RESTAURACION
Remodelacion de estaciones
ferroviarias de Retiro, Constitucion y Once
Recuperando
el estilo
Sumando
los desarrollos en ejecución y los proyectados, totalizan 4000 hectáreas
que liberarán 30 mil viviendas. La contracara del fenómeno es que las
nuevas construcciones se realizan sobre terrenos rellenados, provocando
inundaciones en tierras aledañas, y se las acusa de no haber contado
con los estudios de impacto medioambiental correspondientes.
Por Liliana Sánchez
Las terminales ferroviarias de Buenos Aires están siendo, o van
a ser sometidas en los próximos meses, a un proceso de remodelación
y puesta en valor que introducirá mejoras edilicias y funcionales.
Luego de muchos años en los que la desinversión y la falta
de mantenimiento hicieron que estos edificios llegaran a un avanzado
estado de deterioro, las empresas que resultaron adjudicatarias en la
licitación efectuada el año último para la estación
de la ex línea Mitre (Retiro) ya están ejecutando el cronograma
de obras. En cambio, para las terminales de Constitución, Once
y Retiro (ex línea San Martín) se están realizando
algunas correcciones a los proyectos originales para ajustarlos a las
determinaciones hechas por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos
y Lugares Históricos. Cualquiera de estas estaciones fueron declaradas,
oportunamente, Monumentos Históricos Nacionales en virtud de
sus valores históricos, culturales, arquitectónicos y
urbanísticos.
A fines del siglo pasado y principios de éste, cuando se encontraba
en plena expansión el desarrollo de las redes ferroviarias nacionales,
se construyeron estas estaciones representativas de los estilos que
en ese momento predominaban en la arquitectura ferroviaria inglesa.
El proyecto original de la terminal del Ferrocarril Central Argentino
(línea Mitre, Retiro) es de 1910-1915 y está considerado
como una de las mejores piezas ferroviarias que se inscribe en la línea
monumental, correspondiente al período de reinado de Eduardo
VII. Además, conforma junto a la estación de la ex línea
Belgrano, la plaza y la Torre de los Ingleses uno de los conjuntos arquitectónicos
eduardianos más notables fuera del Reino Unido.
La concesión, por el lapso de 5 años, para la recuperación,
explotación y administración de la estación Retiro
(línea Mitre) fue otorgada a un consorcio integrado por TBA,
Baires Comercial y Cometrans. El proyecto de remodelación, a
cargo del estudio de arquitectura Baudizzone-Lestard Varas, contempla
como áreas de intervención los accesos, el hall central,
los locales gastronómicos, las cúpulas, las columnas,
los techos. En ésta, como en otras estaciones, no se hicieron
tareas de conservación durante años, y algunas refacciones
esporádicas se realizaron sin orientación, ni planificación
integral, con lo cual aumentó la degradación edilicia.
Los locales comerciales serán reversibles. Es decir, que no se
integrarán de manera definitiva a la estructura del edificio,
sino que su instalación permitirá desmontarlos cuando
el espacio requiera otros usos. En el hall central se repondrán
la mayoría de las placas premoldeadas que conformaban el cielorraso,
para lo cual se van a extraer para hacer los moldes originales y recrear
las condiciones primigenias sobre las placas existentes. Lo mismo ocurre
con el tratamiento dado a la cúpula central, se han desmontado
los grandes rosetones y se ha detectado un yeso original de extrema
dureza; se está reparando el material degradado, y en cuanto
a los elementos que se agregan, se recurre al mismo tipo y dureza de
yeso para que sea compatible con el original, y se realizan los moldeos
para recuperar también las formas originarias, explica
el Arq. Luis Gorodner, de Procedimientos Gorodner, a cargo de la dirección
ejecutiva de la obra.
Cada procedimiento de recuperación se apoya en los documentos
históricos y fotográficos con los que trabajaron los arquitectos
que elaboraron el proyecto. Se prevé también la creación
de un patio de comidas compuesto por los dos salones donde funcionaban
las antiguas confiterías de la estación. Ambos estarán
vinculados entre sí, pero manteniendo al mismo tiempo sus espacios
diferenciados; aunque conformarán una unidad formal a través
del rescate de sus materiales, como los pisos de roble y toda la marquetería
de guarda, lo que provocará una adecuada transición visual.
El desafío que implica este tipo de emprendimientos consiste
en mantener intactos los lineamientos estéticos y virtudes histórico-culturales
del edificio, y a su vez reactualizar su funcionalidad para responder
a los requerimientos de los usuarios contemporáneos. Actualmente,
circulan por esta estación 70.000 pasajeros diarios, un volumen
que seguramente no se corresponde con el caudal original.
El pórtico de acceso central, diseñado en forma de hemiciclo,
que preveía la entrada de carruajes, luego fue adaptado de hecho
para la circulación vehicular y la parada de taxis, y se había
convertido en una de las áreas más degradadas de la estación.
Ahora tendrá un nuevo y exclusivo uso que es el ingreso peatonal.
Se instalarán algunos locales comerciales, y si bien el proyecto
original contemplaba la abertura de las ventanas, extrayendo los vidrios
armados existentes para dar luz a ese sitio y posibilitar la transparencia
visual hacia la Torre de los Ingleses y la plaza, esta modificación
no fue aprobada por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos
y Lugares Históricos.
LAS RECOMENDACIONES
DE LA COMISION NACIONAL DE MUSEOS
La
preservación de la memoria
Por
L. S.
La
estación terminal Once empezó a construirse a fines del
siglo XIX y fue realizada en varias etapas, tratando de mantener la
unidad estilística, aunque posteriormente fue en gran parte destrozada.
El período de concesión para su explotación es
por 20 años y las obras, cuyo plazo de ejecución es de
12 meses, recayeron en la empresa Decsa Desarrollos Comerciales S.A.
En cuanto a la estación cabecera de Constitución, que
fue inaugurada en 1864, contaba con una modesta estructura que combinaba
rasgos neoclásicos y renacentistas. Luego fue ampliada y reedificada
en cuatro oportunidades otorgándoles representación a
los distintos estilos que prevalecieron sucesivamente en la arquitectura
británica. Del proyecto de remodelación original que presentó
la empresa concesionaria (Decsa S.A.) ante la Comisión Nacional
de Museos el año último, ésta rechazó la
ubicación de las escaleras que van al subsuelo, porque quedaban
prácticamente en el medio del hall central, un sector que debe
preservarse espacialmente. Tampoco aceptaron que en el frente que da
sobre la plaza, y detrás de las ventanas, construyeran un pasillo
e hicieran un cerramiento para instalar allí las cocinas. Lo
mismo ocurrió con la fachada sobre la calle Lima, que ya había
sufrido una alteración que le dio un carácter modernoso,
y la corrección que se planteaba era sobre esa última
modificación, y no un rescate de las formas originales.
La Comisión defiende siempre el carácter del monumento.
El patrimonio se rescata como parte de la memoria colectiva para que
se integre a la vida del momento, y no es para sufrirlo, sino para gozarlo,
dice el arq. José María Peña, integrante de la
Comisión de Museos, Monumentos y Lugares Históricos. Muchas
veces los proyectos o las propuestas de diseño llegan a la Comisión
cuando las obras ya están adjudicadas, y también algunos
emprendimientos se ven demorados o trabados porque se hacen correcciones
sobre el boceto original para dar lugar a las resoluciones de la Comisión
que son obligatorias.