Dinero
fácil
Por
Roberto Navarro
El sector financiero se sigue resistiendo a hacer el ajuste que
el Gobierno y el resto de los sectores económicos le reclaman.
Las tasas de interés que los bancos cobran a sus clientes por
financiarse mediante tarjetas de crédito superan, en promedio,
el 35 por ciento anual. El negocio de las tarjetas, que en la
jerga bancaria se conoce como �La vaca lechera�, se convirtió
en el principal ingreso de las entidades financieras. En 1999
se vendieron 15.000 millones de pesos con tarjeta, monto que generó,
sólo en concepto de comisiones, 1340 millones de pesos de ingresos.
De lo facturado, 7500 millones de pesos se vendió financiado,
con tasas que llegan hasta el 39 por ciento anual. En el Ministerio
de Economía trabajan en un proyecto de ley que esperan impulse
una fuerte reducción en la tasa de interés por financiamiento
con tarjetas. La intención es transformar el resumen de cuenta
en un documento de cobro rápido para disminuir los niveles de
morosidad que alcanzan el 15 por ciento. Los bancos afirman que
la medida es buena, pero que no pueden pactar una inmediata reducción
de la tasa. Los altos costos del uso del plástico frenaron el
desarrollo del mercado. Sólo el 24 por ciento de los argentinos
tiene tarjeta y durante 1999 las nuevas emisiones se redujeron
a la mitad, respecto del año anterior. Los bancos y las administradoras
de tarjetas (Visa, Master Card) culpan de la caída del mercado
a la ley sancionada el año pasado que, entre otras cosas, les
puso un techo a las tasas. Pero en el mismo período las tarjetas
no bancarias, que operan fundamentalmente en el interior del país,
ganaron participación en el mercado, bajando sus costos y flexibilizando
los requisitos de emisión. De los 11 millones de tarjetas en circulación
(incluyendo las adicionales), 3 millones son de emisores no bancarios.
Ya hay más de 150 marcas de este tipo, el doble que hace 5 años.
Conseguir que el resumen de cuenta de la tarjeta se convierta
en un documento ejecutivo, como un cheque o un pagaré, es un viejo
reclamo de los bancos. Así, el trámite de cobro se hace mucho
más rápido. Pero gran parte de los poseedores de tarjetas ya estaban
dentro de ese régimen, ya que sus saldos eran debitados de la
cuenta corriente, que siempre tuvo un trámite de cobro ejecutivo.
Esto relativiza el argumento utilizado por los bancos según el
cual las tasas siguen altas porque no cuentan con los elementos
de cobro necesarios. Alberto Balacco, gerente de Desarrollo de
Nuevos Productos del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos
(tarjeta Cabal), señaló a Cash que la alta morosidad que sufre
una gran parte del sistema financiero se debe a una política de
emisión irresponsable. �Muchos bancos salieron a vender tarjetas
sin evaluar la capacidad de pago de los compradores, esperando
que luego sus listados se depuraran solos, y cargando los costos
de la alta morosidad en la tasa que les cobran a todos los clientes.
De esta manera, todo el sistema termina pagando la ineficiencia
de los bancos�, advirtió el funcionario. Una de las razones que
esgrimen las entidades financieras a la hora de justificar el
nivel de las tasas es la baja escala (pocos clientes). Pero la
misma política de los emisores de tarjetas bancarias determinó
esta situación. Las entidades financieras atacaron el segmento
de alto poder adquisitivo, que identifican como ABC1, y descuidaron
el resto. En la clase media el uso de tarjeta es escaso, comparado
con otros países de similar nivel de desarrollo, y en los niveles
medio bajo y bajo es casi inexistente. También el consumo promedio
con tarjeta es magro, 230 pesos por mes, porque muchos negocios
hacen descuentos por pago contado para evitar las altas comisiones
que les cobran los bancos por cada operación. Adrián Furman, socio
gerente de la consultora Malvasio Bastien y Asociados, señaló
a Cash que el alto costo financiero de operar contarjetas se debe
a que los consumidores argentinos no la usan correctamente, porque
los bancos no se preocupan por explicarles. �Mucha gente se acostumbró
a utilizar el pago mínimo y financiar el resto a altísimas tasas.
Lo que deben hacer es tomar los planes en cuotas que les ofrecen
en el momento de la compra, que son mucho más baratos�, aconsejó
el especialista. Y agregó: �También la alta morosidad se debe
a un problema de información. La gente no sabe exactamente cuál
va a ser el pago mínimo cada mes. Si tomó planes en cuotas, por
ejemplo, esos montos se incluyen en el pago mínimo. Una mejor
información reduciría la tasa de interés y resultaría en un mayor
desarrollo del negocio. En la Argentina sólo se financia el 50
por ciento de las ventas con tarjeta y en Estados Unidos el 85
por ciento�. El otro ítem en el que los bancos ganan y los clientes
pierden es el de las comisiones. La renovación anual cuesta un
promedio de 100 pesos; los resúmenes de cuenta mensuales se cobran
entre 6 y 8 pesos; el retiro de dinero por cajero automático,
1 peso. Además, cada compra en cuotas paga un �derecho� a financiación
de entre 1,50 y 2 pesos, más un seguro de vida obligatorio, cuyo
precio varía según el monto de la compra. Durante 1999, los bancos
ganaron 840 millones de pesos en concepto de comisiones cobradas
a los poseedores de tarjetas de crédito. Cada venta, además, genera
una comisión que paga el comerciante, que varía según la importancia
del negocio entre el 2 y el 5 por ciento. En los últimos doce
meses estos cargos dejaron en las arcas de los bancos otros 500
millones de pesos. El año pasado, Adelco, una de las instituciones
de defensa del consumidor con sede en la ciudad de Buenos Aires,
recibió más de 2500 denuncias contra bancos por problemas relacionados
con las tarjetas de crédito. Ana María Luro, presidenta de Adelco,
detalló a Cash que �la mayoría de los reclamos fueron por emisión
de tarjetas no pedidas por los clientes, cobros de comisiones
indebidas e intereses mal facturados�. En la Secretaría de Comercio
funciona el Tribunal Arbitral de Consumo, que media en este tipo
de conflictos, pero la comparecencia no es obligatoria y la mayoría
de los bancos no acuden a las citaciones.
Solo
un tercio de la poblacion usa tarjeta Sólo privilegiados
En
1992, sólo el 11 por ciento de la población del área metropolitana
tenía tarjeta de crédito. Para 1995 ya el 30 por ciento había
accedido al servicio. Desde entonces, el negocio del plástico
cayó levemente y en la actualidad sólo el 29 por ciento de la
gente tiene tarjeta. En el interior del país esta cifra disminuye
al 21 por ciento. Los datos, surgidos de una encuesta realizada
por la consultora Graciela Romer & Asociados, muestran que los
bancos no han logrado incluir entre sus clientes a amplias franjas
de la población. De las personas que poseen tarjeta de crédito,
el 48 por ciento es de nivel socioeconómico medio alto y alto,
el 45 por ciento es de nivel medio, el 5 por ciento medio bajo
y el 2 por ciento bajo. El 12 por ciento de los que tienen tarjeta
gana más de 3.000 mil pesos; un 24 por ciento gana entre 1.500
y 3.000 mil; otro 24 por ciento, entre 1.000 y 1.500; un 18 por
ciento, entre 500 y 1.000 y un 16 por ciento no responde a las
consultas. Los que no dan datos son en general los de mayores
ingresos. El espacio dejado por las tarjetas bancarias fue ocupado
por los emisores de tarjetas ajenos al sistema financiero. En
algunas zonas alejadas del Gran Buenos Aires, principalmente en
el oeste, y en el interior del país, este tipo de tarjetas alcanzó
un gran desarrollo. De los tenedores de tarjetas no bancarias,
el 58 por ciento son de clase media y el 31 por ciento son de
clase alta o media alta. Seis de cada diez personas que poseen
tarjeta son hombres. El 17 por ciento tiene más de 55 años; el
27 por ciento, entre 40 y 55; el 24 por ciento, entre 30 y 40;
otro 24 por ciento, entre 20 y 30, y el 8 por ciento tiene entre
18 y 20 años. Los emisores de tarjetas de crédito no tienen una
cámara que los agrupe, por lo que no dan datos consolidados sobre
el mercado. Las asociaciones de bancos son remisas a dar información
sobre el tema y el Banco Central tampoco dispone de los datos.
Consultados individualmente cada uno de los emisores se adjudican
porciones de mercado que, al sumarlas, superan largamente el 100
por ciento. Según el sondeo realizado por el estudio Romer, a
nivel país, Visa lidera el mercado con un 37 por ciento de participación,
seguida por MasterCard con un 13 por ciento.
Luis
Schevimer, gerente general de Visa Argentina
�El riesgo es alto�
�¿Por qué son tan altas las tasas de financiación con tarjeta
de crédito? �En el mercado hay una gran dispersión de tasas.
No todos los bancos cobran intereses altos. Lamentablemente, en
el país la gente no acostumbra caminar y buscar las mejores condiciones
como pasa en otros mercados. Es cierto que en los países desarrollados
los intereses son menores, pero aquí el nivel de riesgo es mucho
mayor y la cantidad de clientes es poca, lo que sube los costos.
�¿Por qué no se expanden hacia los sectores de menor poder
adquisitivo, en los que las tarjetas no bancarias tomaron la delantera?
�Las normas del Banco Central impiden en muchos casos ofrecer
el servicio a ciertos sectores de la población. Las personas de
menores ingresos que trabajan en relación de dependencia suelen
cobrar sus sueldos en negro. Los que lo hacen de manera independiente
tampoco pueden demostrar sus ingresos porque no los declaran al
fisco. Los emisores no bancarios no tienen esas restricciones
y por eso crecen en esa franjas del mercado.
�¿Si el Congreso aprueba el proyecto que hace ejecutivos los
resúmenes de cuenta, los bancos aceptarán bajar las tasas?
�Nadie puede asegurar que de un día para el otro van a disminuir
un 8 por ciento los intereses como pretenden algunos legisladores.
Pero, sin duda, con el tiempo esa medida ayudará a reducir la
morosidad y así la tasa de interés. De todas maneras, ése no es
el único punto que merece ser cambiado. La legislación aprobada
el año pasado contiene una serie de errores que entorpecen el
funcionamiento del mercado.
�¿A qué puntos se refiere?
�La prohibición de informar a las empresas de bases de antecedentes
cuando un cliente está en mora fue un paso atrás. La información
da transparencia al mercado. También el techo que le pusieron
a las tasas es un error, porque así los bancos se cubren manteniéndose
siempre cerca del techo, para hacer un colchón por si luego, por
alguna crisis financiera, necesitan subir las tasas y no pueden.
Carlos
Winograd, Defensa de la Competencia.
�Las tasas bajarán�
�¿Qué falla en el mercado de tarjetas de crédito que no existe
competencia entre los bancos por bajar las comisiones e intereses?
�El principal problema es la falta de transparencia e información.
Los usuarios desconocen la variedad de precios del sistema y por
eso no pueden ejercer debidamente su poder como consumidores.
Hay bancos que cobran el triple que otros. Por otra parte, la
morosidad del sistema, que ya alcanza el 15 por ciento, eleva
los costos. En España la mora no supera el 2,3 por ciento y en
México es del 5,6 por ciento.
�¿Qué van a hacer para transparentar el mercado?
�Nuestra propuesta es que los bancos estén obligados a distribuir
en forma gratuita un informe anual con el detalle del monto promedio
financiado, la tasa de interés y la fecha de vencimiento del contrato.
Esta información les servirá a los consumidores para elegir el
banco emisor que cobre menores cargos e intereses.
�¿Accederán los bancos a disminuir la tasa de interés a cambio
de transformar los resúmenes de cuenta en documentos ejecutivos?
�Pensamos que la medida disminuirá de tal manera la morosidad
que la tasa debería reducirse entre un 5 y un 8 por ciento. La
experiencia muestra que la regulación no es lo mejor en estos
casos, pero esperamos que el mercado reaccione favorablemente.
�Hay legisladores que afirman que con esta ley una familia
puede perder su casa por una deuda de 20 pesos. ¿Pondrán un mínimo
para permitir la ejecución?
�El proyecto no contempla montos mínimos pero sí plazos de
mora. El objetivo es proteger a aquellos que por problemas coyunturales
se retrasan un par de meses en el pago de la liquidación. Por
eso, estamos habilitando el trámite ejecutivo recién cuando se
hayan superado los 90 días de atraso. Tampoco se puede ejecutar
si hay gastos que el usuario no reconoce, hasta que se dilucide
el tema. Y si el reclamo era equivocado se cobrará una multa igual
al 200 por ciento del monto reclamado.
Comisiones
del espanto
Renovación
anual de la tarjeta: 100 a 120 pesos. n Resúmenes mensuales de
cuenta: de 6 a 8 pesos.
Cada venta en cuotas paga un �derecho� de financiación: entre
1,5 y 2 pesos.
A esto hay que agregarle un seguro de vida que varía con el monto
de la compra.
Extracción de dinero del cajero automático: 1 peso.
Tasa de interés por financiación con tarjeta: hasta el 39 por
ciento anual.
Tarjetas
costos
En 1999, los
bancos y financieras embolsaron, sólo en concepto de comisiones,
por las tarjetas de créditos 1340 millones de pesos.
El negocio de las tarjetas se conoce en la jerga bancaria como
�la vaca lechera�.
Se vendieron 7500 millones de pesos financiados con tarjetas con
tasas que llegan al 39 por ciento anual.
Los expertos dicen que si los consumidores supieran utilizar correctamente
los plásticos podrían ahorrarse mucha plata.
El Gobierno estudia aplicar medidas para reducir los costos que
deben los clientes.
arriba.