CULTURA
“Si no sabemos lo que tenemos, no podemos saber lo que falta”
El director de la Biblioteca Nacional, Elvio Vitali, habló de inventarios y presupuesto, a cuatro meses de haber asumido su función.
Por Silvina Friera
En la Biblioteca Nacional (BN), la madre de todas las batallas es el inventario y, por añadidura, el presupuesto. Pero más allá de las relaciones de parentesco, las batallas restantes no son menores: hay que luchar contra la obsoleta infraestructura informática, el deterioro de los equipos e instalaciones del edificio, los bajos salarios de la mayoría del personal y la insuficiente cantidad de bibliotecarios profesionales (45 de los 335 empleados de la BN). El cuadro dista de ser favorable; el funcionamiento deficiente origina que esta institución no pueda cumplir adecuadamente con su misión de acrecentar, registrar, preservar y difundir la memoria impresa de la cultura del país. A cuatro meses de haber asumido como director, Elvio Vitali presentó un informe sobre el estado de este organismo al inicio de su gestión y anunció las medidas que se están aplicando para solucionar los problemas más urgentes. Ni los 3 millones –como se llegó a declarar en los medios– ni siquiera el millón; el relevamiento preliminar arroja una estimación de 617.000 libros. “Si no sabemos lo que tenemos, no sabemos lo que falta”, dijo el director. Vitali comprobó que no existe un registro computarizado integrado e integral del patrimonio cultural y que la información se encuentra distribuida en inventarios parciales (archivos manuales e informáticos, algunos incompatibles entre sí). “Los trabajos previos para la conformación del inventario se están realizando. Comenzará en enero, para que no interfiera con lo que es el habitual préstamo de libros”, dijo. La concreción del inventario requiere de la compra de computadoras, del cableado de red y licencias de software. Además del personal propio, para el proyecto se sumarán pasantes universitarios que se encargarán del ingreso de los datos.
El director explicó que solicitó a la Jefatura de Gabinete un refuerzo de un millón de pesos para el transcurso del año, de los cuales unos 800 mil estarían destinados para los insumos del inventario y servicios y 200.000 para contratos de personal, “otro ítem crítico”, subrayó Vitali. En el presupuesto 2005, ingresado al Congreso, estaría contemplado un incremento de partidas para la Biblioteca, que treparía a diez millones y medio de pesos. El subdirector Horacio González enumeró actividades pensadas para reconciliar a la institución con la sociedad: el “Ciclo de pensamiento contemporáneo” (charlas con intelectuales, que empezaron ayer), la revista La Biblioteca, que saldrá a fines de octubre. También el mes próximo comenzará la edición de textos de la Biblioteca: la primera publicación de la “Colección Ensayos y Debate” será El futuro bibliotecario. Además, se repuso el programa Manchas de tinta, en la frecuencia FM 96.7 Radio Nacional Clásica, los jueves de 15 a 16. Próximamente se realizará una muestra de ilustradores de la revista Caras y Caretas, y en noviembre, cuando se cumplan 40 años de la muerte de Ezequiel Martínez Estrada, se inaugurará una muestra dedicada al autor de Radiografía de la Pampa.