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DES
economías
Por
Julio Nudler
¿Cuál
puede ser el más acariciado sueño de un aperturista? Eliminar
la aduana. Este es, según puede sospecharse, el deseo oculto tras
la decisión de desalojarla de su chateau de la calle Azopardo,
para instalar en ese edificio las dispersas escuelas terciarias de arte.
Es significativo que el destierro fuera resuelto entre fines de 1996 y
comienzos de 1997, contemporáneamente a algunos sucesos elocuentes.
Uno de ellos fue el explosivo affaire de la aduana paralela,
que fue un arma del menemismo contra Domingo Cavallo para desprestigiarlo.
Ese escándalo, con su alta cuota de delirio y operación
mediática, minó las defensas del organismo y lo dejó
expuesto a cualquier ataque. Afloró entonces el argumento habitual:
si la aduana es una cueva de corruptos, lo mejor es suprimirla, privatizarla
o, por lo menos, encogerla. La opción del saneamiento siempre es
descartada. Así, la aduana quedó subsumida y desdibujada
en la Administración Federal de Ingresos Públicos, y además
se privatizó el control de preembarque. El resultado ha sido tan
brillante que tanto la Alianza como el duhaldismo se están planteando
volver a la separación anterior de la DGI.
En la disposición de Economía a ceder el palacio aduanero
pesaron las ideas ultraliberales que campeaban en el ministerio tras la
llegada del equipo del CEMA, y en particular de Carlos Rodríguez.
En un ideal de plena integración económica al mundo, con
absoluta libertad de comercio, sin barreras arancelarias directas ni indirectas,
y además sin estímulos fiscales a la exportación
(políticas activas), no hay ninguna razón para que exista
una aduana poderosa, que se supone siempre va a inventar controles,
premios y castigos para justificar su existencia o coimear.
La mudanza e instalación del IUNA (Instituto de la Universidad
Nacional del Arte), que recién comenzó la semana pasada,
costaría según cálculos del propio organismo 15,5
millones de pesos, que debería haberle dado Economía, pero
que por supuesto no le dio. Tal vez porque Carlos Rodríguez no
está más allí para luchar por un mundo sin barreras.
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