CULTURA
La tarea intelectual
–Usted anota en su libro que, salvo raras excepciones, los intelectuales no influyen en la Argentina. ¿Sigue siendo así?
–Cuando me refiero a intelectuales lo digo por quienes piensan globalmente la sociedad, el hombre, la cultura; ésos no tienen una influencia real, determinante. Pueden tener una influencia sobre algunos grupos, pero no sobre la sociedad. Eso, en general, es lo que pasa en el mundo entero en este momento. Sólo los pensadores orgánicos al ultraliberalismo, y quienes se oponen orgánicamente a ellos, tienen una influencia en términos globales. Lo del fin de las ideologías, por ejemplo, venía en el paquete del ultraliberalismo; y por otro lado tenemos a un Noam Chomsky, que en tanto intelectual se ha reconvertido en un agitador político.
–¿Qué intelectuales han tenido peso en la Argentina en los últimos tiempos?
–Ultimamente... no veo. En el siglo XIX sí ha habido intelectuales que tuvieron una influencia determinante sobre la cultura y la sociedad: Sarmiento, Alberdi, Mariano Moreno. Podríamos decir Mitre, aunque no comparto sus ideas. No solamente transformaron la sociedad: tuvieron el poder en sus manos y trataron de aplicar las cosas que pensaban. Y eran verdaderos intelectuales, no eran agitadores políticos.