CREDITOS
Los créditos hipotecarios
están disponibles para una franja reducida del mercado potencial
La
financiación sigue con acceso restringido
La
situación laboral de inestabilidad y la falta de ahorros acumulados
por parte de las familias de ingresos medios y bajos sin casa propia
impone una barrera difícil de superar. Los bancos siguen eligiendo clientes
jóvenes y solventes, no conformes con la garantía de hipotecar la vivienda.
Condiciones y requisitos vigentes en el mercado.
Por Liliana Sánchez
Concretar
el sueño de la casa propia a través de un crédito
hipotecario está cada vez más lejos de la mayoría.
Una combinación de factores compuesta por elevadas tasas de interés,
sobrevaluación de las viviendas y una serie de requisitos exigidos
por los bancos hace que sólo puedan acceder a los préstamos
quienes tienen un nivel de ingresos medio o medioalto.
Al mismo tiempo, la ausencia de líneas de créditos blandos
o con mayores facilidades, inclusive por parte de los bancos oficiales,
provoca la exclusión del mercado de créditos hipotecarios
de una amplia franja de la población. No obstante y pese a estas
limitaciones, el stock de préstamos hipotecarios continuaba una
leve tendencia ascendente hasta septiembre de 2000 (0,9 por ciento más
en relación con el mes anterior), según el último
registro elaborado por la Asociación de Bancos de Argentina (ABA).
Un crédito hipotecario, tomado en cualquier entidad financiera,
no está compuesto sólo por el capital y los intereses,
porque los bancos arman un paquete en el que junto al dinero efectivamente
prestado y la tasa nominal anual que cobrarán, incluyen también
el pago de seguros (de vida, incendio y desempleo), apertura y mantenimiento
de cuentas, evaluación y tasación de la propiedad, envío
de resúmenes, con todo lo cual se define el Costo Financiero
Total. Este puede variar de un banco a otro, pero si el deudor decide
prorratear estos gastos a lo largo del préstamo, la cuota resultante
que deberá abonar será mayor.
Hay otros factores que también contribuyen a aumentar o a disminuir
la cuota tales como si el crédito es otorgado en dólares
o en pesos, la tasa es fija o variable, o si el plazo es de 10 o 20
años. La tasa fija está hoy un punto por encima de la
variable, y los préstamos en dólares resultan más
baratos. Un mayor plazo de repago posibilitará cuotas menores,
pero como la cancelación del capital se hará más
lenta y se cobrarán más intereses, finalmente se terminará
devolviendo bastante más que lo solicitado.
Para todos los casos hay que contar al menos con el 20 por ciento del
valor de la propiedad que se quiere comprar, porque los bancos financian
sólo hasta el 80 por ciento. Otro dato que incidirá sobre
las cuotas es el sistema de amortización elegido. Si se trata
del sistema francés (al que adhieren la mayoría de las
entidades), las cuotas son parejas a lo largo de todo el préstamo;
aunque durante los primeros años, el mayor componente de pago
estará destinado a los intereses. En cambio, con el sistema alemán
la amortización de capital es más alta al principio, por
lo cual las cuotas son decrecientes. De todos modos, conviene tener
en cuenta que una diferencia de 5 puntos porcentuales entre un crédito
y otro significa pagar, entre intereses y gastos durante 10 años,
aproximadamente 14.000 pesos en más o en menos.
Se
busca joven y solvente Los bancos apuntan a un perfil de cliente
cuya capacidad de repago esté garantizada. Lamentablemente,
le siguen prestando plata al que tiene plata, no al que la necesita.
Buscan un cliente que prácticamente no existe, el cliente ideal
que le cierre toda la carpetita, que entre hoy y mañana le salga
aprobado el crédito, observa Angel Dimeo, secretario de
Medios Publicitarios de la Cámara Inmobiliaria Argentina. Además,
reconoce que existe un sobrestock de propiedades, lo cual empuja los
precios hacia abajo, aunque la mayoría están sobrevaluadas;
y para darle un mayor impulso al mercado los créditos tienen
que bajar, las tasas son altas a nivel internacional y no tendrían
que ser más altas que en otros lados.
Normalmente, los bancos establecen cuotas que no superen el 35 por ciento
del ingreso que percibe el solicitante del crédito. Tampoco quieren
gente mayor; para pedir dinero hay que tener menos de 59 años
y unaantigüedad laboral de un año como mínimo. En
cuanto al nivel de ingreso, no exigen formalmente una suma determinada
como base, sino que la segregación se genera espontáneamente
por el tamaño de los compromisos que se deben asumir para acceder
al crédito.
A modo orientativo, la cuota promedio que debería pagar
quien toma un crédito hipotecario en la actualidad asciende a
593 pesos para créditos en dólares a tasa variable a 10
años de plazo, y a 453 si el plazo se extiende a 20 años,
concluye un informe elaborado por la Secretaría de Defensa de
la Competencia y del Consumidor, y está referido a un préstamo
de 40.000 pesos.
Partiendo de los datos obtenidos en la última Encuesta Permanente
de Hogares (Indec, mayo de 2000), sobre ingresos declarados por la población
de Capital y Gran Buenos Aires, la proyección indica que 6 de
cada 10 habitantes tiene un ingreso de hasta 500 pesos, con lo cual
quedan excluidos del mercado de créditos hipotecarios. Para esta
franja poblacional tampoco hay alternativas en los bancos oficiales.
El Banco Hipotecario ofrece básicamente dos líneas de
créditos, una denominada 50 y 50 (se financia la mitad del valor
de la propiedad), y otra de acceso inmediato, a 20 años de plazo
si es en dólares, o 15 años si es en pesos; y la financiación
puede cubrir hasta el 80 por ciento del precio de la vivienda. En ambos
casos hay que justificar un ingreso mínimo de 800 pesos, por
cuanto las cuotas serían de 268 pesos por cada 15.000 pesos,
o de 233 dólares por cada 15.000 dólares.
Entretanto, en el Banco Ciudad las opciones no difieren demasiado. Por
cada 10.000 dólares solicitados a 20 años se deberán
pagar 111,52 pesos; y si son 10.000 pesos, el cálculo asciende
a 125,93 pesos.