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Rebaja
de las tarifas de peaje
Caso
testigo
Por
Roberto Navarro
El
probable ministro de Economía de Fernando de la Rúa, José
Luis Machinea, está convencido de que debe lograr una reducción
en las tarifas de los servicios públicos privatizados para mejorar
la competitividad de la economía. Con ese objetivo, le pidió
a la liberal FIEL propuestas para obtener esas rebajas. La semana pasada
ya recibió un informe completo sobre cómo deberían
renegociarse los contratos de peaje. La idea principal de los economistas
de FIEL, que el referente económico de la Alianza dijo compartir,
es que los concesionarios reduzcan ya mismo las altísimas tarifas
vigentes y que el Estado se comprometa a compensarlos mediante un canon
que percibirán de parte de los nuevos operadores que surjan de
la próxima licitación en el 2003.
Las tarifas que cobran los concesionarios de las rutas nacionales son,
en promedio, las más altas del mundo. Por los 9600 kilómetros
que operan pasa el 66 por ciento del tránsito vehicular del país.
Pero los contratos vigentes vencen recién dentro de tres años.
La idea de los economistas de FIEL es que, finalizados los actuales contratos,
la nueva licitación determinará una tarifa sensiblemente
más baja. Entonces, para reducir de inmediato uno de los costos
que consideran atenta contra la competitividad de la economía,
proponen que la actual reducción, que generará una deuda
del Estado hacia los concesionarios, se cargue en las tarifas que se cobren
a partir del 2003.
Uno de los problemas que deberá resolver el nuevo gobierno para
instrumentar esta propuesta es que el Estado ya les debe a los concesionarios
250 millones de dólares. Ese pasivo surgió por la suspensión
de incrementos tarifarios pactados en la anterior renegociación
que dispuso el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, en 1991.
La renegociación que había llevado a cabo la actual administración
saldaba la deuda con los concesionarios con la extensión de los
contratos hasta el 2006. La propuesta fue resistida, tanto por la Alianza
como por las asociaciones de usuarios, porque convalidaba el actual esquema
tarifario por seis años más. Y, además, agregaba
un nuevo beneficio para los concesionarios que era la dolarización
de las tarifas.
En la Cámara de Concesionarios Viales confiaron a Cash que las
mismas compañías prefirieron no seguir adelante con una
renegociación que generaba un rechazo generalizado. El proceso
electoral, que anunciaba un cambio de signo político en el Gobierno,
los persuadió de que lo mejor era esperar.
La propuesta de FIEL ya cosechó las primeras críticas. El
diputado radical, Juan Pablo Baylac, integrante de la Comisión
Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, señaló
a Cash que cualquier renegociación debe partir de la revisión
de lo actuado hasta ahora. Las empresas no han cumplido con los
compromisos de inversión incluidos en los contratos. Y de los controles
realizados por la Auditoría General de la Nación surge que
la mayoría de las obras ejecutadas están por debajo del
nivel técnico exigido en los pliegos de licitación. Así
rompieron con la ecuación básica rentabilidad-inversión.
Lo que ganaron de más lo deben devolver en una reducción
de tarifas, reclamó el legislador. También piensa
lo mismo Nicolás Gallo, futuro ministro de Infraestructura de De
la Rúa (ver recuadro).
El informe de FIEL descarta la revisión sobre lo actuado en estos
años, porque considera que abriría la puerta para una eventual
demanda judicial de parte de los concesionarios, que resultaría
en una nueva deuda para el Estado.
Nuevas
obras como zanahoria
La creación de un Ministerio de Infraestructura, que reunirá
las áreas de Obras públicas, Transporte y Energía,
pone en duda que, finalmente, la renegociación de los contratos
de peaje quede en manos de José Luis Machinea. Nicolás
Gallo, candidato a ocupar la titularidad de esa nueva cartera, tiene
una idea distinta sobre cómo lograr una rebaja tarifaria.
En las negociaciones que viene manteniendo con los concesionarios,
les advirtió que podría revisar los incumplimientos
contractuales en que incurrieron en estos años. Pero también
los sedujo comentándoles los planes de obras públicas
que piensa impulsar el nuevo gobierno, puesto que los dueños
de las concesionarias viales son las grandes constructuras del país.
Según la Auditoría General de la Nación, en
junio pasado, los concesionarios viales tenían 130 millones
de pesos de obras sin realizar, y con plazos vencidos, y 28 millones
de pesos de multas impagas. Estas, entre otras irregularidades,
son las que Gallo piensa que dan lugar a que el Estado solicite
un resarcimiento mediante una rebaja de tarifas. El funcionario
también ha dicho que no piensa negociar con la Cámara
de Concesionarios Viales, como lo hizo la administración
saliente, sino que va a analizar la situación de cada una
de las empresas en particular.
Pero la carta de negociación que Gallo considera la más
importante es la promesa de nuevos negocios. Los planes de la Alianza
incluyen la construcción de rutas, puentes, viviendas y otras
obras que, en dinero, superan largamente lo que los concesionarios
resignarían reduciendo las tarifas de peaje.
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