Una
historia de amor
El
tema se llama Canción inútil, está
incluido en Radio Insomnio y cuenta la historia de un hijo de
desaparecido que es también fan de Attaque 77. O, más
bien, la letra está inspirada en él, como cuenta
Ciro Pertusi en la entrevista que publica la revista HIJOS en
su sexto número, el correspondiente al verano 2001 (a
propósito, búsquenla en los kioscos, que vale
la pena). El chico en cuestión se llama Mario, pero todo
el mundo lo conoce por Kuryaki (gracias a cierta similitud con
el look Horvilleur-Spinetta Jr. que alguna vez cultivó).
Canción inútil es, además,
una mirada decididamente autocrítica y no complaciente
sobre el papel de todos los argentinos durante los años
de plomo y las posteriores injusticias. Reconocer que
fuimos cómplices también de ese indulto nuestra
pasiva indecisión y, aunque la vida nadie nos va
a devolver, prevenir es curar y luchar es el remedio,
canta Ciro, antes de arremeter con la frase insignia ser
adolescente siempre, que es como vencer.
Ciro y Kuryaki se encontraron en la entrevista, y allí
el autor cuenta cómo surgió la historia, y dice
que en verdad ellos operan como la banda de sonido de una película
donde los verdaderos protagonistas son los pibes que van a las
marchas. Al tiempo te vi a vos en la tele, que venías
siempre a los recitales, que te llevaban en cana, y tenías
puesta la remera de Attaque. Ahí me puse a hacer la canción.
La canción está inspirada en vos, y después
está la fantasía sobre cualquier hijo de desaparecido.
Ese es mi pequeño homenaje. Entonces yo basaba en la
imagen de él cierta parte mía que por esas cosas
de la vida no se veía completamente realizada o se veía
adormecida. La canción apuntaba a eso, a bajarle línea
a los chicos y decirles que dejen de idolatrarnos a nosotros,
que hay quien necesita más compañía, como
él, que necesita el aguante que tiene Attaque.
Kuryaki, al que no le gusta que se sepa que la canción
está inspirada en él (podría haber
estado dedicada a cualquiera de nosotros), cuenta el comienzo
de su romance con el cuarteto. Me enteré de Attaque
en Puerto Pirámides en unas vacaciones. Habíamos
ido con mis tíos y otra pareja y sus hijos. Ellos tenían
quince años y yo trece y me hicieron escuchar por primera
vez un casete pirata de Attaque. Tenía el tema Yo
te amo. Mirá qué loco, ahora es el que menos
me gusta, y fue por esa canción que los empecé
a escuchar. Cuando cumplí años mis tíos
me preguntaron qué quería de regalo y yo pedí
Dulce Navidad. (...) Cuando sacaron el disco con el hit Hacelo
por mí, y salían en la tele y todo eso,
mucha gente en mi barrio me decía Attaque no aguanta.
Entonces yo me pinté una remera que decía yo
soy de Attaque y me la aguanto.
El
reestreno de “A Hard Day’s Night”
Alaridos
La
beatlemanía no da signos de agotamiento: el jueves
de la semana que viene se reestrenará en cines Anochecer
de un día agitado, la primera y la mejor de las películas
que tuvieron a los Fab Four como protagonistas. Fue este film
de Richard Lester (y en especial el guión de Alun Owen)
el que marcó en las mentes de varias generaciones los
arquetipos de las personalidades de cada uno de los Beatles:
John Lennon era el rebelde, Paul McCartney el pibe encantador,
George Harrison el tímido y Ringo Starr el payaso.
La filmación de la película que funciona,
además, como una efervescente fábula de rocknroll
estelar, con la histeria y los alaridos alrededor de una banda
en pleno vuelo comenzó el 6 de marzo de 1964
y en sólo siete semanas, el cuarteto se encargó
de la actuación y de la música: A hard days
night fue el primer disco en tener sólo composiciones
originales del grupo. Pavadita de canciones, además,
con el amor como eje: She loves you, All
my loving, Cant buy me love y And
I love her, entre otras. Los que debieron sufrir la
película doblada por televisión y quienes nunca
la vieron tienen ahora una oportunidad más que interesante:
la copia ha sido restaurada para su vuelta a los cines y su
banda de sonido tiene ahora soporte digital.
He
aquí otro disco de covers
Nación
Calzón
R.C.
De
fondo se escucha un coro bien futbolero que canta a voz en
cuello. No lo soñeeeeeeeeé, iéiéeeee,
dice el estribillo. Pero la versión de Jijiji
es bien diferente de la de los Redondos. De hecho, está
en ritmo ska. En los estudios Panda, Los Calzones están
terminando la preproducción de Plástico, su
sexto disco, antes de viajar a Los Angeles a hacer la grabación
propiamente dicha. Y el álbum es de covers de rock
argentino, fundamentalmente de los 80. ¿Estuvieron
escuchando mucho La Mega? No, no podemos escucharla,
porque no vivimos en Buenos Aires sino en Bariloche,
se ríe Pingüino, el cantante del grupo. En
realidad, hace rato que queríamos hacer este disco,
pero a la compañía que nos publicaba no le gustaba
la idea. Para nosotros, además de un homenaje a las
bandas que escuchábamos cuando éramos pendejos,
este álbum es como revivir nuestra adolescencia. Con
estas canciones jodíamos por ahí, nos levantábamos
una mina... Porque en esa época, en las discotecas
bailábamos a Los Violadores; si ahora se baila cumbia,
no es culpa mía, remata con una carcajada.
Además de Jijiji, Plástico tendrá
versiones ska de La ciudad de la furia (Soda Stereo),
Kanishka (Los Brujos), Ultraviolento
(Los Violadores), Ella vendrá (Don Cornelio
y la Zona), La calle es su lugar (GIT), Así
es el calor (Los Abuelos de la Nada), Criminales
sudamericanos (Los Intocables), Agujero interior
(Virus), Rezo por vos (Charly García),
Destrucción (de ¡V8!) y una no determinada
de Los Fabulosos Cadillacs. El disco saldrá por una
compañía multinacional, aunque la banda no quiere
adelantar más datos porque todavía no ha firmado
contrato.
A su vuelta de Los Angeles, Los Calzones planean una gira
nacional por treinta ciudades, a la usanza del Guillatún
Tour que hicieron en 2000: shows gratis en un escenario montado
sobre un camión, buena producción y pantalla
gigante de video. De todos modos, sólo saldrán
a la ruta si tienen tiempo antes del invierno, la época
en que la banda cierra filas en Bariloche, donde hacen bailar
hasta desfallecer a los contingentes de egresados. ¿No
se cansan Los Calzones? No, estamos acostumbrados a
eso desde pendejos, afirma Pingüino. La primera
gira que hicimos fue tocando dos meses en la costa. A la nochecita
pasábamos la gorra en las peatonales y con esa guita
morfábamos; después nos presentábamos
en los pubs y encanutábamos para grabar el primer disco.
De hecho, lo que nos hace mal es no tocar.
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