CULTURA
› JOSE NUN PRESENTO LA PROGRAMACION CULTURAL DEL AÑO
“Acá reinaba el descontrol”
El secretario de Cultura de la Nación anunció un programa de actividades de neto corte “federal” y acusó la herencia recibida: “Esto era un descontrol financiero”, denunció.
José Nun, secretario de Cultura de la Nación, dedicó su verano a “poner en orden el caos administrativo y el descontrol financiero”. Así definió al trabajo en sus dos primeros meses de gestión: saneó cuentas públicas, anuló cien contratos de empleados por 2 millones de pesos “sin función o con tarea duplicada” y saldó otros 2 millones de pesos de deudas relacionadas con compras, e interrumpió los servicios de consultoras externas que se llevaban 50 mil pesos al año, herencia de la gestión de Torcuato Di Tella. Ayer, en la presentación de la programación cultural del 2005, Nun dijo que se restituyeron seguros de emergencia médica, de accidentes y responsabilidad civil que nunca habían existido en la Secretaría de Cultura. “Utilicé recursos propios o sobrantes del Congreso de la Lengua –explicó– que tenían como destino la compra de libros y la promoción cultural: fue un salvavidas para saldar la deuda.”
También hubo margen para dar a conocer un combo de anuncios culturales: la creación de un Centro Cultural del Bicentenario –que funcionará en el edificio del Correo Central–, el fortalecimiento del Mercosur Cultural y la entrega de nuevos subsidios y becas a la producción joven para complementar la tarea del Fondo Nacional de las Artes.
Entre los proyectos que se vienen, se destaca la intención de dar un carácter federal a la gestión en Cultura. Para eso se creó un banco de datos de programas culturales de las provincias e información sobre museos, cines, teatros y centros culturales disponible en CD Rom. Y se diseñó el programa Argentina de punta a punta, que llevará paneles sobre humor gráfico a las plazas de provincia, junto a la visita de pintores y músicos que coordinarán talleres artísticos. Por un convenio con la Armada, la “Fragata Libertad” acercará exposiciones de arte, músicos y titiriteros a las ciudades costeras, empezando en mayo por Formosa.
Esa política de integración trasciende las fronteras nacionales y dará pie al proyecto Amazonia Patagonia, de intercambio cultural entre puntos extremos de los dos países, y al Festival de las Tres Fronteras, que llevará intensa actividad cultural a las ciudades fronterizas. “He tenido reuniones con Gilberto Gil, ministro de Cultura del Brasil, para fijar políticas comunes que distingan los bienes culturales respecto de otros bienes, a lo que se oponen EE.UU. y Japón. La cultura es un bien distinto de los otros y no puede estar regida por las reglas del mercado y la mercancía; requiere una protección que respete la diversidad”, dijo.
Sobre una de las grandes cuentas pendientes de su secretaría, José Nun aseguró que “se están confeccionando los pliegos para llamar a concurso en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde habrá un director general, uno artístico y uno administrativo, tres cargos en vez de uno, a lo que se suma la ejecución de un inventario en un plazo máximo de 60 días”. Además se completó el directorio del Fondo Nacional de las Artes, presidido por el economista Héctor Valle, y se regularizaron los premios nacionales a las Ciencias y las Artes –que no se habían entregado desde 1994– “con fondos de 545 mil pesos”.
El listado de actividades incluye también la instalación en las provincias de Centros culturales de encuentro, diseñados en centros culturales y bibliotecas populares para incentivar la reunión a través de talleres. Entre otros ítem, el programa Música de todos llevará recitales de música popular a escuelas y fábricas recuperadas y promoverá la creación de orquestas juveniles. El primero de los conciertos, a cargo de Peteco Carabajal, será en el Hospital Israelita, hoy manejado por sus trabajadores. “Hay que alentar a la gente que preservó sus empresas y puestos de trabajo y está en una situación legal endeble”, dijo Nun. También se dedicará, en el 2005, a la defensa de la postulación del Camino del Inca argentino, en el Noroeste del país, al rango de Patrimonio de la Humanidad. Y, sobre todo, a los preparativos, junto al Ministerio del Interior, de los festejos por el Bicentenario, cuyo mayor desafío es la refuncionalización del edificio del Correo Central. “Se llamará a concurso de ideas, proyectos y realización”, expresó. Sobre las irregularidades de gestiones anteriores –dijo Nun– corresponderán “sanciones de la Sigen y la Auditoría General, y en algunos casos demandas penales. Trato de reconstruir aquello que fue destruido, pero no tiene premio. Si me dedico sólo a que haya impecables condiciones de funcionamiento, van a decir que no hago nada. Pero acá reinaba el descontrol”. Y dio ejemplos: “La Comisión Sarmiento fue creada por ley para editar la obra completa de Domingo Faustino Sarmiento y se superponía a la tarea de Natalio Botana en la Universidad de La Matanza. Era absurdo mantenerla en un contexto de penuria económica, y se canceló. ‘Estaba esperando que me llamaras para cortarlo’, me dijo el responsable. Y hay que crear mecanismos para que no tenga que pasarme firmando expedientes que van hasta la compra de lápices, durante dos horas diarias”. Según Nun, “una forma de bajar los costos es trabajar con otros ministerios, como el de Justicia, el de Educación o el de Desarrollo Social, para aportarles recursos humanos a actividades financiadas por sus presupuestos y además evitar la duplicación del gasto. En resumen: ascetismo en los bienes públicos y transversalidad”.