Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

OPINION

LOS PROBLEMAS DE TIERRA, VIVIENDA Y POBREZA
Hábitat popular

Los recortes en el Presupuesto 2001 a los recursos habitacionales para las poblaciones con menores ingresos económicos encendieron una luz de alerta en las organizaciones que se ocupan del hábitat popular. El siguiente es el reclamo que presentaron esta semana.

Por la Red Intercambio Hábitat*

Las ONGD (organizaciones no gubernamentales de desarrollo) y las confesionales que trabajamos junto a las organizaciones sociales de base territoriale queremos manifestar nuestra preocupación en relación con la asignación y posible aplicación del Presupuesto 2001 y la falta de política habitacional que integre a toda la población.
Entendemos que la búsqueda de soluciones al problema de la pobreza se vincula con la distribución de los recursos. En este sentido, las políticas relacionadas con el hábitat y la vivienda conllevan una redistribución económica que debería favorecer a los ciudadanos más pobres, ya que creemos que no es posible la solidaridad sin justicia.
En la ley de Presupuesto 2000 se incorporó una cláusula que autoriza a las jurisdicciones provinciales a disponer el 50 por ciento de los fondos asignados al Fonavi (Fondo Nacional de Vivienda) por leyes especiales para un libre destino en su aplicación (ley 25.325 - Anexo A Compromiso Federal - art. 3º). Esto significa, en términos reales, una reducción posible de los recursos del Fonavi y por ende de muchas miles de soluciones habitacionales, que se reiteró en el recientemente aprobado Presupuesto 2001 y su congelamiento a 5 años.
La otra asignación presupuestaria desde la Subsecretaría de Vivienda de la Nación, orientada a los sectores poblacionales más pobres, corresponde al programa 27 (se compone de varios programas de mejoramiento habitacional, por ejemplo lotes con servicios, núcleos sanitarios, microcréditos) y al Fondo de Emergencia de la Subsecretaría de Vivienda de la Nación. La misma contempla en el Presupuesto del 2001 sólo 2.200.000 pesos. Vale destacar que este fondo es fundamental pues su operatoria es la más apropiada para otorgar respuesta a los problemas habitacionales de la gente con menores ingresos económicos, es decir el 71 por ciento del déficit de vivienda (sector poblacional que no está cubierto por el Fonavi).
La continuidad de estos programas ha dependido de la captación de recursos nacionales o de financiamientos internacionales, situación que los hace muy precarios. La interesante complejidad y diversidad que admiten en su implementación, se debilita en la falta de una solvencia financiera.
Creemos que es fundamental continuar avanzando en la discusión del problema habitacional en la Argentina, de la tierra, la vivienda y la pobreza. Seguir trabajando conjuntamente ideas para fortalecer y recuperar experiencias, adecuar los mecanismos que tenemos construidos y proponer soluciones entre todos los actores involucrados. Para esto, es necesario una política habitacional argentina que otorgue respuestas a los ciudadanos más pobres, quienes son sujetos de derecho como parte constituyente del Estado.
Propuestas:
- Contemplar la necesidad de incorporar operatorias que la conviertan en vivienda como proceso con la participación activa de organizaciones de base y familias destinatarias.
- Incorporar Modelos de Gestión y Producción que, además de los actores tradicionales (institutos provinciales de vivienda-bancos-empresas), integren a otros actores comprometidos en el problema socio-habitacional: organizaciones no gubernamentales, confesionales, la organización de base, municipios, micro y pequeñas empresas, el sector privado, las universidades, las entidades intermedias y todos los intervinientes en la problemática para que colaboren en la consolidación de políticas que atiendan las necesidades presentadas.
- Trabajar junto a la gente sin tierra y vivienda para tener en cuenta en los programas de vivienda sus expectativas reales. Generar fuentes de trabajo para las propias familias, llegar a una vivienda digna con estándar de calidad aceptable y dimensión de acuerdo con las demandas del grupo familiar, aumentar el capital social de la familia y de la comunida de incorporar a los beneficiarios en el pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos. Pero lograr en la Argentina una política sostenida de tierra, vivienda y hábitat rural y urbano que incluya a la gente es posible, adecuando dos estructuras que tenemos existentes en la Subsecretaría de Vivienda de la Nación.
- Otorgar rango de política al programa 27 (que refiere al mejoramiento habitacional a través de lotes con servicios, microcréditos, núcleos sanitarios, otros) dependiente de la Subsecretaría de Vivienda, es decir darle un marco legal y financiero que le asegure su continuidad.
- Que los fondos del Fonavi también se orienten a dar viviendas a la población de más bajos recursos en el ámbito de lo rural y del urbano. Instrumentar los mecanismos legales y adecuar los mecanismos políticos que aseguren que el porcentaje del Fonavi destinado a los más pobres se utilice para ese fin.
También es fundamental para no retroceder en un logro histórico sobre el sector de la vivienda utilizar la totalidad de la disponibilidad presupuestaria del Fonavi que por ley corresponde –900 millones anuales para uso específico en Vivienda–, asignados a los institutos provinciales de vivienda.