El último caso del detective salvaje

Cuando murió, Roberto Bolaño estaba terminando la novela en la que venía trabajando desde hacía años: la monumental 2666, en la que se valía de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y la figura de un esquivo escritor para volver mejor que nunca a esos temas sobre los que construyó una de las obras en castellano más sólidas y reveladoras de las últimas décadas: el exilio, la revolución y la literatura. Con más de 1100 páginas, 2666 llega a las librerías con buenas noticias: Los detectives salvajes tiene una hermana mayor.

Por Rodrigo Fresán