› Por Juan Gelman
La pelea Obama-Romney por el sufragio latino o hispano no es baladí: son 23,7 millones los votantes de origen latinoamericano registrados en el padrón electoral, del que constituyen el 11 por ciento. En las elecciones de 2008 ocupaban el 9,5 por ciento y desde esa fecha se han sumado más de 4 millones a los 9,5 de entonces. Así lo revela un reciente estudio del Pew Research Center (www.hispanic,org, 1-10-12). No obstante, la proporción de latinos que votaron ese año (50 por ciento) fue inferior a la de la población afroamericana (65 por ciento) y a la de los blancos (66 por ciento).
Tal vez la participación disminuya aún más este año, como sucedió con las elecciones intermedias de 2010: la burbuja hipotecaria que desató la crisis económica actual se ensañó sobre todo con la comunidad latina, muchos perdieron el techo, tuvieron que mudarse y quizás el registro electoral de no pocos quedó en suspenso por el cambio de domicilio. El partido demócrata está bien advertido del hecho y sus miles de voluntarios de habla hispana participan en las actividades de la comunidad y visitan casa por casa para convencer a sus habitantes de que voten y/o renueven su registro (//hamptonro ads.com, 7-10-12).
El 58 por ciento de los votantes latinos es de origen mexicano, el 14 por ciento ha llegado de Puerto Rico, un 6 por ciento de Cuba y el resto de Sur y Centroamérica. Se advierte entre ellos cierta decepción porque Obama no cumplió con su promesa de 2008 de modificar las duras normas imperantes contra los inmigrantes ilegales y durante sus dos primeros años de gobierno deportó a más de un millón de ellos, tantos como W. Bush durante su segunda administración.
El panorama, sin embargo, no parece tan oscuro para el actual mandatario. Según una encuesta de NBC News/Wall Street Journal/Telemundo le llevaba a Romney una ventaja de 50 puntos en preferencias del elector latino: 70 contra 20 por ciento (www.nbcnews.com, 3-10-12). Un sondeo posterior de la empresa encuestadora Latino Decisions confirmó esa distancia: 73 a 23 (www.latinodeci sions.com/blog/, 2-10-12). En esto tuvo su peso la orden ejecutiva que emitió Obama y congeló por dos años la deportación de los inmigrantes ilegales más jóvenes si estudiaban o se alistaban en las fuerzas armadas.
Cabe además reconocer que Romney lo ayuda bastante. Se hizo público el video de una reunión privada del candidato republicano con posibles donantes para su campaña en la que dijo, entre otras cosas, que no era “trabajo” suyo el de ganarse al 47 por ciento de votantes que apoya a Obama porque “nunca podré convencerlos de que debieran asumir su responsabilidad personal y hacerse cargo de sus vidas” (www.washingtonpost.com, 18-9-12). James Carter IV, nieto del ex presidente, fue quien hizo llegar el video a algunos medios, un acto de “justicia poética”, explicó.
La frasecita de Romney cayó mal entre los millones de desocupados que perciben un seguro de paro, minorías y marginados. Según medios y encuestas, ganó de manera abrumadora su primer debate con un Obama que parecía cansado de gobernar, con lo que renació la esperanza republicana en el triunfo, pero las opiniones que recorrieron las redes sociales fueron otras. Un escrutinio de esas fuentes que llevó a cabo el Pew Research Center en el marco de su proyecto “Por la excelencia periodística” cristalizó otra mirada.
Los investigadores del Centro analizaron los 5,9 millones de comentarios emitidos por Twitter desde el comienzo del debate hasta la mañana del día siguiente y encontraron que los pareceres se inclinaron más por Obama (35 por ciento) que por Romney (22 por ciento), sólo que entre los primeros hubo más críticas al republicano que elogios al demócrata y lo mismo ocurrió con los últimos. En los 262.008 muros de Facebook analizados durante el mismo período, la diferencia fue menor: 40 por ciento a favor del presidente contra 36 del candidato opositor. En los blogs revisados, Romney superó a Obama en una proporción de 4 a 1 (www.journalism.org, 5-10-12).
Los republicanos incorporaron a su campaña anuncios en castellano y dieron entrevistas a medios latinos, pero muchos piensan que es poco, llega demasiado tarde y es insuficiente para borrar los comentarios agresivos que Romney hizo durante las primarias sobre el tema. Obama culpa a los republicanos de impedirle cumplir su promesa de flexibilizar las normas vigentes sobre la inmigración ilegal.
Cabe preguntarse, gane quien gane, cómo manejará un tema que afecta a 12 millones de personas que entraron sin visa a los EE.UU. y de las cuales depende la marcha de muchos sectores de la economía estadounidense. Racismo, humillación y desprecio aparte, ¿se reconocerán sus derechos de una buena vez?
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