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DES
economías
Por Julio Nudler
También en economía, la naturaleza imita al arte. Como prueba
de ello, el poder que los índices ejercieron a través de
las indexaciones, y que ahora, eliminada la inflación, despliegan
de otras maneras. Una consiste en valerse de los inversores pasivos, fondos
que estructuran su cartera de acuerdo a un índice de mercado. Así,
una sociedad que quiera aumentar la demanda de sus papeles y provocar
un alza en su cotización puede conseguirlo mediante el sencillo
expediente de incrementar su peso en la capitalización bursátil.
Esto lo logrará con sólo elevar el porcentaje de flotación
de su capital accionario. Automáticamente, los fondos pasivos deberán
hacerle un mayor lugar en sus portafolios.
Esto hizo, bastante por izquierda, la Deutsche Telekom. Su jugada consistió
simplemente en comunicar a la Bolsa de Frankfurt que las acciones que
aún posee el Estado en esa compañía pasaban a ser
transables, aunque en realidad ningún inversor privado podía
adquirirlas mientras el gobierno no decidiera venderlas. Así, merced
a un texto de breves líneas, Telekom acrecentó en un tercio
su ponderación y pasó al frente del índice DAX. Sucedió
lo que tenía que suceder: subió la demanda del papel y con
ésta su cotización.
Sin embargo, los mercados donde para la capitalización se computa
en cambio el total del capital accionario cuando la porción que
está en Bolsa supera cierto nivel mínimo tampoco se sienten
felices porque si esa proporción es baja la acción se torna
ilíquida y se distorsiona su precio. Por tanto, y según
anticipa The Economist, la Bolsa de Londres resolvió que cada sociedad
será ponderada según la fracción transable de su
capital, pero el criterio recién regirá en junio del 2001
para evitar sacudidas. Aun así, los expertos presienten que este
cambio metodológico pinchará muchos papeles vinculados,
sobre todo, a negocios en Internet, medios y telecomunicaciones, cuya
triquiñuela ha consistido en una exigua flotación. Lograban
así una fuerte demanda para una mínima oferta.
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