Qué tienen para ofrecer México y Argentina en esta década
El rock abierto
de América latina
Ya
navegamos en el año 1 d.MTV (después de MTV) y los dos usinas
musicales más importantes del subcontinente parecen iniciar aquello
de barajar y dar de nuevo. Aquí un completo recorrido
de escenas, estilos y bandas que prometen constituir el mejor recambio
posible para eso que ahora conforman (deforman) nombres como Los Piojos,
Plastilina Mosh, Babasónicos, A.N.I.-M.A.L., Control Machete, Illya
Kuryaki, Café Tacuba, La Bersuit, Molotov y sigue la lista. Aquí
va, entonces, un pronóstico de futuro mapa rockero latino para
los años 00 (¿así se dice?).
Beck,
el artista de rock más importante de la última parte de
los noventa, obligó al mundo a reconsiderar algunas cuestiones
respecto del pasado. Para la cultura joven y de rock, los
géneros que habían quedado lejos en el tiempo recobraron
vigencia (el folk, el soul, la bossa nova). Todo vale, siempre y cuando
se lo recicle (la abundancia de prefijos re es todo un síntoma,
también) con talento, modernidad, actitud y una buena campaña
de marketing.
El rock argentino a veces mirando al norte, a veces revisándose
el ombligo reflejó la tendencia adaptando, por ejemplo, el
folklore (Divididos), el western (Babasónicos), el candombe (Los
Piojos), el boogie (Carca), y agregá lo que se te ocurra. Tal vez
éste sea un tiempo de recuperar (otro re) sonidos del siglo veinte
(y anteriores, ¿por qué no?) y transformarlos, llevarlos
hacia otra dirección, samplearlos, retorcerlos y volverlos irresistibles.
Algo como lo que hizo Moby en Play. Pero alla argentina.
Lo que está por verse es en qué derivará la relación
de los artistas con el gran público: el rock chabón-futbolero-barrial
se impuso en la Argentina en la década pasada, pero dentro de esa
escena convivieron muchos estilos. Y, en realidad, sirvió más
como etiqueta única para clasificar al puñado de bandas
masivas que reinaron por convocatoria e impacto popular. Aunque el rock
chabón-futbolero-barrial esté lejos de perder su público,
sería bueno que aparecieran otras escenas igualmente convocantes,
capaces de sintonizar con el ánimo del público, como lo
lograron La Renga, Los Piojos, etcétera. Sería bueno.
Pero, ¿por dónde buscar? Esta selección no pretende
ser definitiva ni pronosticar los sucesos argentinos del futuro. Se trata,
más bien, de presentar algunas propuestas que intentan un camino
propio dentro de subgéneros ya explorados, incluyendo el barrial,
que es más una estética (una forma de hacer las cosas) que
un sonido. El punk neoyorquino de Killer Dolls, el pop rock guitarrero
de Plaimobyl, el rocanrol futbolero de La Covacha, el metal con actitud
positiva de Jesus Martyr, y el pop electrónico viruseano de Adicta
son ejemplos del todo vale que hizo que el final del siglo pasado fuera
más divertido. Casi todos usan máquinas, pero eso no debería
sorprender ni a las abuelas. Basta salir de noche y recorrer pubs, subsuelos
y discotecas locales para encontrarse con camaradas de estilo y generación
de estos cinco proyectos. De ese recorrido sale esta selección.
Y ya se sabe que en cada argentino habita un director técnico,
así que...
PABLO
PLOTKIN Y
ROQUE CASCIERO
Jesus
Martyr
Santiago Ferrer (voz y guitarra), Martín Furia (guitarra), Bruno
Nasute (bajo), Guillermo Gómez (batería), Hugo Macchia (teclados
y samples).
La historia. Hacia 1993, el grupo se llamaba Martyrdom. Al año
siguiente, a través de un aviso, llegó Santiago y la banda
acortó su nombre a Martyr. Así grabó un casete independiente
orientado al death metal (Fear to be born) y otro en el que ya se mezclaban
influencias del hardcore (Humanize). En el 96, cuando empezaron
a grabar su primer CD, Sudamerican porno, entró Macchia y el nombre
cambió por última vez. El disco fue publicado en España
por el sello Repulse en el 98 y Jesus Martyr se fue de gira por
catorce países europeos. Con un año de tardanza, Icarus
editó el álbum en la Argentina. Actualmente están
grabando su próximo disco, que saldría en marzo. Todavía
no viven de la música: Santiago es cocinero en un restaurante,
Martín saca fotocopias, Guillermo hace instalaciones eléctricas,
y Bruno y Hugo están desocupados.
Qué hacen. Una combinación machacante y poderosa de death
metal, hardcore, punk e industrial. Todas las canciones son en inglés,
lo que les abrió muchas puertas fuera del país.
Qué escriben. Ningún humano/ puede sentirse a salvo/
del sida/ ningún humano/ nadie es inmune hoy/ La vida es culpa/
la vida es suciedad/ la vida no es nada excepto riesgo/ Te mato/ Morí
(100% Organic XXX-Tasy).
Qué dicen. En Lituania hicimos nuestro mejor show. Afuera
hacía 30 grados bajo cero, pero los tipos estaban a pleno, tan
descontrolados como en un show de acá. La única diferencia
era que todas las cabezas eran rubias. A medida que pasan
los años, nuestra música es cada vez más extrema
y, al mismo tiempo, cada vez más melódica. Tocamos
con A.N.I.M.A.L., pero también nos gustaría tocar con Almafuerte.
La pelea entre ellos no debería existir, cada uno es bueno en lo
que hace. Queremos hacer un cover de Soda Stereo, que nos
parece una banda supergrossa. Puede parecer raro, pero nosotros no somos
heavies, somos chabones que hacen música pesada moderna. Nuestra
actitud es hardcore, de fuerza, diversión, poder, de ir para adelante.
Y en vivo somos más divertidos que mala onda (Santiago).
Plaimobyl
Leandro de Cousantier (guitarra); Diego Varela (bajo); Diego Martínez
(voz); Luciano Esaín (batería); Fernando Blanco (teclados).
La historia. Tres chicos de diferentes barrios porteños Leandro
de Cousantier, Luciano Esaín y Diego Varela se reúnen
para fundar Plaimobyl (1996). Diego Martínez, que será el
cantante, viaja a España diciendo que volverá en una semana,
pero tarda ocho meses. De regreso se incorpora y se presentan como cuarteto
en Podestá, El Dorado, El Observatorio, Continuará. En 1999
se suma el tecladista Fernando Blanco, graban una notable versión
de In Between Days para el tributo argentino a The Cure, y
preparan un cover de David Bowie (en colaboración con Ciro Pertusi,
de Attaque 77) para un futuro álbum-homenaje. Calculan que para
marzo del 2000 aparecerá su primera producción independiente.
Qué hacen. El viejo y querido pop rock de guitarras. Canciones
eléctricas y redondas, con melodía, estribillo, que remiten
al new wave y al post punk inglés. La escuela de The Jam, los Smiths,
Cure, Buzzcocks y demás maestros británicos de los ochenta.
Todos tenemos 26, y sale inevitablemente, explica el guitarrista.
Qué escriben. No hay una generación/ no hay por qué
cambiar/ Me concentro en sentimientos que hacen mucho tiempo que no están/
Tendría que mirar atrás/ Nada es como solíamos pensar/
Tuvimos que aprender, siempre hay otro en tu lugar (Primero).
Qué dicen. A pesar de que nuestras influencias musicales
son inglesas, creo que somos argentinos. En España, la mayoría
de las bandas cantan en inglés; a nosotros nunca nos gustó
la idea, la banda quiere ser argentina. Admiro el primer disco de los
Peligrosos Gorriones, porque se nota que son argentinos sin caer en determinados
clichés, como los Visitantes con el tango. Acá
no veo demasiadas cosas que se parezcan a lo que hacemos nosotros. Canciones,
siempre la canción por sobre todo. Hay bandas, como Menos Que Cero,
que comparten nuestra idea, pero por lo demás... (Leandro
de Cousantier).
Adicta
Rudy Martínez (programación); Fabio Rey Mental (guitarra);
Toto (voz).
La historia. Buenos Aires, enero de 1999. Cansados de la jaula retrokitsch
en que se había convertido San Martín Vampire, Rudy Martínez
(teclados y programación) y Fabio Rey (guitarra) se separan de
Sergio Pángaro (voz) y forman Adicta junto a Toto, por entonces
vocalista de la banda platense Increíbles Ciudadanos Vivientes.
Qué hacen. Las bases de dance-club de Rudy, la guitarra new wave
del ex Brujos y la voz acaramelada de Toto (¡apareció un
cantante!) derivan en una fórmula singular para el rock argentino.
Es pop sensual, con cosas de los ochenta (suena a Virus, por ahí),
pero mirando al futuro.
Qué escriben. Yo iré despacio a recordar la humanidad/
y desde lejos voy a verte caminar/ vendré algún día
si es que dejo de volar/ tal vez me canse y quiera un poco de maldad/
Los edificios son pequeños desde acá/ y más tu cuerpo,
que se pierde en tanto mar (Espacio).
Qué dicen. Cuando era adolescente empecé a vivir los
ochenta, a aprender de los ochenta. Pero cuando salí a tocar mi
propuesta era más noventa. Ahora me estoy acordando de cuando empecé
a tocar, y me parece divertido. San Martín Vampire
era retro, y eso ya no me interesaba. Adicta tiene a veces cierto color
retro, apenas cuando recreamos canciones instrumentadas en películas
de los sesenta y los setenta, pero, por lo demás, es futurista.
Pero no el futurismo decadente de principios de los noventa sino el romántico:
el viaje del hombre al espacio, y que el espacio sea un lugar donde esté
todo bien (Rudy Martínez). Estamos llevando un ritmo
muy vertiginoso: nos llevamos muy bien, y componemos unas diez canciones
por semana (Toto).
Killer
Dolls
Charlie Lorenzi (guitarra y voz); Marcelo Di Paola (bajo); Pablo Strangler
(guitarra); Adro (batería).
La historia. Palermo Viejo, 1996. Al cabo de varios cambios, los actuales
cuatro integrantes de Killer Dolls se reúnen para tocar el rock
que más les gusta (Stooges, Lords of the New Church, Johnny Thunders).
A partir de entonces editan un casete (Revenge, 1997), y dos Eps
en vinilo (Kill City Lovers, 1998, y RocknRoll Religion, 1999).
Además empiezan a viajar a Estados Unidos, comparten escenario
con bandas como The Real Kids, The Candy Snatchers, Loose Lips, y en noviembre
de 1999 graban en los estudios de Jeff Dahl, en el desierto de Arizona,
los doce temas que conformarán su disco debut, a editarse en marzo
del 2000.
Qué hacen. Los Killer Dolls son argentinos, pero si no lo sabés
y escuchás algo de ellos, va a ser casi imposible que te des cuenta.
Cantan en inglés, y no se les cuela ni un rasgo latino en su punk
rock glamoroso, inspirado en el sonido de los Stooges, los New York Dolls
y Hanoi Rocks.
Qué escriben. Oh, when you called home/ and you took me away
from my depression/ you wipe out my frustrations/ oh, when you called
home/ and you made me feel like I was burning/ I forgot I was so hurted....
(Del tema Friday, y acá va una traducción: Cuando
llamaste a casa/ y me rescataste de la depresión/ borraste mis
frustaciones/ cuando llamaste a casa, me hiciste sentir como si estuviera
ardiendo/ Y olvidé que estaba tan herido...).
Qué dicen. Jeff Dahl nos había ofrecido participar
de Trash on Demand Vol. 3, el compilado que edita cada dos o tres años
con bandas del mundo que a él le gustan. Cuando llegamos a su estudio
en el desierto de Arizona, en las afueras de Phoenix, parece que esperaba
encontrarse con cuatro indios. Para mí el rock es más
argentino que la cumbia (Marcelo di Paola).
La
Covacha
Salvador Tiranti (voz y armónica), Hernán Monteagudo (batería),
Sebastián Fernández (guitarra, violonchelo y sikus), Lisandro
Tiranti (bajo, acordeón y coros), Pablo Martínez (guitarra,
charango y coros), Hernancito (percusión).
La historia. Aunque sus integrantes tocaban juntos desde antes, el sexteto
quilmeño se consolidó recién en 1992. Grabaron Hay
que gritar, un casete de baja producción, y empezaron a moverse
por San Telmo. Conocieron a Gustavo Jove, baterista de Las Pelotas, quien
ofició de productor para el primer CD, titulado ...por el mismo
camino y grabado en los estudios Los Angeles de Nono, Córdoba.
El disco fue editado en forma independiente y lleva vendidas 800 copias.
Cerraron el 99 con un show en Cemento, donde juntaron más
de 700 personas.
Qué hacen. Rock barrial, con influencias de Las Pelotas, Los Piojos
y La Renga. El cantante tiene un estilo épico que suena, a lo lejos,
a Héroes del Silencio.
Qué escriben. Cuando sea tanta la producción/ que
plastifiquen nuestra emoción/ y roboticen nuestro pensar/ todos
los hombres/ te rescatarán... ¡Che! (Carnavalito).
Qué dicen. El rocanrol es barrial. Obviamente, cuando hablás
de lo que pasa en tu barrio, al mismo tiempo, hablás del mundo.
Nosotros somos todos estudiantes universitarios... Lo que pasa es que
la facultad queda en el barrio. El fútbol es parte
de nuestra vida, no podemos escapar. Me pongo la diez (dedicada
a Maradona) le salió a Salvador el día que suspendieron
al Diego en el Mundial 94. Estábamos todos juntos viendo
cuando decía: Me cortaron las piernas. Salva se fue
media hora y volvió con el tema: fue como si lo vomitara.
Tenemos un público rockero, de aguante total. Van con banderas
y bengalas, hacen su show aparte. Hay dos bandas que nos siguen desde
hace mucho: los de Falucho y La Heladera, que son unos pibes que, como
en los boliches les cobraban muy caras las bebidas, se iban con una heladerita
llena (Sebastián Tiranti).Continúa
FOTOS: TAMARA PINCO
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