CULTURA DIGITAL › GOOGLE CIERRA UN AñO A TODA VELOCIDAD

Cuestión de tiempo

Las mejoras del gigante de Mountain View de este año (Google Instant, Instant Preview y Real Time Search) quieren llevar la velocidad de las búsquedas a un tiempo de espera igual a cero.

 Por Mariano Blejman

“Queremos devolverle a la gente, lo que le pertenece a la gente”, declaró el presidente de Goo-gle, Erich Schmidt, en una conferencia a la que asistió Página/12 en San Francisco. Era septiembre, otoño en el Primer Mundo, hacía calor, y la conferencia TechCrunch explotaba de empresas de la nueva economía. Pero la frase de Eric Schmidt no pretendía ser un acto de beneficencia para con los asistentes, la verdadera obsesión era “devolverle” a los usuarios de Internet el bien más preciado de los tiempos modernos: el tiempo de espera. Eso que uno hace entre que tipea la búsqueda en Google y el buscador lo trae de vuelta. ¿Para qué esperar unas milésimas de segundo, cuando se puede no esperar nada? En fin, cuando Eric Schmidt habla, tiene la prepotencia de quienes construyen el presente. El contexto de aquella frase que parecía un acto de mera buena voluntad, no podía ser mejor. Google presentó durante el último semestre del año algunos servicios que aceleraron los tiempos de búsqueda de manera notable: Google Instant, Instant Preview y Real Time Search, y que revelan la obsesión de gran jugador de la web por entender la forma en que la gente piensa sus necesidades.

En los últimos diez años, Google inauguró un modelo exitoso basado en el costo cero para el usuario, lo que le permitió desarrollar una política de software de código abierto y apostar a los desarrollos comunitarios. Así, entre otra larga serie de motivos, logró ser la marca más valiosa del mundo tecnológico: según la consultora BrandZ, el gigante de Mountain View vale 114.260 millones de dólares (14 por ciento más que el año pasado), por encima de IBM, Apple y Microsoft. Tiene una facturación pública de 23 mil millones de dólares (97 por ciento son ingresos publicitarios) y ganancias por ocho mil millones. En términos de perfil de negocio, Google es un gran recolector de publicidad, y aunque experimenta diversas líneas de investigación, el “motor” de su crecimiento sigue siendo la “búsqueda”.

Estas últimas mejoras son parte de la obsesión de Google por acortar los tiempos: con Google Instant, mejora presentada en septiembre, el buscador ya no necesita esperar a que el usuario termine de escribir la búsqueda, sino que completa los términos que el usuario escribe con las posibilidades más probables y arroja resultados en tiempo real. Mientras que la mejora Instant Previews, anunciada en noviembre, le permite al usuario observar las páginas antes de ingresar a ellas. Para usar el “Preview” sólo basta con hacer click en una lupa ubicada junto al título de cualquier resultado y a partir de allí, basta con detener el mouse sobre cualquier otro resultado para tener una vista previa.

Unos meses antes, en agosto de 2010, Google buscó ganar un lugar en la información en tiempo real (en Argentina se puede acceder a google.com.ar/realtime) en un esfuerzo por capturar el universo Twitter, que ya tiene más de 80 millones de tweets por día, y su base de usuarios sigue creciendo. Algunos analistas piensan que durante 2011, Google intentará una serie de compras (intentó comprar Groupon, y su oferta fue rechazada), entre ellas intentará comprar a Twitter, una empresa con crecimiento exponencial pero con un endeble modelo de negocio.

Como si fuera un organismo vivo, Google aprende de sus usuarios también de manera veloz. ¿Cómo es posible encontrar las diferencias entre búsquedas como “New York” en la cual claramente buscará información sobre la ciudad, “New York Times” que buscará información sobre el prestigioso diario neoyorquino o “New York Time Square” que traerá información sobre el famoso teatro-centro deportivo de la Gran Manzana. Este año, (cuando ninguno de estos lanzamientos todavía se había realizado) un artículo de febrero de 2010 de la revista Wired desmenuzó por primera vez públicamente algunos esbozos de cómo funciona el algoritmo de Google, uno de los secretos mejor guardados, tal vez más que la fórmula de la Coca-Cola. El artículo de Steven Levy desmenuzó lo que el navegante promedio suele preguntarse: ¿cómo hace Google para traer exactamente lo que uno necesita? Pues no es una tarea sencilla y depende de una larga serie de variables, que aquí intentaremos –seguramente sin suerte– resumir.

Lo que el director de búsquedas Udi Manber describió es, entre otras cosas, la evolución de una idea originada por Sergey Brin y Larry Page en la Universidad de Stanford, que era un ranking organizado por cantidad de links y la calidad de los mismos. En agosto de 2001, se incorporaron nuevos algoritmos para mejorar las búsquedas. En 2003, Google incorporó su primera patente que le daba mayor peso a los sitios más autorizados, y a mediados de ese año, Google pudo actualizar la indexación constantemente. En junio de 2005, permitió analizar los pedidos de manera individual (una búsqueda personalizada para cada usuario), a fines de ese año incorporó mejoras que permitieron una mejor comprensión de la búsqueda, y en mayo de 2007 integró las búsquedas de Google Search, Google News y Book Search. En diciembre de 2009, Google incorporó los primeros esbozos de Real-Time.

A pesar de tener el 65 por ciento del mercado de las búsquedas, Google no duerme en sus laureles y sabe que siempre puede haber un nuevo big player al acecho: Facebook y Bing parecieran ser sus mayores competidores. De cualquier modo, sus ingenieros saben que su sistema distribuido y la capacidad para experimentar en tiempo real con millones de usuarios diariamente le permite tener un laboratorio “al vuelo”. Así, Google realiza pruebas en el momento en que se liberan nuevas líneas de código: cada una de las búsquedas que se realizan cada segundo son parte del propio laboratorio de Google. Hoy Google puede saber, dice Manber, si la palabra “bio” se refiere a “biografía” o se refiere a “biología” dependiendo del contexto y de la experiencia del usuario en milésimas de segundos. ¿Podrá Google saber lo que queremos con sólo mirar una pantalla conectada a Internet? Quién sabe. En la mente de Eric Schmidt nada parece imposible.

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Según BrandZ, la marca Google vale 114.260 millones de dólares, por encima de IBM, Apple y Microsoft.
 
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