INVESTIGACION
Escenarios de la
relación entre la arquitectura y la naturaleza
Parques
contemporáneos
“Buenos
Aires Natural + Artificial” reúne una serie de estudios realizados por
profesionales de las universidades de Palermo, Buenos Aires y Harvard.
El arquitecto Alberto Varas, como codirector del proyecto, sintetizó
la tarea en esta meritoria publicación, de la cual se reproduce aquí
uno de sus capítulos.
Por Valeria E. Nerpiti *
Los grandes parques y jardines clásicos de Buenos Aires se construyeron
a fines del siglo XIX y principios del XX, principalmente bajo la guía
de los grandes paisajistas franceses invitados a participar de la gran
transformación urbana que estaba sufriendo la ciudad. La estética
francesa y la preocupación higienista de funcionarios y paisajistas
de la época se reflejan en la forma y en la inserción
de esos parques, plazas y jardines en la estructura de la ciudad. Generalmente
en áreas a sanear, acompañando los procesos de identificación
en los barrios, construyendo la costa del río, o acompañando
la construcción de los grandes edificios públicos o avenidas
monumentales.
En cambio, no son muchas las acciones emprendidas en años recientes
para dotar a Buenos Aires de un sistema de parques contemporáneos
a la altura de su desarrollo metropolitano con una concepción
superadora de esos bellos jardines del siglo XIX, que acompañaron
la consolidación de la ciudad del Centenario. Tampoco son tantas
las oportunidades que la apretada malla de la ciudad ha dejado como
para permitir el espacio necesario para su creación.
En la ciudad contemporánea, la oportunidad de obtener tierras
para la creación de grandes parques proviene más frecuentemente
de la recuperación de áreas vacantes centrales o periféricas,
antes dedicadas a otros usos, que de la colonización de terrenos
vírgenes extramuros o inmensos baldíos marginales e insalubres,
carentes de uso específico que son los que, en el pasado, originaron
los parques como obras de saneamiento y embellecimiento que ganaban
así nuevos territorios para la ciudad en su proceso de expansión.
Contrariamente, el actual aumento de la densidad urbana y la concentración
funcional metropolitana no dejan ya en la proximidad de áreas
de alta densidad la posibilidad de vacíos indefinidos o terrenos
por colonizar, tal como sucedió en otra etapa del desarrollo
de la ciudad. De manera que el origen de los parques se relaciona hoy
mayormente con las intervenciones urbanas de gran escala, los procesos
de reciclaje de usos y los de urbanización acelerada.
Hay, sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido sin que haya surgido
un parque contemporáneo en Buenos Aires, un grupo de proyectos
y obras recientes que señalan una incipiente tendencia a la comprensión
de la necesidad y oportunidad de construir nuevos parques urbanos, enlazados
al desarrollo de áreas urbanas y en fuerte relación con
ellas, bajo las pautas más amplias de un urbanismo en transformación,
que incluye soluciones a problemas de transporte, programas variados
y una mayor accesibilidad.
La condición actual de la ciudad y las expectativas programáticas
que generan estos parques son bien diferentes de las del siglo XIX.
Este panorama es producto tanto de la transformación y crecimiento
de los sistemas de movilidad, que han aumentado la contaminación,
como de un concepto más activo de la vida pública, que
se refleja en la creciente necesidad de la recreación multitudinaria,
el ocio urbano y el acceso a los bienes culturales.
La creación de un parque es hoy un hecho indispensablemente ligado
con los fenómenos de transformación de la ciudad en su
conjunto, y completamente dependiente de otros complejos factores que
van aunque estén contenidos en él de alguna forma
mucho más allá del paisajismo tradicional, la higiene
ambiental o el puro embellecimiento urbano. Todas cuestiones que ocuparon
un lugar predominante y excluyente en otras etapas de la vida de la
ciudad.
Bajo las actuales circunstancias que viven las ciudades que han completado
la fase expansiva y colonizadora de su territorio periférico,
la creación del parque urbano se relaciona, fundamentalmente,
con los problemas que plantea la creciente artificialización
del interior del territorio urbano. La recreación de las grandes
poblaciones metropolitanas, la recuperación de una escala de
lectura de la dimensión geográfica de la ciudad, la identidad
y el significado de la vida contemporánea y la educación
pública en todas sus formas son otros tantos motivos que subyacen
en la necesidad del parque urbano. En resumidas cuentas, el parque se
relaciona con la idea del espacio público como receptáculo
de las complejas relaciones de la vida social urbana y con los problemas
de la formalización de ese nuevo espacio público.
Los proyectos de los nuevos parques para Buenos Aires parecen aspirar,
en el contexto de las transformaciones que transcurren en la ciudad,
a contribuir de manera incipiente en las variaciones programáticas
inducidas por los cambios de hábito en la vida pública
de la ciudad, y a introducir una nueva visión del parque que
responda a la realidad de una ciudad más compleja, abierta y
contemporánea. Los seis proyectos de nuevos parques en gestión
están ligados de distintas formas con las grandes transformaciones
que se están produciendo en la ciudad. Esta parece ser su principal
razón de ser y su origen.
De estos seis proyectos, dos de ellos están ubicados en relación
con grandes intervenciones urbanas en el área central: el Parque
de Puerto Madero y el Parque Central de Retiro, uno hacia el sur, el
otro hacia el norte. Otros dos, dentro del Programa de Recuperación
de la Ribera del Río de la Plata, son: el Parque Público
de la Ciudad Universitaria, próximo al barrio de Núñez,
y el Parque de los Niños, en el extremo norte de la costa del
río, en el límite con Vicente López.
El Parque Central de Retiro y Puerto Madero son proyectos de parques
metropolitanos de escala media, de entre veinte y treinta hectáreas
de superficie, y su factibilidad y ubicación están ligadas
claramente con proyectos de transformación de las infraestructuras
ferroviarias y portuarias y con la correlativa liberación de
tierras que esta transformación genera en áreas centrales
de alta demanda de suelo. Ambos están ligados con parques preexistentes
y con otros de posible desarrollo. En el caso de Puerto Madero, la relación
es con la Costanera Sur y la Reserva Ecológica; en el caso del
Parque Central de Retiro, la relación es con los Jardines de
la Recoleta y, en el futuro, con el Parque del Antepuerto, la Dársena
F reciclada para fines deportivos y el río.
Esta situación geográfica de los nuevos parques centrales
refuerza el sistema de parques preexistentes, ampliándolo y dotándolo
de nuevos espacios y programas. Los parques costeros ofrecen la posibilidad
de aumentar sustancialmente la accesibilidad a la costa de la ciudad
y de reforzar su formalización mediante obras de defensa costera,
permitiendo recuperar el valor paisajístico y monumental de la
ciudad y su skyline desde el río, asignándole a este paisaje
un valor equivalente al de la visión del río. Finalmente
Buenos Aires se convierte en ciudad bifronte.
Los otros dos proyectos potenciales que la ciudad espera son, por un
lado, el gran Parque Público de la Reserva Ecológica,
que deberá revertir la inaccesibilidad, el estado de abandono
de las costas y la monofuncionalidad de la pasiva promenade de su contorno
frente a la majestuosidad del río y la ciudad, con su actual
carencia de un recurso recreativo y paisajístico a escala metropolitana.
En relación con la Reserva Ecológica, los estudios que
forman parte de este trabajo son sólo una aproximación
crítica a las ideas actualmente aceptadas sobre el uso y la accesibilidad
de esta importante área de la ciudad. Se trata de un primer modelo
de cambio programático referido a modelos espaciales y no aunque
está expresada en el lenguaje del proyecto de una propuesta
proyectual específica. Su finalidad es la de poner en evidencia
lo que el sitio podría ser para beneficio de los ciudadanos y
la convivencia con la Naturaleza si finalmente se realizaran allí
las obras necesarias para su incorporación a la vida de la ciudad.
El otro gran proyecto pendiente en la ciudad es el del Sistema de Parques
del Riachuelo y el Sur, que transformará una inmensa zonapostergada
de la ciudad, conectándola con áreas del Gran Buenos Aires
a través del curso superior del río Matanza.
Para el desarrollo de este ambicioso proyecto es indispensable la limpieza
del Riachuelo y la elaboración de programas, especialmente sociales
y recreativos, que darán vida a sus bordes.
Esta condición fundamental podría convertirse en el disparador
de un gran proyecto de recuperación y desarrollo urbano y paisajístico
en un área postergada de la ciudad.
Por último, las tierras del antiguo matadero y de las playas
ferroviarias en desuso constituyen una reserva de tierra, apreciable
y descentralizada, para los próximos años. Es también
en estos intersticios urbanos que han penetrado las ramificaciones de
la infraestructura urbana hoy obsoleta, dejando cáscaras arquitectónicas
de funciones muertas un patrimonio muchas veces muy valioso,
donde se encuentra un extraordinario potencial espacial para intervenciones
urbanas pequeñas y de tamaño medio, que podrían
llevar a localizaciones no centrales los beneficios de esta nueva síntesis
del espacio urbano en la que el parque tiene un rol protagónico.
*
Codirector del proyecto Equipo de Investigación Buenos Aires
2000.