CULTURA
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La opinión de sus colegas
- Miguel Bonasso: Lo conocí en Gijón, en una de las tradicionales “semanas negras” sobre literatura policial, y me pareció un tipo magnífico, muy vital. Había pasado por todas las peripecias de la militancia, por todos los desengaños de la política y había atravesado los cambios de época con gran dignidad y coherencia. No se recicló. Su posición con respecto al poder, tanto en España como internacional, se mantuvo inalterable. Más allá de su condición de escritor, me gustaba mucho como periodista. Recuerdo un libro que reunía artículos sobre “cenas con gente importante”, en las que mezclaba comentarios gastronómicos con las preguntas y los apuntes sobre los personajes que estaba entrevistando. Era un bon vivant.
- Guillermo Saccomano: Su muerte me shoqueó porque era un escritor que respetaba y respeto. Mi primera aproximación a su obra fue cuando hice mi primer viaje a Europa en 1975. El recién empezaba a publicar sus historias de Pepe Carvalho. No éramos amigos, pero sí teníamos varios amigos comunes y compartimos algunas reuniones. Me inspiraba una gran simpatía. Siempre admiré la coherencia que hay en su literatura, que expresa placer y respeto al lector y al mismo tiempo señala constantemente su compromiso ideológico. Fue un tipo que padeció al franquismo, y que muchos años después, aun en estos tiempos políticamente correctos, se caracterizó por oponer una posición crítica. Pertenece a una generación literaria (pienso en él y pienso también en Juan Madrid, Jorge Semprún, Juan Goytisolo, Juan Marsé) que, frente a las nuevas tendencias de liviandad, sigue manifestando un compromiso. Recuerdo a Vázquez Montalbán como un gran escritor y como un tipo al que le gustaba mucho la vida. Me impresionó también que haya muerto en un aeropuerto, y en Bangkok, como si hubiese elegido una muerte de escritor.
- Vicente Battista: Era un catalán típico, en el sentido de que parecía muy serio y tenía sin embargo un profundo sentido del humor y de la ironía. Lo envidié por lo inteligente que era para abordar cualquier tema. Tenía ideas muy claras, fundamentalmente en política. Recuerdo, por ejemplo, una nota que publicó cuando murió Perón, y de qué manera se refirió a la asunción de Isabel Martínez. Su mirada era muy lúcida y su modo de pintar el personaje, brillante. Yo solía recortar sus artículos, porque desde su posición netamente de izquierda evidenciaba una gran claridad de pensamiento político. Vázquez Montalbán era de esos intelectuales que ya quedan pocos, lamentablemente. Además de excelente escritor, era un cocinero de primera. Como a mí me gusta cocinar, también le envidiaba esa virtud. Era un exquisito. Pero más que eso, yo lo sentía como un compinche. Me da mucha rabia que se haya muerto.
Nota madre
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