OPINION
Desgravación
en préstamos para vivienda
Según el autor, la medida anunciada por el Gobierno
es buena pero insuficiente al alcanzar sólo a la compra de vivienda
nueva. Recomienda mejorar la norma para reactivar el mercado inmobiliario
paralizado y la construcción, hoy en su nivel más bajo desde 1996.
Por Valeria E. Nerpiti *
En la reciente Reunión Anual de IDEA, el ministro de Economía
anunció la desgravación impositiva para los créditos
hipotecarios para favorecer la construcción y adquisición
de viviendas nuevas hasta un máximo anual de 4000 pesos sin restricciones
que sea vivienda única. De esta manera, el deudor de un crédito
hipotecario podrá descontar del pago del impuesto a las ganancias
una parte de su cuota, que dependerá del monto y plazo del crédito,
que según estimaciones producirá un ahorro
del orden de una cuota por año o un punto en la tasa de interés.
El hecho de que el beneficio sólo sea para quienes compren una
propiedad nueva o tomen un préstamo para construirla, sin que
alcance a quienes compren una vivienda usada, limita fuertemente el
sentido de la medida, dejando de lado la existencia de un importante
stock de viviendas usadas existentes cuya oferta formaría parte
también del efecto económico dinamizante que se intenta
lograr, pero aún se está a tiempo de optimizar la propuesta.
En efecto, las numerosas experiencias han demostrado que el apoyo crediticio
o impositivo debe otorgarse a la demanda en su base más amplia
(incluyendo a los sectores de más bajos recursos), de manera
de posibilitar a los beneficiarios adquirir la mejor oferta que encuentren
en el mercado sin la limitación de que sólo sean nuevas,
para evitar poner trabas a las posibilidades de adquisición que
deben ser en lo posible totalmente amplias. De otra forma, el beneficio
a la demanda se transfiere a la oferta, dado que el beneficio fiscal
sólo se otorga a la compra de determinadas unidades
y que promueve sólo a quienes tienen la vaca atada.
La forma de dinamizar la construcción es reducir el stock existente
tanto de viviendas nuevas como usadas, como sucedió hace 15 años
en el Plan Construir para la Vivienda del Banco de la Provincia de Buenos
Aires a través de los Títulos Vavis.
Antecedentes
La idea de Deducción de los intereses pagados por la compra de
vivienda de la base imponible del impuesto a las ganancias comienza
en 1992 a través de distintos estudios y publicaciones. En abril
de 1996 compartí un panel con el Dr. Domingo F. Cavallo, entonces
ministro de Economía de la Nación, en la Expovivienda
96, donde planteé el proyecto que años antes había
presentado a través del Centro Argentino de Ingenieros
a la Cámara de Diputados como proyecto de ley, que no llegó
a ser tratado.
El mismo Proyecto de Ley fue presentado al Foro Argentino de la Propiedad
Horizontal, que tuvo lugar entre el 15 y 17 de octubre de 1998, en oportunidad
de las Jornadas con motivo de los 50 años de vigencia de la Ley
de Propiedad Horizontal. Esta información me fue requerida por
el diputado Manuel Baladrón, quien luego de estudiarlo lo hizo
suyo con la condición de que fuera mencionado que era una
propuesta del CAI elevándolo como proyecto de Ley el 06/06/2000,
bajo el número D-3212, actualmente en la Comisión de Presupuesto
presidida por el Dr. Baglini. Siempre en tren de colaboración,
el proyecto y los antecedentes fueron elevados el 28/08/2000 al secretario
de Programación Económica, Dr. Miguel Bein, habiéndose
formado el Expte. 001-004-091/2000 del Ministerio de Economía.
Teniendo en cuenta que la decisión de compra de viviendas tarda
alrededor de 90 días y la fecha del año en que nos encontramos,
el efecto de la medida se sentirá a fines del próximo
año, pero generará no sólo una expectativa positiva
entre los compradores sino un apoyo al mercado inmobiliario que reactivará
la construcción hoy en profunda caída generando
actividad, disminuyendo el desempleo y con una indiscutida alta tasa
de retorno económico y social, con un efecto fiscal positivo
resultante de la aplicación de la matriz de insumo-producto.
Apoyo del FMI
En recientes declaraciones en Washington, el nuevo titular del
FMI, Horst Köhler, sugirió obras para el crecimiento, aunque
tengan un costo fiscal. Manifestó que, sin dejar de defender
la austeridad fiscal, se debe mostrar una posición más
estratégica y un cambio en las políticas tradicionales
de la entidad, al sostener que además de cumplir las metas fiscales
hay que pensar en planes de infraestructura.
Al referirse a la Argentina, dijo estar abierto a escuchar propuestas
que incentiven la inversión en infraestructura, ataquen la recesión
y generen empleo, aunque tengan un costo fiscal, siempre que generen
el necesario apoyo político a los programas económicos
logrando de esa forma que la gente tenga esperanza para el futuro que
les toca vivir.
No quisiera dejar esta oportunidad para destacar que además Köhler
recordó que Heinrich Brüning, el último de los cancilleres
de la República de Weimar, antes del ascenso del nazismo, logró
achicar el déficit público pero no pudo bajar el desempleo
ni generar un crecimiento económico que aplacara el descontento
social. De ahí la importancia de implementar este tipo de planes
reactivadores.
* Presidente de la Comisión de Economía. Centro Argentino
de Ingenieros.