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Hoy, exactamente 15 meses después de que fuera detenido en la cama de un hospital londinense por orden del juez español Baltasar Garzón, Pinochet verá desde lejos cómo los chilenos eligen la futura tonalidad política del país al que él volverá en breve gracias a una repentina salida humanitaria británica. Por lo pronto, en medio de la extrema polarización y empate técnico entre los dos contendientes chilenos (ver páginas 20 y 21), lo único que parece seguro es que el hombre que estará sentado en el sillón presidencial de Chile cuando el ex dictador baje del avión será el mismo que debe entregar la banda el 11 de marzo: el democristiano Eduardo Frei. Al menos éste es el dato que se desprende de todos los rumores, cálculos y especulaciones que circulan en Chile alrededor de la polémica vuelta del senador vitalicio. Si los pronósticos no fallan, Pinochet estaría de vuelta en su país el próximo fin de semana. Ante el inminente traslado, un Boeing 707 de la Fuerza Aérea chilena espera con los motores calientes la orden oficial de despegue para viajar a Londres y traer de vuelta a su Tata. El avión tiene previsto hacer escala en las islas Bermudas, en la ciudad brasileña de Recife y en la norteña ciudad chilena de Iquique, sin peligro de que Pinochet pueda ser detenido en alguna de ellas, aseguró la agencia chilena de noticias ORBE. Pero en una entrevista publicada hoy por el diario británico The Observer, John Grimley Evans, uno de los médicos que examinó a Pinochet a pedido del ministro británico del Interior Jack Straw, aseguró que hay posibilidades de que se recupere, aunque son pequeñas, y desmintió que su informe determine la incapacidad del ex dictador para ser sometido a juicio: Todo lo que hicimos fue enumerar los hechos médicos. Si éstos constituyen razones inequívocas para decretar la incapacidad para ser sometido a juicio está fuera de nuestra competencia y de nuestras responsabilidades.De todos modos, el diario santiaguino Ultimas Noticias adelantó que fuentes diplomáticas aseguraron casi con total certeza que el general (R) llegará al país la próxima semana acompañado por su esposa Lucía Hiriart, el abogado Hernán Felipe Errázuriz, un médico, un enfermero y su equipo de seguridad. Según los cálculos, Straw se tomaría dos o tres días para resolver la situación del ex dictador, y anunciaría su decisión el jueves 20 en la tarde o el viernes 21, después de que venza el plazo establecido por el ministro para que las partes involucradas presenten sus alegatos -entre ellas el juez Garzón, que exigió la realización de nuevos exámenes médicos y solicitó interrogar a Pinochet, a pesar del anuncio del gobierno español de que no tiene nada para alegar en contra de la decisión de Straw. Amnesty International anunció que también hará llegar su alegato a Straw, y adelantó que estudia la posibilidad de iniciar acciones legales contra el gobierno de Tony Blair. Pero Hugo Young, columnista del diario británico The Guardian y amigo personal de Blair, declaró a Ultimas Noticias que el caso Pinochet ya está terminado, no hay dudas sobre ello. Lo más probable es que regrese a Chile antes de fin de mes. El abogado español Enrique Santiago, que forma parte del proceso llevado adelante por Garzón, confirmó al mismo diario que probablemente presentemos una queja formal ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, pero no hay más que hacer. De todos modos, cientos de manifestantes no se dan por vencidos. Ayer, más de 50 personas protestaron frente a la residencia de Pinochet en las afueras de Londres, otras 100 se concentraron en el centro de Lille (al norte de Francia) para reclamar un nuevo dictamen médico y cuatro chilenos residentes en Francia presentaron una nueva querella contra Pinochet al juez Garzón.
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