CIENCIA › ADVERTENCIA DE EXPERTOS POR FALTA DE POLITICAS OFICIALES PARA AFRONTAR EL PROBLEMA
“No hay decisión política para encarar el problema”, advirtieron los científicos argentinos que estudian el impacto del calentamiento global. Sostienen que no hay planificación para afrontar el fenómeno que afectará este siglo la producción de carnes y cereales.
› Por Mariana Carbajal
Científicos argentinos que estudian el impacto del cambio climático en el país dieron ayer un alerta rojo: “No hay decisión política para encarar el problema”, disparó Osvaldo Canziani, uno de los máximos expertos en el tema e integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, que el viernes presentó su último informe mundial en Bruselas. La situación es “crítica y no podemos seguir así”, advirtió junto a otros tres especialistas, y dio ejemplos sobre la falta de interés político por estudiar y enfrentar el fenómeno del calentamiento global: “En 1944 en la Argentina había cuatro mil pluviómetros. Hoy hay mil, pero quinientos no sirven. Trajimos medidores de acidez de lluvia y nunca se usaron”, se lamentó, en una conferencia de prensa en la que se dieron a conocer precisiones sobre las consecuencias de las alteraciones meteorológicas del planeta en el territorio argentino.
“A medida que pase el tiempo va a ser más difícil adaptarse” (al calentamiento global). Las adaptaciones hay que hacerlas ya”, casi imploró Canziani. A los 84 años, este meteorólogo argentino tiene una extensísima carrera en el estudio del fenómeno generado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Actualmente, Canziani es el copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC, que se encarga de examinar la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales frente al cambio climático, sus consecuencias y las posibilidades de adaptarse a ellas. El IPCC fue creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de Naciones para el Medio Ambiente y su misión es evaluar en términos objetivos la mejor información científica disponible sobre el cambio climático en todo el mundo. El último informe del grupo de trabajo que encabeza Canziani se presentó el viernes en Bruselas.
Ayer, en Buenos Aires, Canziani y otros tres científicos argentinos que trabajaron en el informe dieron precisiones sobre las consecuencias que tendrá el calentamiento global en el país y alertaron sobre la falta de “decisión política” para mitigarlas. La conferencia de prensa se desarrolló en el Centro de Información de la ONU, en el barrio de Recoleta. Junto a Canziani estuvieron la ingeniera agrónoma Graciela Magrin, del Instituto de Clima y Agua del INTA, coordinadora del Capítulo sobre América latina; el investigador del Conicet Jorge Codignotto y el ingeniero Juan Carlos Jiménez, profesor de la UBA.
“Hay un problema de planificación: no sabemos a dónde vamos. Los gobiernos en Latinoamérica miran para otro lado. La Argentina pierde decenas de becas de formación, programas, por falta de iniciativas, y no hay una política nacional de desarrollo”, señaló Canziani. Y fue más allá: “No podemos echar la culpa al sistema internacional. En la Argentina hemos desperdiciado ayuda, pero la ayuda vuelve porque los países más desarrollados están temerosos. Al vivir en un único planeta, si el bote se hunde, nos hundimos todos”.
“Se piensa que con un satélite o un radar se obtiene toda la información, pero sin medición en el suelo esos datos no sirven. No podemos seguir así. Por ejemplo, en 1944 había en la Argentina 4000 pluviómetros. Hoy hay mil y quinientos no sirven. Trajimos medidores de acidez de lluvia y nunca se usaron”, se lamentó. “Uno de los puntos más críticos que siguen en el tintero se origina en la falta de evaluaciones integradas de impacto. No es el clima el elemento que genera los problemas, sino el aumento de la población, los problemas ambientales, los aspectos sociales y económicos”, agregó.
Los pronósticos indican que, en el país, el cambio climático afectará fuertemente la producción de carne y los cultivos de maíz, trigo, cebada, azúcar y arroz. A lo largo de este siglo, tendrán menor rendimiento. “Por el aumento de la temperatura, esas plantaciones tendrán que moverse a zonas más frías”, señaló Magrin. Se prevén incrementos de entre 2 y casi 5 grados de temperatura en la Argentina hacia el 2080. El aumento de temperatura beneficiará el cultivo de la soja. Se estima que para el 2020, es decir en apenas trece años, en el sudeste de América latina la soja ocupará 18 millones de hectáreas más que en la actualidad, reveló Magrin. “El monocultivo traerá otro problema porque provoca degradación del suelo”, indicó la ingeniera agrónoma.
“Si no tenemos información básica, si no sabemos cuál es nuestro clima, cuáles son nuestros recursos, cuál es el agua disponible en la napa freática, cuál es la posibilidad de que se renueve el hielo en Los Andes, no se puede planificar la producción. Hay que empezar a pensar dónde llevar los cultivos que van a sufrir consecuencias”, consideró Canziani.
Ni aun dejando de emitir gases de efecto invernadero ya –algo imposible, obviamente– se evitaría el calentamiento global: “Los gases que hoy están permanecerán por 20 o 30 años. El clima en la Argentina y el mundo va a cambiar porque las emisiones ya están en el ambiente. La adaptación a los cambios no alcanza. Hay que combinar adaptación con mitigación de los problemas que se esperan”, señaló Magrin.
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