Mié 16.10.2013

CIENCIA  › DIáLOGO CON ALBERTO GUGLIELMONE, INVESTIGADOR DEL INTA

Las garrapatas y su control

La garrapata urbana que afecta a los perros es sólo una de las 900 especies de este arácnido parasitario que se alimenta de su hospedador. Para la producción de ganado vacuno son un riesgo por las enfermedades que transmiten.

› Por Leonardo Moledo

–Cuénteme a qué se dedica.

–Yo soy veterinario y trabajo en la estación experimental de Rafaela.

–¿Y qué hacen allí?

–Básicamente, estudiamos ecología de garrapatas con énfasis en las enfermedades transmitidas a las vacas y a las que le transmiten enfermedades al hombre.

–¿Qué es la garrapata?

–Es un hectoparásito que se alimenta de la sangre de sus hospedadores.

–No es un insecto.

–No, los insectos tienen seis patas; la garrapata es un arácnido que tiene ocho patas. Y parasita a todos los vertebrados salvo a los peces. Es un conjunto que abarca más de 900 especies en todo el mundo.

–¿Y qué produce?

–En el caso de la ganadería vacuna, que es el que nosotros trabajamos fuertemente, el problema más serio es en áreas tropicales y subtropicales. Porque parasita masivamente a los bovinos si no se las controla, les extrae sangre, les inocula toxinas y les transmite enfermedades, que en algunos casos pueden ser devastadoras si no se tiene la prevención adecuada.

–¿Y cómo se la controla?

–Uno de los problemas que tenemos es que el control más efectivo sigue siendo el uso de garrapaticidas químicos, pero las poblaciones de garrapatas van desarrollando resistencia y resulta cada vez más difícil controlarlas de ese modo. Por lo tanto, ahora estamos empezando a explorar lo que se llama “manejo integrado”, que sería involucrar algunas prácticas que utilicen estos garrapaticidas, pero tratar de disminuir el número lo más posible. Porque la resistencia está en función lineal del número de tratamientos: si producimos un número menor de tratamientos por año, prolongamos la vida útil del producto.

–¿Cómo es la ecología de la garrapata?

–Son unas 900 especies. En todo el mundo, unas 40 o 50 les ocasionan problemas a los animales domésticos o al hombre. La etiología no es uniforme. Por ejemplo, la garrapata del vacuno tiene un ciclo continuo todo el año; otras garrapatas que atacan a los animales silvestres tienen ciclos de diferentes procesos en la alimentación por sangre, un ciclo mucho más largo que el de las garrapatas de los vacunos. La de los vacunos puede producir cuatro generaciones por año; una garrapata común, de otro género, no produce más de una generación al año.

–Y en el mundo no rural, ¿qué pasa?

–Bueno, como se sabe, hay garrapatas en los animales domésticos. Posiblemente el mayor gasto en el control de un parásito en todo el mundo es el control de las garrapatas en los perros. Y la garrapata de los perros, la especie más común, es del ámbito urbano. O sea que dentro de la ciudad también hay un costo muy grande por el tratamiento de la garrapata que ataca al perro. Y hay otro fenómeno emergente, que es que con el incremento del turismo hacia zonas más preservadas ecológicamente, los turistas se ven afectados por garrapatas que transmiten enfermedades.

–¿Cómo actúa la garrapata?

–El ciclo más común es que una larva se sube a un hospedador, consume sangre y se cae. En el suelo se transforma en ninfa. Esa ninfa obtiene otro hospedador, se sube, se llena de sangre y luego cae al suelo y se transforma en un adulto. Ese adulto consigue otro hospedador; una hembra requiere grandes cantidades de sangre, hasta 4 o 5 mililitros. Cuando cae al suelo, pone miles de huevos, donde nacen larvas que reinician el ciclo. Cuando cualquier animal entra en ese ciclo, lo mantiene; eventualmente el hombre, cuando se introduce en focos ecológicos donde existen garrapatas, puede sufrir las consecuencias.

–La garrapata entra al cuerpo...

–Sólo una parte, la parte bucal. Todo el resto queda afuera.

–Y además de chupar sangre...

–Puede inocular organismos patógenos.

–¿Por ejemplo?

–Por ejemplo en el caso del ganado vacuno, inocula un microorganismo, cuyo nombre es babesia, y provoca daños gravísimos en el organismo. En el caso de los humanos, generalmente son infecciones relativamente benignas porque causan malestar y enfermedad pero no muerte.

–¿Qué son?

–Microorganismos. En algunos casos, en el norte argentino, si los afectados no son atendidos a tiempo, puede provocar la muerte.

–No es muy tranquilizador...

–No, es cierto.

–Ahora bien, tampoco es muy común ver a personas afectadas por garrapatas.

–Eso es cierto también, pero de todos modos hay que estar alerta sobre todo en los lugares que antes no eran visitados y ahora sí.

–¿Por ejemplo?

–El delta del Paraná.

–Y ante la mordedura, ¿qué hay que hacer?

–Consulta médica. Ante cualquier sospecha, hay que dirigirse al Hospital Muñiz.

–¿Quiénes son los más afectados?

–Los vacunos, por lejos. Hay garrapatas de aves y garrapatas que atacan a los equinos, pero el daño que causan no es comparable, en términos económicos al menos, con el que provocan en la ganadería vacuna. En Argentina no es tan grave porque empieza en el norte de Santa Fe y termina en la frontera norte. Pero hay países como Brasil y otros del norte de Sudamérica que prácticamente tienen toda su ganadería con riesgo de ser afectada por garrapatas, y eso es un riesgo enorme.

–¿Está controlado el asunto en Argentina?

–Argentina ha tenido un gran éxito y logró erradicar la garrapata de varios lugares en el sur. La garrapata, años atrás, estaba mucho más al sur. En este momento se está intentando mantener la zona liberada de la garrapata. El problema más serio que encontramos ahora es el de la resistencia a los acaricidas.

–¿Qué función cumple la garrapata en el equilibrio natural? Porque uno tiende a pensar que cada animal cumple una función...

–Yo no sé si llamar a esto desequilibrio o si en verdad es una consecuencia social del progreso tecnológico. La garrapata se transforma en un problema para la ganadería cuando se hace comercial, y en ese caso el uso de pasturas artificiales, el incremento del número de animales por superficie, hace que la garrapata tenga muchas más chances de seguir proliferando, porque va a tener todas las posibilidades de encontrar un hospedador. Por lo general, no ocurre con las garrapatas de los animales silvestres, que se mantienen dentro del ambiente, pero no provocan esos ataques masivos.

–En un ambiente natural, entonces, el ciclo de la garrapata estaría en equilibrio.

–Claro. Puede causar ciertos problemas un determinado tiempo, pero no sería un problema constante. En general, los parásitos en la naturaleza actúan como reguladores de las poblaciones de los animales silvestres. En una condición natural hay un equilibrio, pero en el caso de los vacunos hay un desequilibrio por causas tecnológicas.

–¿Se conoce la biología de la garrapata?

–Sí, se conoce relativamente bien. Y es un ciclo bastante simple, como le contaba.

–¿Con qué estrategia están intentando controlar esto?

–Ahora estamos viendo cuántos tratamientos hacen falta al principio del ciclo para que no se produzca una explosión “demográfica” dos meses después.

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