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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
19 AGOSTO 2001








Deuda
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- La crisis está impactando de pleno en las finanzas de las empresas.

- La debacle financiera ha paralizado al aparato productivo.

- Salvo contadas excepciones, las compañías que operan en el país tienen cortado el acceso al crédito internacional.

- La oferta de crédito se redujo en un 60 por ciento en los últimos tres meses.

- Las entidades financieras cancelaron las líneas de prefinanciación de exportaciones.

- Creció la morosidad bancaria de las pequeñas empresas e incluso algunas grandes compañías están teniendo problemas para cancelar sus ON.

- El total del endeudamiento privado con el sistema financiero asciende a 90.081 millones.

- Casi el 80 por ciento de la deuda está nominada en moneda extranjera.

 


Riesgo privado

Por Roberto Navarro

La economía real ya está pagando el precio de haber soportado cinco meses de riesgo país por arriba de los 1000 puntos: la crisis impacta de pleno en las finanzas de las empresas. La debacle financiera ha paralizado al aparato productivo. Salvo contadas excepciones, las compañías que operan en el país tienen cortado el acceso al crédito internacional. Los mismos bancos no pueden fondearse en el exterior. Como a la vez el sistema financiero sufrió una fuerte pérdida de depósitos, se quedó sin liquidez para financiar a las empresas. La oferta de crédito se redujo en un 60 por ciento en los últimos tres meses. En consecuencia, cayó la inversión, porque desaparecieron los préstamos a largo plazo; las pymes están reduciendo la producción, porque no cuentan con el capital de trabajo suficiente, debido a las restricciones que aplicaron los bancos en los descubiertos en cuenta corriente y el descuento de cheques; las entidades financieras cancelaron las líneas de prefinanciación de exportaciones y muchos productores agropecuarios tienen problemas para sembrar la cosecha gruesa porque los bancos Nación y Provincia de Buenos Aires, sus habituales proveedores de crédito, los han restringido.
Los analistas de riesgo dudan de que el sector público pueda zafar de la cesación de pagos y comienzan a preocuparse por el peligro del default privado. En los últimos meses sólo Pérez Companc y Telecom lograron emitir obligaciones negociables (ON). El resto de las grandes empresas tuvo que recurrir a préstamos de corto plazo de los bancos, acaparando el escaso crédito disponible y corriendo a las pymes del sistema. Con este panorama, creció la morosidad bancaria de las pequeñas empresas e incluso algunas grandes compañías están teniendo problemas para cancelar sus ON. Hasta fin de año vencen 4921 millones de dólares de estos instrumentos financieros, de los cuales 2197 deberán cancelarse en el mes en curso.
Las restricciones crediticias que impusieron los bancos desde que comenzó la crisis redujeron el stock de deuda privada en un 3 por ciento desde principios del año. Con la economía en movimiento lo habitual es que los pasivos crezcan de manera constante. El total del endeudamiento privado con el sistema financiero asciende a 90.081 millones. Casi el 80 por ciento de la deuda está nominada en moneda extranjera. Lo primero que hicieron los bancos cuando el riesgo país se situó por arriba de los 1000 puntos fue elevar la tasa de interés a niveles que desalentaban a potenciales tomadores. Luego, cuando las mismas entidades financieras se vieron imposibilitadas de fondearse en el exterior, eliminaron las líneas de crédito de largo plazo. Por último, el fuerte retiro de depósitos que comenzó a principios de julio obligó a los bancos a restringir también los descubiertos en cuenta corriente y descuentos de cheques.
A continuación el cuadro de situación que da cuenta del escaso crédito disponible para financiar la actividad productiva.
- Obligaciones Negociables: Las ON son bonos privados que operan de manera similar a los títulos públicos. Es un instrumento de largo plazo que las grandes compañías colocan casi en su totalidad en el exterior. En la actualidad hay 26.000 millones de dólares de estos papeles emitidos. Desde que se cerró el crédito externo para el sector público a fines de 2000, las empresas perdieron la posibilidad de emitir nuevos papeles, salvo contadísimas excepciones. Como las ON son el instrumento de financiamiento de menor costo en el mercado, su desaparición golpea fuertemente la actividad productiva nacional.
- Fideicomisos: Son títulos con garantías adicionales que se emiten bajo intermediación bancaria. Funcionaron muy bien hasta el año pasado, período en el que se emitieron 3500 millones de dólares. Durante 2001 sólo se colocaron 500 millones. Y en la actualidad las empresas tampoco pueden fondearse de esta manera.
- Leasing: Es un alquiler con opción a compra muy utilizado en todo el mundo para la obtención de bienes de capital. El año pasado, cuando se legisló la norma que regula su uso, se realizaron operaciones por 1600millones de dólares. En lo que va de 2001 sólo se operaron 100 millones. La mayoría de los bancos no lo está ofreciendo.
- Créditos bancarios de largo plazo: Son préstamos a más de 180 días que las empresas utilizan para invertir en nuevos proyectos, inmuebles o bienes de capital. Los bancos sólo pueden tener abiertas estas líneas de crédito cuando consiguen a su vez financiación larga en el exterior. No pueden calzar estos préstamos con los depósitos de los ahorristas porque estas colocaciones son, en promedio, a 45 días. Por esta razón los créditos a largo plazo están suspendidos en todo el sistema financiero.
- Créditos a corto plazo: Las empresas los utilizan como capital de trabajo diario porque son menos costosos que los giros en descubierto en cuenta corriente. En condiciones normales se renuevan automáticamente. En este momento los bancos están analizando puntillosamente cada renovación. En muchos casos se recortan o se piden nuevas garantías.
- Descubiertos en cuenta corriente: Los bancos acuerdan con las empresas para que puedan emitir cheques por un monto superior a los fondos depositados en sus cuentas. Se trata de un instrumento de muy alto costo. En condiciones normales la tasa de interés supera el 30 por ciento anual. En este momento hay entidades que están cobrando un interés superior al 100 por ciento. La mayoría de los bancos, como saben que sus clientes no podrán hacer frente a semejantes tasas, está suspendiendo los acuerdos de sobregiro y reclamando que cubran urgentemente sus cuentas.
- Descuento de cheques: Es una operatoria que aprovechan las pymes que proveen a cadenas de supermercados y otras grandes compañías. Les venden a los bancos los cheques posdatados de estos importantes clientes. Así reciben efectivo a cambio de un cheque con fecha de cobro varios meses para adelante. A partir de la crisis los bancos restringieron estas operaciones a cheques de las empresas públicas privatizadas y otro selecto grupo de compañías que aún obtiene ganancias. Además restringieron el negocio a cheques de hasta 120 días y cobran tasas superiores al 60 por ciento anual.
- Financiación de exportaciones: Es una línea especial que tienen todos los bancos para financiar a las empresas que venden en el exterior. Como su fondeo se hace a través de obligaciones negociables, instrumento al que las entidades financieras no está pudiendo acceder, estos préstamos están suspendidos. Si esta situación se mantiene en el tiempo, deteriorará seriamente las condiciones de comercio exterior del país.
- Créditos al campo: Los productores agropecuarios operan con líneas de crédito adaptadas a las particularidades del negocio. Necesitan recibir los fondos en el momento de la siembra, para proveerse de semillas, fertilizantes, gasoil y otros insumos. Y los cancelan aproximadamente 10 meses después, una vez comercializada la cosecha. Los bancos que operan en este segmento suelen ofrecerles créditos relacionados con la evolución del negocio, que tienen en cuenta, principalmente, los precios de los granos en el momento de la venta. Como estos valores se depreciaron fuertemente en los últimos años, sólo los bancos oficiales siguieron operando en el negocio. Con la crisis, ahora también el Banco Nación y el Provincia de Buenos Aires redujeron fuertemente su apoyo al campo.
En síntesis, los bancos suspendieron la mayoría de los instrumentos financieros con que se fondean las empresas. En estas condiciones se reciente la actividad económica, por falta de inversión y del mínimo capital de trabajo para operar, pero también crece fuertemente la cantidad de compañías que no pueden cancelar sus deudas. Como no consiguen renovar sus créditos, no pueden cumplir con sus compromisos anteriores. Así, la crisis financiera del sector público se trasladó a las empresas, empujando a cada vez más compañías hacia la cesación de pagos.

 

RESTRICCION CREDITICIA A LAS PYMES

Canillas cerradas

Por R. N.

La concentración y extranjerización del sistema financiero alejaron a los bancos de las pymes. Las secuelas del efecto tequila y la política de altos encajes que llevó adelante Pedro Pou desde el Banco Central arrastraron a la quiebra a casi 100 bancos. La mayoría de esas entidades eran pequeñas instituciones regionales que financiaban la actividad de las pymes del interior del país. Hasta 1995 las pequeñas empresas tenían el 17 por ciento de sus pasivos comprometidos con la banca formal. A fines de 2000 sólo el 7 por ciento del endeudamiento pyme era con los bancos. El resto del crédito lo debían a sus proveedores y a financieras informales. En la actualidad, tras la restricción crediticia desatada por la crisis financiera, las pymes sólo financian con los bancos el 5 por ciento de sus requerimientos de capital.
En España las pymes toman el 21 por ciento de sus préstamos con el sistema financiero formal; en Italia, consiguen el 25 por ciento de sus necesidades de capital en la banca; en Estados Unidos, el 26,7 por ciento y en Japón, el 41,4 por ciento. El escaso financiamiento que toman las pequeñas y medianas empresas en los bancos argentinos está fuertemente concentrado en las instituciones oficiales, principalmente en los bancos provincia de Buenos Aires y Nación. La crisis del sector público ahora también está secando esas fuentes de financiamiento pyme.
Las pymes del sector agropecuario en particular toman el 90 por ciento de sus créditos en los bancos Nación y Provincia. Ante la imposibilidad de apoyar financieramente a los pequeños productores, la entidad bonaerense oficial está cerrando acuerdos con las petroleras para que les vendan gasoil financiado por medio de la tarjeta de crédito Procampo.
Según un informe elaborado por los economistas de la Unión Industrial Argentina, Federico Poli y Miguel Peirano, los créditos que las entidades financieras otorgan a las pymes tienen condiciones cada vez más gravosas: de los 32.124 millones que los bancos tienen otorgados a estas compañías, el 32 por ciento fue canalizado a través de líneas de financiamiento a particulares, con tasas que duplican las que se cobran para créditos a empresas. Cada vez es más frecuente que los empresarios recurran al recurso de requerir préstamos personales, que son más fáciles de conseguir, pero mucho más caros. Esta metodología creció un 25 por ciento, sólo en el último año.
La restricción del crédito bancario potenció el crecimiento de la banca informal. El stock de préstamos de estas instituciones ya supera el que los bancos acumulan con las pymes. Las tasas de interés en las financieras que operan sin el control del Banco Central duplican la que cobran los bancos. En las últimas semanas las pequeñas empresas pagaron tasa de hasta un 15 por ciento mensual por descuentos de cheques y préstamos de corto plazo.
La mayoría de las pequeñas empresas está sobreviviendo gracias al financiamiento que les otorgan sus proveedores. Así, la crisis derivó en el estiramiento de la cadena de pagos. De esa manera, las empresas se financian sin pagar intereses. El problema es que en muchos casos los proveedores también son pymes, que no cuentan con espaldas para financiar a sus clientes. Ya hay algunos sectores en que los plazos de pago llegan hasta los 12 meses. El promedio de pagos del comercio y la industria es de 180 días.