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Buena
Moneda
Rodeado
de buenos muchachos
Por
Alfredo Zaiat
La
derrota de Graciela Fernández Meijide en la provincia de Buenos
Aires no fue sólo un revés político de la Alianza,
y un debilitamiento del Frepaso dentro de la coalición. También
significó el retroceso en los ámbitos de influencia de los
hacedores de política de un grupo de economistas que aspiraban
a cierto reformismo dentro del modelo. A la vez implicó el fortalecimiento
de otro lote que, ya antes de asumir el ministerio José Luis Machinea,
ha empezado a enviar señales de cuál es el camino a recorrer,
con la guía que es del gusto del establishment. ¡Pobre Machinea!
El se imaginaba como el equilibrio entre esas dos fuerzas que presionarían
en la Alianza, con un discurso moderado, mesurado, sin ser provocador
ante la delicada situación social, en definitiva, un ortodoxo light.
Ahora se encuentra rodeado de buenos muchachos, que le dirán que
no es una buena idea suspender la rebaja de aportes patronales, que no
conviene subir Impuestos Internos, que hay que cuidarse de atacar a las
privatizadas. Ricardo López Murphy, Adalberto Rodríguez
Giavarini, Fernando de Santibañes le mostrarán cada vez
que sea necesario las bondades de la ortodoxia de pura cepa. Ante el nuevo
cuadro político que surgió de las elecciones, no le espera
un sencillo tránsito a Machinea por Economía, más
teniendo en cuenta que Fernando de la Rúa se siente más
cómodo escuchando a esos buenos muchachos.
No le será fácil asimilar el golpe de la derrota de Graciela
al grupo de profesionales de la Alianza que apostaban a entrar por
derecha para salir por izquierda, como había resumido Julio
Godio, asesor de Raúl Alfonsín y especialista en temas laborales.
El debilitamiento de ese sector en la actual estructura de poder que se
está conformando para el futuro gobierno no es una buena noticia
para Machinea. Este se queda sin contrapeso ante las presiones que seguramente
sufrirá desde las posiciones más liberales de la Alianza,
que de la troika de economistas arriba mencionados Santibañes representa
la posición más ultra. Justamente, este ex banquero es quien
mantiene la relación más estrecha, de confianza, con De
la Rúa. Todo un indicio del rumbo que emprendería el presidente
electo en caso de una eventual crisis. El ingreso por derecha, que asumía
resignado el ala progresista de la Alianza, tendría finalmente
una salida por esa misma dirección.
La jugada de ese grupo de economistas desplazados en la actual coyuntura
es respaldar a Machinea en lo que está preparando, porque coinciden
con él en que el sector externo condiciona hoy la política
argentina. Y que se necesita crédito del exterior y, para obtenerlo,
hay que hacer una ajuste fiscal para reducir el déficit. Sostienen
que, si de entrada no acompañan esa lógica, no habría
chances de ninguna otra política que vaya más allá
del ajuste ortodoxo. Todavía mantienen la esperanza de que Machinea
salga por izquierda.
Para que no haya malos entendidos, vale aclarar lo que ellos llaman izquierda.
Discutir cómo reorganizar el aparato del Estado para que pueda
cumplir con la necesidad básica que reclama la sociedad: trabajo.
En esa línea, proponen una única política de empleo
estatal, concertada con las provincias, municipios, movilizando a los
principales actores sociales, consensuando una estrategia con el PJ. A
partir de esa base, crear las condiciones para ir estructurando una política
de mejora de la distribución del ingreso.
Mientras tanto, sólo les queda esperar y tragar saliva cuando observan
que el equipo de Machinea pide un trabajo sobre cómo renegociar
los peajes a FIEL (como se detalla en página 4 de este suplemento),
cuando esa institución siempre ha defendido esa privatización,
en lugar de a Flacso, centro de estudio que ha elaborado varios documentos
muy críticos sobre las concesiones viales.
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