a Machinea extraordinariamente consciente de la situación fiscal. Los mecanismos que elija para el ajuste no son conocidos. Pero desde ya que no veo imposible una baja de salarios de cierto nivel para arriba. Mire, si usted me pregunta ¿qué es más probable, que se instrumente el programa de Duhalde o que Machinea baje salarios? Mucho más probable es que Machinea baje salarios.
–¿Usted cree, como dicen algunos, que si en dos meses el nuevo gobierno no logra un shock de confianza habrá rápidamente un cambio de ministro de Economía?
–Yo no creo en la idea de que será el segundo Gabinete de De la Rúa el que va a hacer las cosas bien. La gravedad de la situación es suficiente aliciente para esperar un shock del gabinete inicial. Todo el mundo piensa en tres escenarios después de las elecciones. Uno: hay un shock de confianza, se aprovecha la oportunidad y cae el riesgo país. Dos: hay un modelo gradualista, de hacer algunas cositas y seguir viviendo en esta agonía. Tres: hay un caos. Yo tiendo a pensar que hay sólo dos escenarios: o se anuncia las medidas que se deben tomar o vamos al caos. Si no ajustamos el déficit fiscal, el año que viene va a haber necesidades de financiamiento por 24 mil millones. Para conseguir los 18 mil millones de este año estamos teniendo enormes problemas. Y el año próximo las condiciones de financiamiento no van a ser mejores.
–¿Puede haber presiones cambiarias si no se hace el ajuste?
–... (Piensa unos segundos). El riesgo de devaluación en Argentina ha subido. En abril usted compraba dólares a futuro a 1,018 y ahora tiene que pagar 1,11. Si las expectativas que hay en el cambio de gobierno, esta oportunidad de iniciar la presidencia con el pie derecho, se ven frustradas, claramente, puede haber una corrida sobre el peso, haber salida de capitales y agravarse la recesión. Dependerá ahí del gobierno resistir la presión o tirar la toalla como ya se ha hecho otras veces.
–¿El establishment financiero tiene un candidato a ministro de Economía alternativo a Machinea, como ser (Ricardo) López Murphy o (Fernando de) Santibáñez?
–El establishment es muy acomodaticio. Si ve que De la Rúa elige a Machinea como ministro, lo acepta. Yo veo un Machinea muy diferente al de diez años atrás. Además, un ajuste fiscal hecho por mí o López Murphy sería descontado por el mercado. En cambio, un ajuste fiscal hecho por Machinea tiene un poco más de valor (para recobrar confianza), porque no es tan descontado por el resto del mercado.
–¿En qué es diferente el Machinea de hoy al de hace diez años?
–Es un economista mucho más maduro, más sólido, que tiene más en cuenta las restricciones fiscales. El establishment tiene la duda de si tendrá el carácter suficiente para que, como el mejor ministro posible, trate de imponer sus puntos al presidente. Ahora, yo estoy seguro de que, si Machinea fuera ministro, sería hoy mucho menos influenciable de lo que era cuando Alfonsín lo tomaba del brazo en la quinta de Olivos. Hoy lo veo jugándose más por sus principios de lo que fue en el ‘89.


Godio, asesor de Alfonsín, quiere concertación permanente
“Entrar por derecha y salir por izquierda”

Por M. M.
–Ustedes creen que la Alianza ya ganó, ¿y después qué?

–Las cuentas que manejamos dicen que, para enfrentar las dificultades inmediatas, se necesita para el año próximo alrededor de 15 mil millones de dólares. Machinea está buscando entre 8 y 10 mil millones en el FMI y el resto es ajuste. Rediseño del gasto público y mayor presión impositiva para juntar en total 5 mil millones. Pero esto no basta para salir de una coyuntura en la que habrá deflación sectorial. Es decir que tendrán que ajustar sus costos y precios una buena parte del aparato productivo.
–Según las definiciones de la Alianza, no hay mucho por donde bajar costos. No se pueden bajar los aportes patronales, porque aumentaría el déficit fiscal. No se quiere renegociar las tarifas de los servicios públicos con la excusa de la “inseguridad jurídica”. Así, el único costo que va a ajustar será el salarial...
–Es cierto. De hecho, ya hay deflación salarial. Se está entrando en una etapa de definiciones acerca de cómo va a gobernar la Alianza. El problema de un gobierno de la Alianza no es por dónde entramos sino por dónde salimos. Podemos entrar por la derecha y salir por la izquierda. Podemos entrar por la derecha y salir por la derecha. Esta es la verdadera discusión.
–Lo único seguro, entonces, es que van a entrar por derecha...
–La realidad es que el sector externo condiciona hoy la política argentina. La suerte de la Argentina se decide afuera. Entonces, Machinea no vive en el aire. Tiene que especular con que es necesario que los inversores nos den crédito, para lo cual, hacia adentro, hay que hacer un ajuste fiscal para reducir el déficit presupuestario. Mientras tanto, rogamos porque se recuperen los precios de las commodities que exporta la Argentina. Esta idea de que lo externo decide sobre lo interno es compartido por otros actores dentro de la Alianza. Si de entrada no jugamos con esa lógica se sabe que no tendrá futuro ninguna política que vaya más allá. Hay otra realidad: el 50 por ciento de los que votan a la Alianza votan sin convencimiento, con la única idea de rechazo al menemismo. Sobre estas realidades, se puede construir, en negociaciones con sindicatos y empresarios, un camino para poder negociar afuera del país en otras condiciones.
–¿Concertar adentro para renegociar afuera incluiría renegociar los términos de la deuda con acreedores externos?
–Es factible. Por qué, no. Por ejemplo, ¿a qué tasa se consiguen los 8 mil millones de dólares que vamos a pedir?
–Apenas Duhalde lanzó lo de renegociar la deuda, la Alianza salió a decir que se cumpliría con los compromisos.
–Duhalde lo hizo con un objetivo exclusivamente electoral. Dentro de la Alianza, hay tensión sobre cómo enfrentar este tema.
–Si ustedes entran por la derecha, con la mitad de los votos volátiles, corren el riesgo de que al año el descontento social sea aprovechado por el peronismo . Así el poder electoral se les escurriría en tiempo récord...
– Corremos el riesgo de terminar en un colapso rápido, de entrar en una etapa turbulenta en sólo seis meses. Por eso es tan importante encontrar un camino de concertación “permanente”. Esto es lo que se está empezando a articular en reuniones con la del otro día con la CGT.
–¿Qué sacaron de esa reunión?
–Que existe predisposición a concertar, pero si avanzamos sobre una serie de realidades. La primera es la tributaria: cómo se cambia el peso central del IVA y se va hacia un esquema más progresivo. Segundo: el trabajo en negro, que significa una pérdida de 7 mil millones de pesosanuales para el Estado. Tercero: cómo se baja la tasa de interés. Cuarto: una política activa de empleo vinculado a la creación de empresas, con un esquema de subsidios que vaya directamente a la empresa para contratar trabajadores. Quinto: obras sociales. Aquí lo esencial es si las obras sociales van a servir a fortalecer el sistema de salud público o van a quedar adosadas al régimen privado de prepagas.
–¿Machinea es distinto a López Murphy?
–Tiene una visión del rol del Estado mucho más positiva. Y abre alguna esperanza de salir luego por izquierda.
–¿La denuncia de Duhalde sobre el plan secreto de la Alianza para devaluar tiene algún asidero?
–Es falso, lo dice porque está desesperado con las encuestas. La Alianza piensa perseverar con la Convertibilidad, pero al mismo tiempo ir buscando cuáles son los contornos de este régimen, para discutir luego si hay consenso para pasar del tipo de cambio fijo a un régimen de bandas cambiarias.

arriba