CULTURA › DI TELLA HABLA DE NUEVO
El dueño del circo
Luego de varios meses en que su nombre produjo cimbronazos mediáticos debido a una frase desafortunada en la que minimizaba la relevancia de la cultura en un país con los problemas de la Argentina, el secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella, volvió a ser noticia. Y, otra vez, con tono más que polémico. Dándole una continuidad a su anterior expresión, opinó en una entrevista publicada en el semanario TXT: “Yo no dije que la cultura no tenga importancia; pienso, por supuesto, que no tiene prioridad, porque el Gobierno debe resolver primero el problema de los chicos que se mueren de hambre en Santiago del Estero y no quién es la pelotuda o puta que va a dirigir el Fondo Nacional de las Artes...”, dijo sin vacilar. Di Tella también comentó que como “yo soy independiente y no quería aceptar este cargo, a veces desde el Gobierno piensan que digo cosas para ponerme en opositor”. En la misma nota resaltó: “Yo era gorila, ahora ya no, pero tampoco soy peronista, soy un transversal total. Mi teoría es que la transversalidad tiene que convertirse en una coalición. En este momento, los transversales son casi una decoración, un elemento lateral. Creo que fueron importantes para aportar votos de izquierda a Kirchner, pero ahora hace falta, por ejemplo, transversalizar a algunos radicales, como Storani y Moreau”. Siguiendo con las metáforas sobre animales, Di Tella dijo sobre la dependencia que preside: “La secretaría es un circo”. Y explicó: “Necesito monos, jirafas, enanos, elefantes. Pero, claro, no puedo pasarle la mano por el lomo al tigre, ni puedo quejarme si hay estiércol en el piso, porque con tantos animales es imposible. Tengo gente que no se quiere, la pantera no quiere al mono y el mono no quiere a la mujer barbuda”, dijo con gran capacidad imaginativa. “Yo soy el dueño del circo”, remató. Tampoco se privó de opinar sobre Menem: “Ya sonó”, fue su sentencia. Para luego abundar: “Está medio muerto; sus esfuerzos con la Bolocco lo van a matar, por más que sea fecundación asistida. Pero el menemismo no sonó, porque la concepción menemista se independizó de la personalidad de Menem”.