“Me alegra mucho haber ganado este premio, aunque en lo inmediato mi mayor expectativa es que la novela alcance a un público más amplio que el que me leía hasta hoy.” Con estas palabras, el escritor Guillermo Martínez dio cuenta ayer de sus sensaciones tras haber sido galardonado con el Premio Planeta 2003 de Novela por Crímenes imperceptibles. El premio, dotado con 50 mil pesos y la publicación de la novela –que se hará efectiva la semana próxima–, fue así para una historia que el escritor y matemático define como “un policial que transcurre en Oxford (Inglaterra), donde ocurren una serie de crímenes, vinculados con una serie lógica”. La obra ganó el Planeta 2003 tras superar a otros 272 títulos (el 90 por ciento de ellos pertenecientes a autores argentinos y el resto de países limítrofes), que fueron examinados por un jurado integrado por los argentinos Marcos Aguinis y Federico Andahazi, la chilena Marcela Serrano, la uruguaya-española Carmen Posadas y el editor general de Planeta, Ricardo Sabanes. El Planeta (que se entrega desde 1992, cuando ganó Alicia Steimberg por Cuando digo Magdalena) no se realizaba desde 2000, debido a que la crisis económica llevó a la suspensión: entre sus ganadores están Antonio Dal Masetto (La tierra incomparable), María Esther de Miguel (El general, el pintor y la dama), Ricardo Piglia (Plata quemada) y Carlos Gorostiza (Vuelan las palomas).
“Un estudiante argentino de matemáticas, que llega a Oxford con un beca, se ve envuelto en estos crímenes. Pero él iniciará una investigación paralela a la oficial, y ése es el comienzo de la novela”, relató el flamante ganador, ubicando la trama del libro en un itinerario recorrido por él mismo. Pero Crímenes imperceptibles no es la primera obra realizada por Martínez, quien ya conoció el éxito entre el público y la crítica con su primera novela Acerca de Roderer, que fue traducida al inglés, al noruego y al serbio. Martínez escribió también un volumen de cuentos, Infierno grande, y la novela La mujer del maestro, una relectura de La lección del maestro, del escritor inglés Henry James. En el libro de James, el maestro –por medio de una serie de argucias– se queda con la mujer de su discípulo y de paso le da una lección de literatura. En el de Martínez, la trama se organiza alrededor del momento en que el discípulo puede acceder a la mujer de su maestro.
En Crímenes imperceptibles “hay una continuidad en los personajes con otra de mis novelas anteriores”, detalló Martínez. “Arthur Seldon, el protagonista, aparece mencionado al pasar en mi primera novela, Acerca de Roderer, y el narrador de esa novela es el estudiante argentino de matemática becado en Oxford”. El escritor subrayó que “soy muy obsesivo para escribir y para corregir, y esta última novela me llevó dos años de escritura, para luego dedicarme durante un año a pulirla y corregirla. Se vuelve muy trabajoso. Hay una parte de placer y otra que no lo es tanto, pues hay una pulseada con el texto en el afán por terminar”.
En cuanto a su otra vocación, el escritor dijo que “mi formación como matemático se filtra claramente en la manera de construir, en la forma de escribir, en la prosa: mi pequeño experimento formal es que una novela se pueda leer como un cuento”. Esto es, “escribir una novela con el rigor con el que escribiría un cuento. Esa manera de ver las cosas puede llegar a generar incluso una literatura muy apretada, lo reconozco”, apuntó. “Pero bueno, ésa es mi inclinación, que en el texto esté lo que tiene que estar y nada más. Según creo, esa obsesión proviene de mi iniciación como cuentista y mi profesión de matemático.”