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¿Qué lugar ocupa la divulgación científica en la agenda de la institución?

–Es central el desarrollo de las vocaciones científicas. Argentina posee los mejores valores de Latinoamérica si uno calcula la cantidad de personas que se dedica a investigar en relación a los índices de población económicamente activa. Sin embargo, nos faltan recursos humanos en disciplinas clave. Es necesario formar más geólogos, más físicos y más ingenieros. Se requiere que los niños sepan que el Estado les permite educarse en forma gratuita, que pueden adquirir grados y posgrados universitarios sin abonar un centavo –es algo fantástico que se ha naturalizado pero que no ocurre en todos los países– y que pueden hacer carrera científica gracias a un sistema de becas que les permite graduarse como doctores y trabajar de eso.

–Se refiere a ser científico como una opción de vida...

–¡Sí! Es fundamental que los niños accedan a experimentos, tengan laboratorios y puedan desarrollar la curiosidad. Este sistema de ciencia y técnica lo sostiene el pueblo. Es necesario que los investigadores aprendamos a divulgar qué es lo que hacemos en los laboratorios. Además de Tecnópolis, creamos la plataforma País Ciencia. Un grupo de investigadores va a los secundarios, a los municipios y a los barrios carenciados y cuenta sus experiencias para despertar la curiosidad de los más pequeños, y para que aquellos que no quieren ser científicos conozcan lo que hacen los investigadores de su país. Porque luego será el propio ciudadano el que defienda la conservación del sistema científico. Espero que en el futuro, la ciencia continúe en las agendas gubernamentales como estuvo en la de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.