Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Finanzas

E-Cash

El Baúl de Manuel

E-mail

Volver

ELECCIONES
miedos

El cambio de gobierno genera expectativas económicas pero también miedo.

Los temores son a una devaluación, a la inestabilidad económica, a la recesión, a la desocupación, a decidir en qué invertir sus ahorros.

La gente posterga la compra de inmuebles, lo que ya generó una caída de ventas en el mercado inmobiliario del 30 por ciento en los últimos tres meses.

También prefiere depositar sus ahorros en dólares, que se reflejó en una caída de 400 millones en las colocaciones en pesos.

Las encuestas reflejan que los consultados temen por la estabilidad y pierden el sueño con sólo pensar que puede haber una devaluación.

La mayoría de los bancos está recomendando a sus clientes que aprovechen los bajos precios de los activos financieros para ingresar al mercado.


Por Roberto Navarro

La cercanía del proceso electoral está produciendo sensaciones contradictorias en la gente. El cambio de gobierno genera expectativas económicas pero también miedo. Consultados por Cash, los principales encuestadores del país, que testean en estos días las expectativas de la sociedad, coincidieron en señalar que la ciudadanía espera las elecciones con una mezcla de esperanza y temor. Miedo a una devaluación, a la inestabilidad económica, a la recesión, a la desocupación, a decidir en qué invertir sus ahorros. Como el miedo paraliza, la gente está postergando decisiones de inversión, como la compra de casas o departamentos, lo que ya generó una caída de ventas en el mercado inmobiliario del 30 por ciento en los últimos tres meses. Las reservas por lo que vendrá se refleja también en que los plazos fijos en pesos se redujeron en casi 400 millones en los últimos treinta días. Aunque los economistas reciten a coro que la convertibilidad no se romperá, las encuestas reflejan que la gente teme por la estabilidad y que pierde el sueño con sólo pensar que puede haber una devaluación.
Los encuestadores Rosendo Fraga y Enrique Zuleta Puceiro coincidieron en que la gente quiere que el presidente Carlos Menem se vaya, pero que la convicción del actual mandatario en mantener la estabilidad lo catapultó como el más confiable en mantener a raya la inflación, por lo que su salida del poder genera temor (ver recuadros). Clara Alemann, de Mora Y Araujo & Asociados, señaló a este suplemento que la medición del nivel de confianza que realizó la consultora a principios de mes fue la mejor de los últimos dos años. Su conclusión es que “la gente piensa que las cosas van a ir mejor con el próximo gobierno y que el miedo es sólo una sensación que no pueden evitar”.
Al temor natural que produce cualquier cambio, los políticos en campaña le sumaron una cuota adicional de incertidumbre. Cuando Eduardo Duhalde denunció que Fernando de la Rúa tenía un plan secreto para devaluar, no consiguió votos pero alimentó el miedo. Por estos días nadie quiere tomar un crédito en dólares. Y los bonos en pesos, que ofrecen un rendimiento de hasta el 15 por ciento anual, sólo son comprados por los inversores institucionales, como AFJP y bancos que, quizá por administrar dinero ajeno, suelen ser un poco más osados.
Una encuesta de la consultora Eduardo D’Alessio/Louis Harris reveló que, aún luego de más de ocho años de estabilidad, el miedo a la inflación se mantiene a la cabeza de los temores de orden económico. El 39 por ciento de los entrevistados manifestó tener miedo al regreso de la inflación, tanto con un triunfo de la Alianza como del justicialismo.
“Mi mayor temor es que el nuevo gobierno no cambie nada”, confesó la asistente social Micaela Brack, ante una encuesta de este suplemento. “Porque si los que vienen sólo hacen más de lo mismo, el próximo año se va a agudizar la recesión y, lo peor, va a seguir creciendo la desocupación”. La respuesta de Micaela representó a muchos de los consultados por Cash y está más cerca de la opinión de algunos economistas. Pedro Lacoste, asesor de inversores extranjeros, aseguró a Cash que “la variable de ajuste ya no es la devaluación. Una posibilidad es que el próximo gobierno decida ganar competitividad mediante deflación. Así se modifica el tipo de cambio real sin tocar el dólar. Por supuesto, esto viene de la mano de más recesión y desocupación”, explicó Lacoste.
La mayoría de los bancos está recomendando a sus clientes que aprovechen los bajos precios de los activos financieros para ingresar al mercado. María José Guardo, gerente de inversiones de Banco Río, aseguró a Cash que “este es un excelente momento para ingresar a un fondo común con un horizonte de inversión de un año”. Mauricio Ortiz, administrador de cartera del Banco Tornquist, fue más categórico: “Un bono como el Bonte 2004, que paga el 11,25 por ciento anual en dólares, y además cotiza al 93 por ciento de su valor, va a ser difícil que se vuelva a ver en estepaís”, señaló. El Banco Galicia armó a pedido de Cash un menú de opciones de corto, mediano y largo plazo en el que recomienda pasar las elecciones con un 50 por ciento del capital en plazo fijo en pesos y otro 50 por ciento en un fondo común conformado por activos en pesos. Sin embargo, todos reconocen que sus clientes están remisos a aceptar las opciones en moneda nacional.
La escribana Zulema Arana, de la escribanía Arana, Zavaleta & Asociados, indicó a este suplemento que el pedido de créditos hipotecarios se redujo fuertemente en los últimos meses. “La gente no quiere endeudarse en dólares y los inversores no quieren prestar pesos”, explicó. “Además, la mayoría de los créditos se pide para comprar propiedades y el mercado inmobiliario está parado”, agregó.
Roberto Tosselli, socio de la inmobiliaria Tosselli&Fuentes, aseguró a Cash que a pesar de que los departamentos bajaron más de un 15 por ciento, las ventas siguen frenadas. “El último fin de semana publicamos 25 propiedades y sólo vinieron 15 personas a la oficina. No vendimos ni uno”, relató. Horacio Mieres, gerente de la inmobiliaria Mieres Propiedades, que comercializa propiedades de precios elevados en la zona norte del Gran Buenos Aires, tiene una visión similar: “La gente espera una definición electoral para tomar decisiones. El año ya venía mal y ahora se paró”, señaló.
El miedo electoral se instaló en la gente y no hay asesor financiero ni economista que cambie esa realidad. La devaluación, la inestabilidad económica, la recesión, la desocupación, y el riesgo de perder los ahorros son las principales preocupaciones de la sociedad de cara al próximo cambio de gobierno. Consultada por Cash en la calle Florida, Romina Marino, desocupada, dio una buena pista para entender estos temores. “Las cosas siempre pueden ir peor”, opinó.


Los cinco fantasmas

1. Devaluación En 1995 se lo denominó el voto cuota. Los que tienen créditos en dólares sienten terror a que una devaluación los condene a no poder cancelar sus compromisos y perder el bien adquirido o el que pusieron de garantía del préstamo. Saben que sus salarios los cobran en pesos y difícilmente se incrementen a la par del dólar.

2. Inestabilidad económica Tanto Menem como Duhalde no pierden oportunidad de recordar el final del gobierno de Alfonsín. La gente teme que una crisis financiera termine en un descalabro económico y, aunque quieren que Menem se vaya, piensan que el actual mandatario les garantizaba estabilidad. Del próximo no saben.

3. Recesión El actual gobierno dejó el ajuste para el que viene. La gente está al tanto, porque lo dicen los economistas todos los días, que la primera medida que tomará la próxima administración será una fuerte reducción del gasto. El economista radical Ricardo López Murphy sugirió una baja del 10 por ciento en los salarios del Estado. De ahí a pensar en una profundización de la recesión hay un paso.

4. Desocupación Para la próxima medición se espera un índice de desempleo de alrededor del 16 por ciento. La gente ya aprendió que recesión es igual a desocupación. Para colmo, el presupuesto del 2000, diseñado por Economía, elimina todos los planes de trabajo. Duhalde y De la Rúa lo rechazaron, pero ¿qué gastos van a recortar si son gobierno?

5. ¿Dónde invertir los ahorros? Por más que economistas y asesores financieros recomiendan invertir en pesos y aprovechar el precio de los bonos, la gente no quiere arriesgar. El monto total de los plazos fijos en pesos se redujo en casi 400 millones en el último mes y los bonos en moneda nacional sólo los compran los inversores institucionales, como AFJP y bancos.


Opinan los encuestadores

Enrique Zuleta Puceiro
“Siempre son traumáticas”

“Las elecciones presidenciales siempre son traumáticas. En 1995 también hubo caída de los depósitos en pesos y del precio de los bonos. La gente teme que los cambios políticos traigan como consecuencia un giro brusco en las reglas del juego. El Gobierno usó y abusó del uso de la retórica de la emergencia; sobreactuó decisiones para convencer al establishment y a la gente de su vocación de mantener la estabilidad. Así generó la sensación de que nadie va a asegurar una economía estable mejor que él. La gente vota a De la Rúa, porque sabe que ya no puede esperar nada de este gobierno y piensa que Duhalde es la continuidad. Pero tiene miedo del cambio.”

Rosendo Fraga
“Temor a una devaluación”
“Un sondeo que realizamos en la última semana de agosto revela que el 25 por ciento de la población aún teme que haya una devaluación. En ambos escenarios, tanto si gana De la Rúa como si gana Duhalde, el porcentaje es el mismo. La diferencia es que los radicales dicen que si gana el peronismo hay grandes posibilidades de devaluación y los justicialistas piensan lo mismo de su adversario. Los más temerosos son los votantes de Acción por la República, que le adjudican un 40 por ciento de riesgo de devaluación a De la Rúa y un 33 por ciento a Duhalde. El miedo no es tan grande como en 1989, en el que algunos veían un abismo, pero es mucho mayor que el de 1995.”


Opinan los economistas

Daniel Marx
“Recrear la confianza”

“Si el nuevo gobierno logra acordar un ajuste que le permita reducir el déficit fiscal, las cosas comenzarán bien. La historia reciente nos dice que de esta manera se renueva la confianza y crece la inversión. Algunos de los activos financieros y físicos están a precios muy atractivos. La gente no debería tener miedo a invertir en pesos ni endeudarse en dólares. Aunque la situación interna es complicada y el contexto internacional también, no hay razones para pensar que el país vaya hacia una situación de inestabilidad económica. Son las declaraciones sobre dolarización, no pago de la deuda externa y otras por el estilo las que socavan la confianza de la gente.”

Javier González Fraga
“No habrá un ajuste salvaje”
“Cualquier diagnóstico económico debe tomar en cuenta el contexto internacional. Si se consolida el aumento del precio de los commodities, se confirma la recuperación de los países asiáticos y Brasil logra salir adelante, hay grandes posibilidades de tener un buen año 2000. No creo que el próximo gobierno arranque con un ajuste salvaje. Pienso que lo hará en etapas. En esas condiciones podemos tener un primer año de gobierno tranquilo, con un crecimiento de entre el 2 y el 3 por ciento. En el caso de que las condiciones internacionales empeoren, el crecimiento tardará más, pero las posibilidades de que haya una crisis financiera, con devaluación e inflación, son mínimas.”


¿Cuáles son las expectativas de la gente?

Verónica Sargo
contadora pública
“Devaluarán”

“Hace 10 años que voto en blanco, pero reconozco que Menem llevó adelante una estrategia muy inteligente. Gane Duhalde o gane De la Rúa, él gana, porque ninguno de los dos va a poder mantener la actual situación. Les dejó una bomba de tiempo. Creo que la convertibilidad va a caer, que el próximo gobierno va tener unas presiones tremendas que no podrá manejar. No tomaría un crédito en dólares. Tengo mucho cuidado en qué invierto mis ahorros. Creo que va a haber devaluación e inflación nuevamente. Duhalde es una caja de sorpresas y los radicales ya demostraron que son un peligro.”

Manuel Lozano
escritor y profesor de literatura
“Más trabajo”
“Uno necesita tener esperanzas. Ansío profundamente que esta situación termine y vayamos hacia un tiempo de mayor justicia para los que trabajan. Pero, al mismo tiempo, viendo cómo están las cosas, tengo miedo. La desocupación es altísima y pienso que va a seguir creciendo. Esa es mi mayor preocupación. La incertidumbre es grande. Todos los días escuchamos a los economistas imaginando futuros escenarios y te dan ganas de escapar. Ojalá el nuevo gobierno venga con la decisión de cambiar las cosas. Si escuchan a la sociedad, entenderán que la mayor preocupación de la gente es tener trabajo.”

Micaela Brack
asistente social
“Todos iguales”
“Mi mayor temor es que el próximo gobierno no cambie nada. A esta altura de la campaña electoral no hay ningún candidato que me prometa cambios estructurales con respecto a lo que vivimos hasta ahora. En base a eso tengo que pensar que lo que viene será más recesión y más desocupación. En el último lustro cada año estuvimos un poquito peor. Si los políticos no ven que esto hay que cambiarlo, lo que nos espera es una profundización de la actual situación. En este diagnóstico no diferencio a ningún candidato de los que tienen posibilidades de ganar, porque, para mí, son todos iguales.”

Gabriel Caponi
músico
“Tengo ilusión”
“Lo que más miedo me da es que gane Duhalde. Si ganan los radicales uno tiene la ilusión de un cambio. Con Duhalde sabemos que siguen los mismos. Quizás hasta deje a alguno de los ministros que está ahora. Entonces, olvidate de conseguir trabajo. Si gana De la Rúa, lo que me preocupa es que lo dejen gobernar. Cuando estuvo Alfonsín lo volvieron loco y terminamos en un descalabro bárbaro. Como están las cosas hace falta unión. No veo que ni Duhalde ni Menem estén pensando en hacer una oposición razonable, más bien todo lo contrario. Si es así, podemos terminar como en 1989, con hiperinflación.”

Romina Marino
desempleada
“Hay confusión”
“Yo le tengo miedo al cambio porque pienso que las cosas todavía pueden ir peor. Pero, por otro lado, necesito que hagan algo distinto porque así estoy perdiendo las esperanzas de conseguir un buen trabajo. Todos le tenemos miedo a la devaluación porque nos trae a la memoria la hiperinflación. Pero a veces pienso si no sería mejor devaluar para que las fábricas puedan exportar más y la gente deje de consumir productos importados. Así habría más trabajo. Las opiniones de los economistas y las declaraciones de los candidatos son lo que más te asusta. La confusión genera incertidumbre y miedo.”