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Entusiasmo de inversores extranjeros

Llegó la hora de jugar

Los financistas van perdiendo lentamente el temor a invertir en la plaza local. Ya sin la incertidumbre de las elecciones, han empezado sus apuestas. Una onda positiva recorre la región.

Por Claudio Zlotnik

Los principales bancos de inversión estadounidenses dieron el visto bueno. Tras las elecciones, en sus últimos informes, recomendaron a sus clientes elevar su exposición en la Argentina. Para Wall Street, el país acaba de dar una señal rotunda para alimentar la confianza: no hubo irregularidades en los comicios, la transición se desarrolla sin sobresaltos y, sobre todo, el presidente electo, Fernando de la Rúa, ya confirmó que será un continuador del modelo económico.
Para los inversores extranjeros, el orden político que muestra la Argentina poseleccionaria y el acuerdo de la Alianza y el PJ en la necesidad de mantener el rumbo de la economía son la base sobre la que va a apoyarse el despegue. En ese contexto decidieron abrir un nuevo, aunque por ahora tenue, crédito a la plaza local.
No obstante, para los brokers el país aún debe sortear una prueba más antes de que finalice el año: el traspaso de milenio. Y la preocupación no está basada en ninguna cuestión mágica. Por el contrario, la inquietud se relaciona con las chances que tienen las empresas y bancos locales de atravesar con éxito el denominado Y2K, el problema informático que podría surgir por el 2000. A la Bolsa han ingresado los informes de todas las compañías cotizantes descartando dificultades y asegurando poseer planes de contingencia. También el Banco Central asevera que el cambio de milenio encontrará a todas las entidades financieras preparadas para superar el evento. Pero los inversores internacionales quieren ver para creer, y no piensan exponerse ante riesgos que no pueden mensurar.
En ese sentido, los financistas están actuando con la siguiente lógica: antes de jugar reclaman que se les muestren las cartas. Con ese razonamiento prefirieron dejar pasar las elecciones de octubre antes de volver a apostar, aunque sea tímidamente. Y ahora, antes de seguir abriendo el grifo, van a aguardar que el próximo gobierno ofrezca detalles de las medidas económicas. Los inversores no pierden de vista que, el año que viene, la Argentina debe recaudar en el mercado internacional casi 20 mil millones de dólares para financiar el déficit de las cuentas públicas.
En la city empiezan a verse signos de entusiasmo. La percepción de los operadores es que la economía comenzará a despegar en los primeros meses del 2000, lo que se suma a un contexto regional más distendido, y a una economía estadounidense que dio las primeras señales de enfriamiento, lo que evitaría un rebrote inflacionario. Con todo, el próximo equipo económico deberá lidiar con un proceso alcista de las tasas de interés: los financistas creen que Alan Greenspan elevará la tasa en un cuarto de punto dentro de diez días.