¿Puede un hombre, de 80 años, edad en la que la mayoría pretende regocijarse en los supuestos beneficios de la pasividad, llenarse de ideas nuevas, de ilusiones por cumplirse, de una actitud de sorpresa permanente, de esa que te permite seguir aprendiendo todos los días, de nuevos proyectos familiares y de los otros, y de energía positiva para seguir trabajando como siempre? La respuesta la tenemos en Rodolfo Livingston, que es la expresión de una vocación hacia la vida plena en el más amplio sentido de la palabra, la que muchos deberíamos imitar. Los años podrán pasar por su cuerpo de manera casi inadvertida, pero su espíritu de libertad y rebeldía permanece inmutable como el de un joven inquieto y desafiante ante el futuro.

Querido Rodolfo, no hay duda de que puedo tomar la palabra de muchos amigos, colegas, alumnos, familiares, clientes y decirte Te queremos muchos, y darte las gracias eternas por darnos tanto de tu aguda inteligencia, de tus pensamientos que nos permiten estar siempre alertas a nuestro alrededor, de tus experiencias para poder ayudar a otros, de tu desinteresada entrega para que otros tengan el camino allanado. Es que como nos enseñaras...: todo lo que no se da se pierde.

Aun con todo lo dado, creo que lo mejor de Rodolfo está por venir, éste es el momento desde el cual se reinventa para seguir creando y llenando de nuevas ideas y proyectos su vida y la de los que lo rodean.

Néstor Felice

DNI 16.975.454