CIENCIA › ENTREVISTA A CRISTINA RöSSLER, METEORóLOGA
El jinete hipotético no fue a Copenhague, ya que su montura no camina sobre las aguas. Pero acudió a la Universidad de San Martín, que tanto da, y allí entrevistó a una meteoróloga, con la cual habló sobre la matriz energética y el cambio climático.
› Por Leonardo Moledo
–Usted es Cristina Rossler.
–Sí, pero el apellido se escribe con diéresis.
–Rössler, entonces. Y aprovecho para poner la diéresis en la volanta, que me había olvidado. Bueno, ya está. Y me decía que es meteoróloga. Lo sé, porque dice en la volanta.
–Sí, sí, soy meteoróloga del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental 3iA-Unsam. Y me especialicé en gestión ambiental, me dediqué a trabajar en cambio climático y planificación energética, lo cual me llevó al estudio de la energía nuclear.
–Ya que estamos en tema, dada la cumbre de Copenhague, ¿por qué energía nuclear?
–Me parece interesante que tanto el cambio climático como la energía nuclear despiertan amores y odios. Hay gente que está en contra de la teoría del cambio climático y gente que, por el contrario, exagera las cosas. Con la energía nuclear pasa lo mismo, hay gente que está en contra sin mucho fundamento y gente que está ciegamente a favor. Desde el punto de vista de la investigación no existe el amor-odio, el creer o no. Creer se puede creer en dios o no, pero en estas cosas hay que tener datos y hay que estudiar.
–Usted presentó recientemente un trabajo titulado “Estrategias de mitigación y estudio de vulnerabilidades al cambio climático en el sector eléctrico”. Cuénteme.
–Sí, junto a Darío Gómez y Francisco Rey, de la CNEA, presenté el trabajo en el Quinto Encuentro Internacional del ICES (International Center for Earth Sciences), en Malargüe. Planteamos que hay que cambiar la matriz energética teniendo en cuenta el ambiente. La generación de energía eléctrica provoca entre un 45 y un 50 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Entonces, ante la necesidad de expandir la matriz energética, ¿de qué manera hacerlo? Bueno el problema es que en la Argentina en los años ’90 se hizo la reforma del sector eléctrico, y la generación eléctrica pasó a manos privadas. Era una época en la que se creía que nuestro país era un país gasífero, y no lo es. Es un país con gas, no un país gasífero. Tenemos gas, pero no es suficiente se prioriza su uso domiciliario. Entonces, ante la falta de gas, se usan otros tipos de combustible más contaminantes, como el gasoil o el fueloil para la generación térmica.
–¿De dónde sale la electricidad que consumimos?
–A ver... La matriz de generación de energía eléctrica en la Argentina es en un 58 por ciento de origen térmico, usando gas o sus sustitutos, gasoil y fueloil; un 35 por ciento hidráulica y la nuclear un 7 por ciento, aproximadamente.
–¿Y cuán vulnerables somos?
–Somos vulnerables, por ejemplo, en la generación hidroeléctrica. En la Argentina tenemos que tener cuidado cuando se planifica cómo vamos a expandir la matriz energética. No nos va a ayudar mucho la generación hidráulica. De nuestros estudios surge que hay que diversificar la matriz y darle mayor participación a la energía nuclear. Teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente, el cambio climático, la necesidad de incrementar la electricidad disponible nos lleva a expandir la nucleoelectricidad. La energía nuclear es la que menos emite. En este momento la Argentina se está basando demasiado en la térmica, a base de gas, y eso no es positivo.Aunque también la hidroeléctrica es ambientalmente positiva, la otra parte de mi estudio muestra que el clima no ayuda mucho a la hidroelectricidad. Sucede que estos últimos años han sido bastante secos. Por ejemplo, en el caso del año 2007, usted recordará, hizo mucho frío; fue el año de la nevada en Buenos Aires.
–Salvo en Almagro.
–¿En Almagro no nevó?
–Escribí algo sobre eso... Y que la gente salía a las calles a decir “llegó el cambio climático...”
–Sí, pero aquello no tuvo nada que ver con el cambio climático. Fue un evento anómalo que puede ocurrir cada tanto. Pero fue un año muy frío y eso trajo problemas a la energía eléctrica, porque faltó el gas. Hubo que importar energía eléctrica. La hidraulicidad no ayudó, porque no fue un año de mucha lluvia, fue un año más seco. El 2008 también fue un año muy seco; si uno ve la matriz de generación de 2008, se generó mucho menos con fuente hidráulica porque disminuyeron muchísimo las precipitaciones en esa zona y está bajando el caudal de los ríos. Además los modelos climáticos indican que en el futuro en esta zona disminuirían las precipitaciones. Y todo esto debería tenerse en cuenta...
–En estos días se celebra la Cumbre por el Cambio Climático en Copenhague. Hablemos del clima y del cambio climático.
–De acuerdo con el IPCC, que es el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, en su último informe, que es del año 2007, indica que el cambio climático se está produciendo y se debe a un efecto antropogénico. Al planificar tenemos que pensar en cómo podemos mitigar el cambio climático. La Argentina ratificó el Protocolo de Kioto y la Convención Marco de Naciones Unidas, pero no está obligada a reducir las emisiones o a controlarlas. Si nosotros pudiéramos demostrar que en el sector energético podemos planificar mitigando o reduciendo las emisiones de gas del efecto invernadero bajando un poco las emisiones debido a la generación térmica que quema gas, si nos volcamos a incrementar el uso de la energía nuclear, que en toda su cadena energética es la que menos emite.
–¿De qué se habla cuando se habla del cambio?
–Hay gases en la atmósfera, que son gases naturales, que retienen el calor y gracias a eso la temperatura promedio de la superficie es de 15 grados. Pero a partir del desarrollo industrial es que empiezan a quemarse combustibles fósiles y a emitirse mucha mayor cantidad de gases de efecto invernadero. Esto calienta las capas bajas de la atmósfera y produce un desequilibrio. Para que vuelva el equilibrio del sistema climático, aumenta la temperatura. De hecho en los últimos cien años ha aumentado un 0,7ºC promedio, según el IPCC. Además hay otros factores, los clorados, el uso del suelo. Pero en la Argentina el sector energético tiene gran responsabilidad en incrementar el efecto invernadero.
–Pero, en algún punto, ¿el cambio no es algo propio del clima?
–Sí, pero una cosa es la variabilidad climática natural que se va superponiendo a lo que pasa.
–¿Cuánto aumento prevén los modelos en los próximos 50 años?
–Los modelos no hacen pronósticos. Para utilizar los modelos hay que hacer estimaciones con respecto a cómo se va a desarrollar el mundo, económicamente, socialmente, si va a haber equidad, si se van a desarrollar más economías regionales o va a haber mayor globalización. Hay un rango de aumentos de temperaturas, que puede ser desde los 2 o 3 ºC hasta los 5ºC. Hay variedad y hay que tomar con pinzas este tipo de cosas. Donde sí hay consenso es en que hay que tener cuidado de que el aumento de la temperatura con respecto a los niveles preindustriales no sea mayor de 2ºC, porque entonces sí podría provocar interferencias peligrosas en el sistema climático. El IPPC va a publicar otra serie de escenarios el año que viene o el otro año, rectificando este escenario publicado en el 2001, que es lo que hasta ahora hemos utilizado para hacer proyecciones, que no son pronósticos.
–¿Y usted qué piensa que puede llegar a pasar?
–Yo no sé qué es lo que puede pasar... no parece que se esté tomando conciencia, yo espero que en los próximos años esto cambie. Sería inconsciente de mi parte decir qué puede llegar a pasar.
–Porque de alguna manera el calentamiento global es el nuevo jinete del Apocalipsis, ¿no?
–Yo trato de evitar esta cosa de alarmar. No es cuestión de creer, es cuestión de trabajar, estudiar.
–Parece que hay una especie de necesidad del Apocalipsis. Recuerdo la hipótesis del invierno nuclear, cuando se pensaba una catástrofe que enfriaría todo.
–Así es. En los años ’70 se pensaba que la Tierra se iba a enfriar. Los ciclos climáticos también existen y se superponen al cambio climático.
–¿En qué ciclo climático estamos?
–No le podría asegurar. No estoy segura, creo que ahora empezaríamos un ciclo de enfriamiento. Yo me ocupo más del cambio climático, aunque los geólogos dicen que el cambio climático no existe, porque toman registros mucho más largos.
–Resulta llamativo siempre tener un Apocalipsis a mano. Por ejemplo, el Apocalipsis era el invierno nuclear, el descenso de la temperatura; después hubo un breve paréntesis; después el Apocalipsis era el Y2K, donde se iban a paralizar las cosas; ahora el Apocalipsis es el aumento de temperatura. ¿Hay una vocación apocalíptica?
–No. Es cierto que se está emitiendo a la atmósfera una cantidad de gases de efecto invernadero debido al efecto antropogénico. Lo que algunos todavía niegan es que eso va a producir este cambio climático. El IPCC confirma que es debido a un efecto antropogénico.
–Los geólogos dicen que el calor que se recibe del Sol es nada al lado de lo que se emite desde adentro de la Tierra.
–Yo no sé, eso es lo que dicen los geólogos. Yo me dedico a la meteorología. Son escalas distintas.
–¿Pero qué piensa?
–Pienso que son sus teorías. Ellos consideran que los volcanes pueden emitir cantidades enormes de dióxido de carbono y de metano. Yo lo mediría y compararía con las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a las actividades del hombre.
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