CULTURA
› LA JUSTICIA SOBRESEYO AL ESCRITOR MICHEL HOUELLEBECQ
Estuvo mal, pero no delinquió
El autor francés fue llevado a juicio por sus ásperos conceptos sobre el islamismo. Los jueces consideraron que no es para tanto.
Por Olivier Richou *
Desde París
El tribunal correccional de París consideró que no hay injuria racial, ni provocación al odio, la discriminación o a la violencia contra los musulmanes en las declaraciones hechas sobre el Islam por el escritor francés Michel Houellebecq, por lo que decidió ayer su sobreseimiento, luego de un procedimiento judicial, de vasta repercusión, rodeado de polémicas, amenazas y numerosos escarceos políticos. El tribunal desestimó las demandas de una serie de entidades religiosas que habían presentado querella contra el escritor y reclamaban 190.000 euros (igual cantidad de dólares) de indemnización por daños y perjuicios. La Sociedad de los Lugares Santos del Islam, La Asociación ritual de la gran mezquita de Lyon, la Federación de Musulmanes de Francia, la Liga Islámica Mundial y la Liga de los Derechos Humanos demandaron al escritor por declaraciones hechas al Figaro-Magazine y a la revista literaria Lire. “La religión más imbécil es sin duda el Islam. Cuando se lee el Corán, uno queda derrumbado”, había declarado el escritor en una entrevista.
Los magistrados estimaron que los juicios de valor de naturaleza teológica, literaria o artística de Houellebecq “no se caracterizan por la altura de puntos de vista ni por la sutileza de la formulación”, pero no constituyen delito. Además, estimaron que su frase es evidentemente despectiva, pero concierne a todas las religiones aunque en grados diferentes y no a los musulmanes, y no “encierra ninguna voluntad de invectiva, desprecio o ultraje hacia el grupo de personas compuesto de los adeptos de la religión considerada”. El tribunal agregó que la crítica de los textos antiguos “no constituye una injuria y no puede de ninguna manera concernir a los musulmanes de hoy”.
Los magistrados no consideran que Houellebecq tenga una suerte de impunidad de escritor, en particular cuando se expresa ante periodistas y no en su obra. Pero estimaron que si él expresa “odio” hacia el Islam, no lo hace, en cambio, hacia los musulmanes ni invita a nadie a compartir ese sentimiento ni a sacar consecuencias discriminatorias hacia nadie. Houellebecq, que reside en Irlanda, no estaba presente ayer en la audiencia, en la que el presidente del Tribunal leyó el veredicto, conforme al alegato pronunciado por la fiscalía el 17 de setiembre. Ese día, el autor había negado sentir odio por los musulmanes, pero reivindicó su “desprecio por el Islam”. Esas declaraciones fueron hechas el año pasado, poco después de aparecer su novela Plataforma, cuya publicación el año pasado causó escándalo en Francia. La precedente novela de Houellebecq, Las partículas elementales, fue un éxito editorial y se tradujo a 25 idiomas.
* Especial para Página/12 de la agencia France Presse.